{ tribuna libre }

La gestión de la pesca fluvial

Pepe Casal

Pepe Casal

El actual equipo que gestiona la pesca fluvial es el peor que ha tenido la Xunta en su historia. Lo conozco perfectamente ya que desde 1985 estoy muy involucrado en el tema la gestión e incluso fui ponente de la ley del 92.

Han perdido la oportunidad de hacer que la nueva ley solucionase los problemas existente y, lejos de ello, ahora se puede navegar y bañarse en los cotos, vaciar un embalse sale por 25.000 euros y para los mayores la licencia es gratuita pero pagando los recargos, lo que se convierte en un suplicio porque la web es un auténtico desastre. Podría citar muchos más ejemplos.

A las sociedades colaboradoras no le hacen ni caso y están obligadas a firmar los convenios sin negociarlos y para solicitar una subvención para una Escuela de Pesca no le queda mas remedio que contratar una gestoría para que le solucione el papeleo. Prácticamente ninguna sociedad solicita esas ayudas por las dificultades anexas a su justificación. Las sociedades que tienen canal de alevinaje que se olviden de criar truchas como ocurría antes.

Hoy, la voz cantante la llevan AEMS, Adega y David Arcay y, por sus postulados, muchos pescadores mayores han tenido que dejar de pescar en su río de toda la vida con tanto tramo sin muerte implantado sin el estudio correspondiente tal y como se comprometió la conselleira ante las sociedades. Lo de A Coruña en el último Consejo provincial fue patético. Muchos pescadores mayores han tenido que dejar de pescar por no tener medios y euros para acudir a un coto.

Las zonas intermareales de las rías no se vigilan y las redes no dejan entrar a salmones y reos. De purines, contaminaciones y vertidos es mejor ni hablar. Servicios como el de A Coruña han quedado totalmente desmantelados, y sus jefes, los ha habido muy competentes, le duran un telediario a la jefa territorial de Medio Ambiente. A los agentes los tienen con papeles, informes, de transportistas de aves o “oubeando” por el monte por la noche para hacer el censo del lobo. Ir a controlar un río no pueden hacerlo pues su horario de trabajo apenas se lo permite. El colmo es que ahora les toca de controladores de microchips o de maltrato de animales.

Sobre el cormorán en lugar de actuar desde agosto del 2017, cuando le presentamos un escrito muy documentado y firmado por sociedades gallegas y asturianas para que se tomasen medidas urgentes, lo que decidieron fue encargar, muy tarde, “un estudio para estudiar lo que está más que estudiado” y documentado en toda Europa, que el cormorán grande come una media de 700 a 800 gramos de peces al día; hasta lampreas de más de un kilo de peso, aunque parezca imposible. Pasados cuatro años, dos jefes de servicio nos explicaron sus conclusiones en el Consello Galego de 2022. Al de Pontevedra se le entendió, pero cuando le tocó el turno al de Santiago no nos enteramos de nada.

La Dirección Xeral de Patrimonio Natural anunció que en diez días se reunirían para decidir las medidas a tomar y que nos lo comunicarían a las sociedades. A día de hoy, pasados cuatro meses, no hemos recibido nada.

Otro año perdido y los cormoranes comiendo toneladas de truchas, reos y esguines de salmón en nuestras rías, ríos y embalses.

Es muy difícil gestionar peor.