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El PSdeG necesita un Besteiro

Luis Pérez Fernández

Luis Pérez Fernández

SEGURAMENTE AL FINAL SERÍA LO MISMO, pero la carambola que llevó a Miñones a sentarse en el Consejo de Ministros tras el rechazo de Lastra, según ella, al ofrecimiento de ser ministra de Sanidad, facilitó el desarrollo de la operación para situar a Besteiro en la Delegación del Gobierno en Galicia y, quién lo duda, convertirse en el mejor candidato socialista a la presidencia de la Xunta cuando falta algo más de un año para las elecciones autonómicas.

Estos días se presentó la recuperación de Besteiro como justo desagravio a un forzado abandono de la política por culpa de una jueza cuando se encontraba, hace siete años, en el mejor momento para llegar a San Caetano. Se habla de rehabilitación política pero se trata más bien de pretender hacer de la necesidad virtud. El PSdeG precisa de una figura como la suya para recuperar posiciones en la política gallega. El partido necesita más a Besteiro que éste al partido, una vez encarrilada su vida fuera de ella.

Claro que la partida de billar sólo acaba de comenzar. Quedan muchas jugadas por disputar en las que para ganar se requiere de unas cuantas carambolas más. La próxima serán les elecciones municipales dentro de dos meses. El PSOE deberá mantener el poder institucional en las ciudades y provincias de A Coruña y Lugo. La pérdida de alguna urbe o diputación podría ser motivo para que el socialismo vigués reclamara protagonismo.

No obstante, el momento clave será diciembre, con las elecciones generales. Y todo pasa porque Sánchez al frente del actual gobierno de coalición se mantenga en el poder.

Las opciones de Miñones para optar a la Xunta son menores. El aura de ministro sirve mejor para encabezar la lista al Congreso de los Diputados, como parece que será. Y menos si el escaparate es el departamento de Sanidad, sin apenas competencias y con el foco apagado tras habernos olvidado de la covid. Mejor hubiera sido de Industria. Sobre todo para Galicia, con especiales necesidades en este ámbito.

La mayor preocupación por la vuelta de Besteiro estará en el BNG. Las opciones de Pontón para mantener la hegemonía en la oposición y desde ahí dar al salto a la Xunta se resienten. Una vicepresidencia única tampoco es para despreciar, pero hasta hoy todo apuntaba a que el BNG incluso incrementaría su ventaja sobre el PSOE. Y queda por ver como termina el culebrón Sumar. Sí Díaz se consolida en España su efecto podría servir para recuperar en Galicia algo de su pasado brillante.

La operación Besteiro también preocupa en el PP, sin duda, pero creo que menos que en el BNG o Sumar. El equilibrio político que se da en Galicia con un poder autonómico en manos populares y el local en socialistas y nacionalistas es una fórmula que podríamos calificar de exitosa si nos atenemos a su larga vida. Otros experimentos no cuajaron, en ambos ámbitos, aunque de tanto ir el cántaro a la fuente alguna vez pudiera romperse.

En cualquier caso, más allá de intereses partidistas y estrategias electorales, la asunción de Besteiro a la Delegación del Gobierno debiera ser buena para Galicia. Su currículo profesional, político y experiencia de gestión como servidor público auguran que antepondrá los intereses de los gallegos sobre cualquier otro. Lo institucional no quita la discrepancia.