Estados Unidos

El fundador de la milicia Oath Keepers, sentenciado a 18 años de cárcel por el asalto al Capitolio

Es la pena más dura impuesta hasta el momento por la insurrección y la primera a uno de los condenados por sedición

Imagen del líder de Oath Keepers Stewart Rhodes durante una sesión de la comisión de investigación del Congreso.

Imagen del líder de Oath Keepers Stewart Rhodes durante una sesión de la comisión de investigación del Congreso. / EP

Idoya Noain

Stewart Rhodes, el fundador de la milicia antigubernamental de extrema derecha Oath Keepers, ha sido sentenciado este jueves a 18 años de cárcel por su papel en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Se trata de la pena más dura impuesta hasta la fecha por esa insurrección de seguidores de Donald Trump, que trató de frenar la certificación de la victoria del presidente Joe Biden. Es además es la primera a uno de los condenados por conspiración sediciosa en este caso, por el que el Departamento de Justicia ha abierto más de mil causas penales.

Rhodes, de 58 años, veterano del Ejército y graduado en Derecho por Yale que fundó los Oath Keepers en 2009, fue condenado en noviembre con otros encausados por sedición, que van a ser también sentenciados en los próximos días. Aunque no entró personalmente en el Capitolio, se consideró probado que lideró una trama para organizar una rebelión armada y evitar la transición pacífica de poder después de la derrota de Trump, tras la que empezó a propagar teorías conspiratorias sobre un fraude electoral, inexistente, y a realizar llamadas que incitaban a prepararse para una “rebelión armada”, una “guerra civil” y una “revolución sangrienta”.

El grupo guardó un arsenal de armas en hoteles cercanos al Capitolio y el propio Rhodes estuvo en contacto con Kelly Meggs, otra líder de la milicia que estaba sobre el terreno y que también ha sido condenada y será sentenciada este jueves.

“¿Tendremos otro 6 de enero?”

El juez Amit Metha, que ha dictado la sentencia en un tribunal federal de distrito de Washington, ha considerado que las acciones de Rhodes representan terrorismo doméstico. Y antes de anunciar la pena, que ha quedado por debajo de los 25 años que solicitaba la fiscalía, se ha dirigido a Rhodes. “Me atrevo a decir, y nunca he dicho esto a alguien que he sentenciado, que usted representa una amenaza a nuestro país y un peligro para nuestra República y para el tejido mismo de nuestra democracia”, le ha dicho. Y ha añadido: “Todos contenemos la respiración cuando se acercan unas elecciones. ¿Tendremos otro 6 de enero? Está por ver”.

“Lo que no podemos tener de ninguna manera es un grupo de ciudadanos fomentando una revolución porque no les gusta el resultado de unas elecciones, porque no creían que la ley se estaba siguiendo como debía”, ha afirmado también el juez, que ha respondido a Rhodes cuando este ha asegurado, en su propia declaración en la vista, que es un “prisionero político”. “Se preparó para tomar las armas y fomentar una revolución. Eso es lo que hizo. No es un prisionero político, señor Rhodes. Está aquí por sus acciones”, le ha replicado.

Rhodes, que mantiene desde la fundación de los Oath Keepers una visión insurreccionista que otorga a grupos de milicias e individuos el derecho constitucional bajo la segunda enmienda a oponerse violentamente al gobierno y llama a rebelarse contra la “tiranía”, no ha mostrado arrepentimiento por sus acciones. De hecho, en una entrevista que ofreció hace cuatro días desde la cárcel, insistió en su idea de que hay una “persecución gubernamental de quienes están en la derecha política” que, dijo, “no va a detenerse hasta que sea detenida”. Habló, además, de la necesidad de un “cambio de régimen”.

También este jueves durante la vista de cuatro horas, en la que ha intervenido durante 20 minutos y se ha comparado con el disidente soviético Aleksándr Solzhenitsyn y con el protagonista de la novela de Kafka ‘El proceso’, ha redoblado ese mensaje. “Como el presidente Trump, mi único crimen es oponerme a quienes están destruyendo nuestro país”, ha dicho. “Creo que todos los imputados por el 6 de enero somos prisioneros políticos y todos estamos siendo imputados de forma excesiva”, ha denunciado, advirtiendo de que eso “va a hacer a más gente pensar, más que antes, que este gobierno es aun más ilegítimo”.

Nadie que no asaltara a un policía durante el asalto al Capitolio había sido hasta ahora condenado a más de ocho años de cárcel. Y la sentencia más dura antes de este jueves había sido una de 14 años para Peter Schwartz, que agredió a dos agentes y tenía antecedentes con 38 condenas previas.