Los bebés nacidos de madres no casadas, en máximos históricos: son más de la mitad en Galicia

La sociedad está cambiando y con ella cuestiones tales como el matrimonio y las crianzas. Hoy en día ya no resulta extraño tener hijos antes de pasar por el altar o el juzgado, o hacerlo en solitario, algo casi impensable hace apenas unas décadas. Y es que si a principios del siglo XXI tan solo el 15% de los bebés que nacían en Galicia lo hacían fuera de una pareja ya casada, el pasado año esta cifra ascendió hasta el 52%. Son datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que reflejan un aumento progresivo, a lo largo de los últimos veinte años, de la proporción de bebés nacidos de una madre que no ha contraído matrimonio.

Los alumbramientos fuera del casamiento se han convertido en mayoritarios en la comunidad gallega y, por primera vez, también en el resto de España, aunque el mapa es heterogéneo. El pasado 2022, último del que hay registros, en un total de siete comunidades autónomas fueron mayoritarios los bebés que nacieron de una madre que, al menos en ese momento, no había contraído matrimonio.

A la cabeza se situaba el archipiélago canario, donde solo tres de cada diez pequeños vieron la luz el pasado año en una pareja que ha pasado por el altar o el juzgado; a la cola, las ciudades autónomas, Ceuta y Melilla, donde los bebés que tienen una madre no casada están por debajo del 36% y el 38%, respectivamente. 

En un momento con los índices de natalidad en mínimos históricos en Galicia, lo que confirma una tendencia bajista en la última década, con un total de 14.475 niños y niñas nacidos el pasado año, los nuevos modelos de familia se imponen cada vez más. En total, fueron 7.527 los alumbramientos extramatrimoniales en la autonomía.

Las cuatro provincias van al mismo ritmo

Dentro del territorio gallego no se aprecian grandes diferencias en lo que a porcentajes se refiere, sino que todas las provincias parecen ir al mismo compás y los menores nacidos fuera del matrimonio se sitúan en los cuatro casos por encima del 50%. 

Ourense se coloca en esta ocasión en primer lugar, estando registrados el 54,06% de los bebés como hijos de una madre no casada, una cifra que contrasta con la del año 2000, cuando fue tan solo el 10,94%. De cerca le sigue Pontevedra, con el 53,91%, es decir 722 niños nacidos fuera del matrimonio, frente al 17,1% del último año del siglo pasado.

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Por su parte, en las provincias de Lugo y A Coruña estos porcentajes se situaron en el 51,44% y el 50,07%, de forma respectiva. Así las cosas, en estos dos territorios la proporción de pequeños nacidos de madre no casada en el año 2000 se situaba en torno al 13%.

Cambios en la sociedad gallega

Los primeros datos que recoge el INE acerca de los hijos nacidos fuera del matrimonio datan del año 1975, coincidiendo con la muerte del dictador Francisco Franco. En un contexto social mucho más conservador que el de hoy en día, en el que la religión tenía un fuerte peso, tan solo el 3,35% de los bebés que vieron la luz en la comunidad gallega tenían una madre que no había pasado por el altar o el juzgado.

Esta proporción empezó a crecer de manera progresiva a partir de 1981, año en el que el Código Civil eliminó las diferencias entre los niños por el estado civil de sus progenitores. A partir de ahí, la proporción comenzó a subir como la espuma y ya a principios de la década de los 90, los alumbramientos fuera del matrimonio alcanzaban uno de cada diez en Galicia. Lo hacía al mismo ritmo que el conjunto estatal. 

Con la entrada del siglo XXI, en la autonomía el porcentaje continuaba en ascenso y eran ya alrededor del 15% de los alumbramientos con una madre no casada. Un lustro después, en el año 2005, la cantidad ya rozaba a uno de cada cuatro niños y niñas, mientras que a finales de la década se situaba casi al 40%. 

La caída de las bodas, sobre todo de las religiosas, y el auge de la maternidad en solitario u otro tipo de familias son algunas de las razones detrás de estas cifras. Y es que si a comienzos de 2015 los nacimientos fuera del matrimonio superaban el 45%, en tan solo cinco años ya eran más de la mitad.