¿Sabías que Galicia pudo ser la Normandía de la Segunda Guerra Mundial?

Según señala el profesor de Historia Contemporánea de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) Emilio Grandío, hasta existió una fecha para el desembarco en las costas gallegas

Tropas de asalto se acercan a la playa de Omaha en el Día D, el 6 de junio de 1944.

Tropas de asalto se acercan a la playa de Omaha en el Día D, el 6 de junio de 1944.

¿Sabías que Galicia pudo ser la Normandía de la Segunda Guerra Mundial? Por increíble que parezca, esta teoría, tal y como asegura a EL CORREO el profesor de Historia Contemporánea de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) Emilio Grandío, comienza a surgir en 1943, momento en el que las fuerzas del Eje cada vez acumulaban más y más derrotas en los campos de batalla mientras que los aliados realizaban un serie de acciones, tras las que se encontraba EEUU, con las que poder presionar a Franco para que este abandonase el poder.

¿Qué hizo Franco ante el posible desembarco de las fuerzas aliadas en Galicia?

Los rumores de un posible golpe por parte de compañeros de armas del propio Franco ya sonaban desde 1942, año en el que los servicios de inteligencia británicos comenzaron a pagar religiosamente a algunos generales franquistas con el propósito de generar dudas sobre el propio Franco, quien, ante las intenciones de las fuerzas aliadas, intentó defenderse de la manera que pudo.

Lo hizo de dos formas. La primera, montando una estructura de planificación aprovechando las fuerzas disponibles y, desde el año 1942, desplazando a miles de soldados en la zona norte de las costas de Lugo y A Coruña. Se trataban de las únicas posibilidades que el dictador pudo llevar a cabo para proteger en tan corto periodo de tiempo una zona tan desguarnecida ante una posible invasión.

¿Qué fecha barajaron las potencias aliadas para llevar a cabo el desembarco en Galicia?

Según apunta Emilio Grandío, el posible desembarco aliado en Galicia llegó a contar con una fecha concreta, el 8 de octubre de 1943.

La presión británica para alejar del poder a Franco fue tal que el embajador inglés en España, Samuel Hoare, llegó a pedir una reunión de urgencia en el Pazo de Meirás, lugar en el que el dictador se encontraba de vacaciones. En ella, tal y como señala Emilio Grandío, tras aterrizar el día anterior en una improvisada pista en la localidad lucense de Guitiriz, Hoare le dio un ‘ultimátum’ a Franco, o cedía en cuestiones como el tráfico del wolframio, los espías alemanes, además de la utilización de los puertos por los barcos italianos y alemanes y dejaba de ayudar al Eje o podía enfrentarse a una invasión.

Ante esa presión, Franco cambió la línea, que es lo que los aliados pretendían. Además, ellos vieron que España podía ser útil ante la guerra que estaba por venir, la Guerra Fría. Todo ello evitó que Galicia se convirtiese en la Normandía de la Segunda Guerra Mundial.