Los juzgados gallegos cerraron 2023 con casi catorce rupturas matrimoniales de media al día

La comunidad registró más de 5.000 demandas entre divorcios, separaciones y nulidades

Galicia está por debajo de la tasa estatal

Cónyuges llevando a cabo la imposición de las alianzas durante una boda

Cónyuges llevando a cabo la imposición de las alianzas durante una boda / Cedida

“Las cifras reflejan la realidad que estamos percibiendo en nuestros despachos”, afirma Pilar Cortizo, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de A Coruña y letrada especializada en Derecho de Familia, en referencia a las cifras publicadas ayer por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) sobre las rupturas matrimoniales en 2023. El órgano judicial registró un total de 5.103 demandas de este tipo que abarcan las nulidades, separaciones y divorcios. Supone un descenso respecto al 2022 del 0,3%, año en el que se registraron 5.117 procesos de este tipo. Concretamente, los juzgados gallegos vivieron el año pasado siete nulidades matrimoniales, 116 separaciones y 4.980 divorcios.

Galicia con 189 solicitudes de ruptura matrimonial por cada 100.000 habitantes se sitúa por debajo de la media nacional, establecida en 192,1. Asimismo, las demandas para cambiar medidas no consensuadas relacionadas con la guardia, custodia y alimentos de los hijos aumentaron un 12,1%, pasando de 1.161 en 2022 a 1.302 en 2023. Sobre esto, Cortizo destaca que en su despacho “más del 50% de los divorcios ya son con guardas y custodias compartidas” y que los sujetos de estos procesos de ruptura suele ser personas de “menos de 45 años de edad”.

Dentro de los datos publicados, la abogada coruñesa echa en falta “referencias a los gastos extraordinarios”, dado que es algo que ocupa “muchos litigios”. La pensión compensatoria abarca “los gastos ordinarios como la comida o el colegio”, pero para temas como “una ortodoncia, la carrera universitaria o las actividades extraescolares” hace falta “ponerse de acuerdo”, explica la colegiada.

La franja de edad que suele acaparar más rupturas es “de los 30 a los 45 años” con un perfil de “cónyuges con un noviazgo muy largo” y donde la convivencia “no va bien”. Aunque la especialista en Familia admite que también abundan las separaciones de “más de 60 años”. Esto último cree que se debe a que “antes era muy difícil conseguirlo”, al menos desde su experiencia iniciada en el año 1984. Incluso esta letrada coruñesa ha llevado a cabo divorcios de “personas de más de 80 años”.

En cuanto el tiempo que se tarda en hacer efectivo un divorcio depende de la vía. En el caso de optar por hacerlo de “mutuo acuerdo” por “la vía notarial” se puede dar en un plazo de “dos a tres semanas, o incluso menos”, depende de “la prisa” de los cónyuges. Por el contrario, si es acudiendo al juzgado y no siendo de mutuo acuerdo “puede extenderse años”. Cortizo comenta que ha tenido “muchas veces” casos de “dos años de duración”.

El precio es otra de las incógnitas de estos procesos, algo que esta letrada lo compara con “hacerse un traje a medida”, en referencia a que cada proceso tiene unas características diferentes. Además, hace hincapié en la necesidad del “acompañamiento al cliente” durante la ruptura matrimonial, dado que los dos cónyuges “no suelen encontrarse igual”.

Por último, Cortizo explica la diferencia entre los tres tipos de ruptura matrimonial, para evitar la confusión. En el caso de la separación “no se elimina el vínculo” y se puede recuperar la convivencia “sin necesidad de volver a casarse”. En el divorcio “el vínculo finaliza” y sería necesario “celebrar otra boda” para retomarlo. La nulidad supone “la extinción del matrimonio” por “motivos graves” como puede ser “ocultar una situación de drogadicción”, entre otros motivos.