Visita de Lavrov a Pekín

China y Rusia aumentarán su cooperación de defensa en Europa y Asia para contrarrestar a EEUU

Lavrov desvela que Rusia ha propuesto reforzar los lazos de seguridad en Eurasia y "empezar un diálogo con otros países con la misma mentalidad"

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, a su llegada a Pekín.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, a su llegada a Pekín. / EP

Adrián Foncillas

China Rusia incrementarán su cooperación militar en Europa y Asia para frenarle los pies a Estados Unidos. El anuncio ha cerrado la visita de dos días a Pekín del jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov. Otros anuncios rimbombantes salidos de cumbres sinorusas apenas trascendieron la retórica y el tiempo dirá en qué queda este, pero la cumbre subraya el compartido y creciente hastío hacia un mundo regido por los intereses geopolíticos y económicos de Washington.

Por la rueda de prensa ofrecida por Lavrov y su homólogo, Wang Yi, circuló todo aquello a lo que ambos países se oponen: el hegemonismo, el unilateralismo, el proteccionismo, el matonismo, la tiranía, la mentalidad de la Guerra Fría... no hizo falta que mencionaran a Estados Unidos. Lavrov fue recibido en su último día en Pekín por el presidente, Xi Jinping, en un gesto que reserva a los países amigos.

Rusia ha propuesto reforzar los lazos de seguridad en Eurasia y "empezar un diálogo con otros países con la misma mentalidad", ha desvelado Lavrov. "Durante mucho tiempo, hubo una estructura de seguridad en la zona en la forma de la OTAN, pero se está apartando de la lista de organizaciones con las que es posible mantener negociaciones sensatas y llegar a acuerdos basados en un equilibrio de intereses", juzgó el político ruso.

Sintonía económica

Moscú culpa a la OTAN de la guerra ucraniana de la misma forma que Pekín alude al despliegue militar estadounidense en el Pacífico como la antesala de conflictos. A la sintonía geopolítica se suma también la económica. Estados Unidos lidera el embargo a Rusia y fríe a sanciones a compañías chinas por presuntas amenazas a su seguridad nacional y prohíbe la exportación de chips y otros productos tecnológicos. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, amenazó en Pekín la semana pasada con nuevos castigos a las empresas chinas con lazos con Moscú. China ha recibido la solidaridad rusa frente a los últimos embates estadounidenses y la oferta de trabajar conjuntamente para mantener la estabilidad de la industria global y sus cadenas de suministro. Lavrov ha condenado la política de "sanciones ilegales" que también "está siendo aplicada contra China" para "limitar su desarrollo y eliminar la competencia".

Richard Nixon y Henry Kissinger comprendieron medio siglo atrás que era suicida empujar a Rusia hacia China. De ahí salió la germinal visita del primero a Pekín que una década después posibilitaría el establecimiento de sus relaciones diplomáticas. Ahora, con Estados Unidos menos hegemónico que entonces y una China infinitamente más fuerte, la política es la contraria. La hostilidad de Washington ha acercado finalmente a dos países que acumulan pleitos históricos y una desconfianza secular. "China apoyará el desarrollo estable de Rusia bajo el liderazgo de Vladímir Putin", ha avanzado Wang.

Cumbre en Suiza

Es consciente China del temor global que generan sus lazos con Moscú y se esfuerza en mitigarlos. Aquella sociedad "sin límites" anunciada en las vísperas de la invasión de Ucrania, y que tantos titulares sigue mereciendo, no ha vuelto a ser mencionada. Y en cualquier cumbre subraya que su relación no se dirige, a diferencia de la OTAN, contra ningún país.

Lavrov ha agradecido la posición "imparcial" de China sobre Ucrania, aunque es seguro que le agradecería más que lo fuera menos. También ha mencionado "su voluntad de desempeñar un rol constructivo" para lograr la paz y aclarado que Moscú faltará a cualquier evento internacional sobre el conflicto que ignore su postura. China se plantea acudir a la cumbre que se celebrará en enero en Suiza, convocada por Ucrania, para poner fin a la guerra. Moscú ya ha confirmado su ausencia porque, en su opinión, con ella sólo pretenden Bruselas y Washington conseguir el apoyo del Sur Global.