{ tribuna }

Gallegos en el exterior

Santiago Lago Peñas

Santiago Lago Peñas

GALICIA ha sido durante mucho tiempo tierra de emigrantes. Como Irlanda. Eso explica por qué estamos muy sobrerrepresentados en el censo CERA o por qué es tan probable encontrarse con un descendiente de gallegos en un buen número de países.

Pero a diferencia de Irlanda, no estamos siendo capaces de aprovechar todas las oportunidades que nos brinda. Cierto que muchas de esas personas que, ellos o sus padres, se fueron de Galicia, mantienen vínculos personales y afectivos. Algunos, incluso, tienen propiedades que visitan por vacaciones. Pero, en general, no logramos que esos vínculos trasciendan el ámbito privado. Hablamos de personas que, en no pocos casos, han cosechado éxitos profesionales o empresariales; y, por tanto, podrían ofrecer contactos y enormes posibilidades de múltiples tipos.

Desde luego, en la universidad deberíamos ser mucho más proactivos al respecto. Y eso pasa, en primer lugar, por honrar y reconocer los méritos de esas personas. Reconocerles desde la admiración lo mucho y bueno que han hecho para, a continuación, ofrecerles vías de colaboración.

Por eso, me parece muy acertada la estrategia de la Real Academia Galega de Ciencias de reclutar como académicos correspondientes a destacados científicos de origen gallego. Entre los nombrados esta semana se encuentra el arousano Jorge Martínez-Vázquez, uno de los mejores economistas gallegos de todos los tiempos, y al que debemos agradecer que, desde hace casi dos décadas ya, sea un activo importante para el sistema universitario gallego, como colaborador en múltiples actividades académicas y de transferencia de conocimiento.

Identificar personas, reconocer públicamente sus méritos, involucrarlos en nuestro día a día universitario. Creo que las universidades gallegas deberían pensar en diseñar un programa ad hoc para el aprovechamiento de todo ese talento. Con muy poca inversión podríamos obtener un rendimiento social extraordinario.