Las secuelas de la invasión de Ucrania persiguen a los desplazados: “Nunca olvidaré las explosiones”

Un 15% de los llegados a Galicia regresaron a su país, estima AGA-Ucraína

Interior renovó hasta 2025 sus protecciones temporales

Anna Bilyk y su familia, desplazados por la invasión de Ucrania

Anna Bilyk y su familia, desplazados por la invasión de Ucrania / Cedida

Anna Bilyk tiene 36 años. Llegó a España embarazada y con lo puesto hace dos años huyendo de una guerra en Ucrania que no cesa. Para ella, el país no era desconocido, ya que había sido vecina de Valencia desde el año 2008 hasta el 2018. En esta ciudad mediterránea convivió con su primer esposo, también ucraniano, hasta que ella decidió regresar a su país de origen porque “tenía mucha nostalgia de él”. Cuatro años después del regreso a su tierra natal, se vio obligada a abandonar el país, pero esta vez por otro motivo: los bombardeos asolaban la ciudad en la que residía.

Según los datos ofrecidos por el Ministerio del Interior, desde el comienzo del conflicto armado, Galicia ha recibido a 3.168 desplazados como beneficiarios de protección temporal. Se trata tan solo del 1,6% de los ciudadanos provenientes de este país de Europa del Este de los 200.154 que han llegado a España, en el marco de la guerra. 

Desde la Asociación Galega de Axuda a Ucraína (AGA-Ucraína) explican que es “difícil calcular” cuántas de estas personas continúan aquí, aunque reconocen que “la mayoría siguen”. En esta asociación, con sede en A Coruña, estiman en un “15% aproximadamente” los desplazados que han abandonado Galicia de vuelta a su país de origen. A su vez, confiesan que “muchos de los que se fueron” están en contacto con ellos para “ver cómo pueden regresar aquí”.

Bilyk es una de esas ciudadanas que permanece aquí, concretamente ella recaló en la ciudad herculina en mayo de 2022. Pero, a diferencia de los beneficiarios de protección temporal, ella consiguió la doble nacionalidad al haber vivido ya una década en España. Anna huyó de Kyiv, ciudad donde convivía con su marido, teniendo “solo 40 minutos para recoger todo lo imprescindible”. Primero fue a Ternópil, ciudad al oeste de Ucrania donde vivía su madre y, más tarde, cuando la situación por el conflicto armado era ya “insostenible”, viajó durante cinco días en coche hasta España, gracias a unas amigas que huían hasta Valencia. En la capital del Turia pasó unos meses hasta llegar a Galicia, mientras “no perdía la esperanza de que la guerra acabase pronto”.

3.168 desplazados

Galicia ha recibido 3.168 ciudadanos ucranianos desde el comienzo del conflicto armado en el país, según el Ministerio del Interior. Al conjunto de España han llegado 200.154 personas, recibiendo las tarjetas de identidad de extranjero (TIE) con validez hasta el 4 de marzo de 2025.

Esta madre ucraniana tuvo que dar a luz aquí y su hijo, Oscar, que tiene ahora un año y medio, no conoció a su padre hasta el pasado mes de mayo. Eugenio, el progenitor del pequeño, sigue viviendo en Kyiv. Su mujer cuenta que “teletrabaja desde casa” y escucha “las sirenas de fondo”, en referencia a las alertas que se reproducen como aviso ante los bombardeos inminentes.

La situación del conflicto se ha enquistado en el país, ofreciendo un porvenir incierto para los ciudadanos, algo que ha comprobado en su única visita a su tierra natal desde que empezó la invasión. “Nunca olvidaré las explosiones”, explica Bilyk en relación a su viaje a Kyiv en mayo. Ella relata que durante esos días “antes de acostarme cada noche tenía que preparar comida, ropa y toda la documentación por si tenían que huir”.

Regresar a vivir a Ucrania no está entre las previsiones de esta familia, al igual que muchos de los conciudadanos que han recalado aquí. “Yo volví a Galicia porque yo quiero que la vida de mi hijo no esté en riesgo”, explica esta desplazada. Asimismo, se reafirma en su decisión ante las noticias que le reporta su esposo desde allí. Esta madre cree que solo volverá “de visita”, ya que “nadie sabe cómo acabará todo”.

Anna afronta su día a día cuidando de su hijo, estudiando un curso de Administración impartido por Emprego y confía en encontrar trabajo “después de las prácticas”. Su último empleo fue como cajera en un supermercado y tuvo que abandonarlo para cuidar de Oscar, debido al horario incompatible. Cuenta con la compañía de su madre, Oksana, y no pierde la esperanza de que “algún día acabe esto”.