Tras 30 años

El gobernador del Banco Central del Líbano abandona el cargo dejando a su paso una economía en ruinas

El próximo jefe del Banque du Liban se encontrará con una institución maltrecha, una economía en declive perpetua y una clase política incapaz de ponerse de acuerdo sobre un plan de recuperación

El ya exgobernador del Banco Central del Líbano Riad Salameh saluda a empleados y simpatizantes en su último día en el cargo, este lunes.

El ya exgobernador del Banco Central del Líbano Riad Salameh saluda a empleados y simpatizantes en su último día en el cargo, este lunes. / EFE

Andrea López-Tomàs

Tras tres décadas como gobernador del Banco Central del LíbanoRiad Salameh aún consigue irse por la puerta grande. A su paso, deja un oscuro legado del que el país de los cedros intenta, en vano, recuperarse. Salameh se despide de una instutición acusada de ayudar a provocar el colapso económico que ha empobrecido a muchos libaneses y ha paralizado a un sistema bancario que no hace tanto tiempo florecía. Mientras la ciudadanía se ve forzada a recuperar lo que queda de sus ahorros con atracos a sus propios bancos, el economista está siendo investigado en al menos siete países, incluido el suyo, por malversación de fondos y enriquecimiento ilícito

Pese a ser el gobernador del Banco Central con más años de servicio en el mundo, es uno de los que deja una peor herencia. El próximo jefe del Banque du Liban se encontrará con una institución maltrecha, una economía en declive perpetua y una clase política incapaz de ponerse de acuerdo sobre un plan de recuperación. Esta incapacidad ha impactado también al organismo bancario, ya que, por ahora, no hay un sustituto claro para Salameh. De momento, el vicegobernador Wassim Mansouri ocupará su cargo en funciones mientras buscan un suplente. Aunque Mansouri sea chií, tradicionalmente el cargo suele ser otorgado a un cristiano maronita.

Acusado en siete países

De sus 73 años de vida, Riad Salameh ha pasado casi la mitad al frente del Banque du Liban. Accedió al puesto en 1993, tres años después del final de la desgarradora guerra civil libanesa (1975-1990). Después, fue reelegido por cuatro mandatos consecutivos. Durante este tiempo, actuó como el arquitecto principal de la ingeniería bancaria del Líbano y, a la vez, ejecutó el que se considera el esquema Ponzi más grande de la historia. Esta forma de fraude en que pedía prestado dinero nuevo para pagar a los acreedores existentes es vista como una de las grandes culpables del colapso financiero que hoy sufre el Líbano. El pequeño país mediterráneo sufre una de las peores crisis económicas desde 1850, según el Banco Mundial.

Salameh está acusado formalmente en el LíbanoFrancia y Alemania de malversar cientos de millones en fondos públicos del banco central mediante el cobro de comisiones a los compradores de bonos y luego transferir los fondos a Forry Associates, propiedad de su hermano Raja. Ambos hermanos niegan haber hecho nada malo. En sus acusaciones por malversación de fondos y enriquecimiento ilícito, se afirma que lavaron más de 300 millones de dólares. El ya exgobernador del Banque du Liban se enfrenta también a notificaciones rojas de Interpol derivadas de órdenes de arresto en Alemania y Francia. Hay investigaciones activas en su contra en Suiza, Luxemburgo, Mónaco, Bélgica y Reino Unido.

Aunque estas acusaciones son ampliamente conocidas en el Líbano, una pequeña multitud se ha reunido a las puertas del fortificado edificio de Banque du Liban en Beirut para despedirse de Salameh en su última jornada al frente de esta institución. Su sustituto deberá restablecer un sistema financiero en ruinas tras décadas de corrupción y mala gestión, y un sector bancario que alguna vez fue la base de la estabilidad, pero que hoy enfrenta pérdidas casi tres veces mayores que la economía. Desde el inicio de la crisis en 2019, la libra libanesa ha perdido más del 98% de su valor. La inflación supera de largo los tres dígitos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) apunta a un PIB que se ha contraído en un 40% y un banco central cuyas reservas de divisas se han agotado en alrededor de dos tercios.

Doble vacío de poder

La incapacidad de nombrar a un nuevo gobernador no es novedad en un país que lleva nueve meses en un doble vacío de poder. Aún no se ha formado un gobierno desde las elecciones parlamentrarias de mayo de 2022. Tampoco se ha encontrado a un sustituto para el expresidente Michel Aoun desde que expiró su mandato el 31 de octubre del año pasado. Con un contexto político estable en su inacción, la ciudadanía se ve forzada a tomarse la justicia por la mano. Desde hace meses, muchos depositantes han optado por entrar armados a las sucursales bancarias para conseguir el retorno de sus ahorros, que han perdido hasta el 80% de su valor real.

Mientras la ira pública hacia los bancos sigue creciendo, el acceso de las personas a su dinero continúa siendo extremadamente limitado casi cuatro años después del inicio de la debacle económica. La perspectiva inminente de otro vacío de liderazgo esta vez en el banco central genera temores de una aún mayor fragmentación del Estado y refleja las amplias divisiones en materia política que han impedido formar gobierno ni elegir presidente en todo este tiempo. El sustituto interino de Salameh, Wassim Mansouri, de 51 años, ha pedido al Gobierno que implemente reformas que incluyan una ley de control de capitales, otra de reestructuración financiera y un presupuesto estatal para 2023 dentro de seis meses. Ha dicho que esta es la "última oportunidad" del Líbano para promulgar los cambios.