Galicia lidera la escolarización de menores de dos años, diez puntos por encima de la media estatal

El 18% de los estudiantes no universitarios extranjeros que estudian en la comunidad procede de Venezuela

El número de matrículas de ucranianos desplazados por la guerra se multiplicó por dos en el último año

Thiago Crespo Santiago, junto a sus padres Nani Santiago Hermo y Diego Crespo Sánchez / Cedida

Thiago Crespo Santiago, junto a sus padres Nani Santiago Hermo y Diego Crespo Sánchez / Cedida / Belén teiga / mateo g. triñanes

Los datos que anualmente recoge, llegado el verano, el Ministerio de Educación para hacer una valoración del curso recién finalizado reflejan este año el liderazgo de Galicia en la escolarización de menores de dos años.

Prácticamente seis de cada diez, el 56% de la población que se encuentra en esta franja de edad, estuvo durante el pasado año académico matriculado en alguna guardería de la comunidad. Esta cifra contrasta con la del primer curso tras la pandemia, cuando este porcentaje se situaba en el 42,6 %, empezando a recuperarse al año siguiente, rozando el 50 %.

Concretamente fueron 25.788 niños los que se encontraron en esta situación y que posicionan a Galicia diez puntos porcentuales por encima de la media española en términos de escolarización a una edad temprana. Se trata de la tasa estatal más alta desde que hay registros y solo tres comunidades más superan ese umbral del 50% de escolarización: País Vasco, Madrid y Andalucía.

El liderazgo de la autonomía es consecuencia, en gran medida, de la pionera decisión tomada por la Xunta de cara, precisamente, al inicio del pasado curso. Desde septiembre de 2022, las familias gallegas con hijos de entre 0 y 3 años están exentas del pago de la matrícula y la atención educativa de sus vástagos en todas las escuelas infantiles adheridas al programa puesto en marcha por el Ejecutivo gallego –más del 90% del total, tanto de titularidad pública como privada–. En abril de 2020 ya había entrado en vigor la gratuidad para los segundos hijos y sucesivos.

La franja de edad en la que más se aprecia la diferencia con el resto del Estado es en la de los bebés menores de un año. En Galicia el 24,8% acude a un centro educativo, lo que la coloca más de tres puntos porcentuales por encima de la siguiente autonomía, la Comunidad de Madrid, y diez por encima de la media estatal. En comunidades como Cantabria este porcentaje se queda en el 3,5%. A mayor es la edad de los menores, más crece el número de niños escolarizados, llegando a rozar el 80% en el caso de los de dos años.

El 18% de los estudiantes extranjeros son venezolanos

El análisis de Educación arroja también datos sobre el alumnado extranjero matriculado en los niveles de educación no universitarios. Galicia acoge a un total de 21.747 estudiantes procedentes de otros lugares. De ellos, el porcentaje más importante es el de venezolanos, un 18%, es decir, en la comunidad casi dos de cada diez extranjeros tiene esta nacionalidad. Esta cifra es superior a la de todos los estudiantes procedentes de la Unión Europea o del conjunto de países del continente africano juntos.

De cerca, le siguen los que tienen como lugar de origen Colombia, con 2.568 alumnos en los centros educativos gallegos. De manera conjunta, los países de América del Sur suman casi el 50% de todos los matriculados extranjeros en la autonomía, alcanzando una cifra cercana a las 11.000 personas.

En el caso de los africanos, Marruecos lídera esta posición, al tener matriculados en la autonomía casi 2.000 alumnos en algún curso de educación no universitaria. Esto supone casi el 68% de todos los estudiantes procedentes del continente. Por su parte, toda Asia suma un número más bajo de personas que reciben educación en Galicia. En este caso, la mayoría proceden de China, con casi 600 personas matriculadas, seguida de Paquistán, que apenas llega a un centenar.

Entre los países con menor número de estudiantes inscritos en Galicia están Canadá, Suecia y Gambia. Actualmente residen en la comunidad ocho personas matriculadas en educación no universitaria de cada uno de estos países. Del conjunto de la Unión Europea proceden alrededor de 3.000 personas.

Se multiplican los ucranianos desplazados escolarizados

España es el país de la Unión Europea con la mayor tasa de escolarización de ucranianos desplazados desde que empezó la guerra con Rusia, hace ya más un año, con cerca de 40.000 personas en algunos de sus centros educativos no universitarios. En el último curso académico el número de escolarizados procedentes de este país en Galicia se ha multiplicado por dos, alcanzando las 733 personas, aunque se sitúa muy lejos de otras autonomías como la Comunidad Valenciana, donde alcanzan los 14.000 estudiantes.

La mayoría de los ucranianos residentes en la comunidad, casi un 36,5%, están matriculadas en la Escuela Oficial de Idiomas, donde muchos de ellos aprenden castellano, o en Centros de Educación para Personas Adultas. El siguiente ciclo educativo con mayor número de matriculados es Educación Primaria, con 216 personas, una cifra que choca con las de Bachillerato y los grados medios y superiores de Formación Profesional, que tan solo suman 11 estudiantes.

“Lo decidimos no solo por conciliación, si no porque además vemos que es bueno para el niño ir a la guardería a la hora de socializar”

Thiago Crespo Santiago es uno de esos más de 25.000 menores de dos años escolarizados a lo largo del curso académico 2022-2023. Él concretamente inició su etapa formativa el pasado septiembre en la Escola de Educación Infantil do Milladoiro, con tan solo seis meses de edad.

Su madre, Nani Santiago Hermo, comenta en conversación con EL CORREO GALLEGO que, de haber sido posible, Thiago habría ingresado en la guardería amiense algo antes. “En las escuelas infantiles municipales, como la de O Milladoiro, el curso va de septiembre a septiembre. Al menos un mes antes ya me habría planteado meterlo”, explica.

La decisión, como en la mayoría de casos viene marcada por la necesidad de conciliación de la vida familiar con la laboral, ya que tanto Nani como su pareja Diego –padre del niño–, se encontraban en aquel momento trabajando y no cabía la posibilidad de que los abuelos se quedasen con él. Sin embargo, esta no fue la única motivación que los llevó a dar el paso de gestionar su matrícula.

A Nani la experiencia con sus dos hijas mayores, que también acudieron a la escuela infantil de O Milladoiro a una edad temprana, le decía que esa etapa para el pequeño Thiago iba a ser muy positiva tanto por la socialización con niños de su misma edad, como por la obtención de rutinas y aprendizajes ya desde una corta edad.

“Lo decidimos no solo por conciliación si no porque, por mi experiencia con mis hijas mayores que fueron a esa misma escuela, a los niños les viene súper bien para socializar y descubrir y aprender cosas que en casa, durante ese periodo, no van a ver”, explica la ya experimentada mamá.

Obviamente, un niño de seis meses no puede llegar el primer día y cumplir el horario del centro. Tiene que pasar por un proceso de adaptación para acomodarse a su nueva rutina escolar. “Al principio lo llevábamos media hora al día y aunque normalmente ese periodo suele durar un mes, nosotros con Thiago tuvimos mucha suerte y su adaptación fue más rápida”, apunta Nani.

El pequeño Crespo Santiago pertenece además a la primera generación de gallegos por cuya entrada en una escuela infantil sus padres no han tenido que abonar ninguna cuantía en concepto de matrícula. “Con sus hermanas sí que tuve que pagar pero con Thiago la matrícula fue gratuíta. Solo tenemos que costear los servicios complementarios como por ejemplo el comedor, en caso de que vaya”, aclara la madre.

Sin duda, un importante avance en la ayuda a la conciliación familiar y laboral de los padres pero también para el bienestar de los más pequeños. Nani Santiago lo tiene claro: “Yo recomendaría a todo el mundo que llevase a su bebé a la escuela”.