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Atrapa tu sueño

Marcelino Agís Villaverde

Marcelino Agís Villaverde

LA FILOSOFÍA JAPONESA nos está invadiendo imperceptiblemente. Los notamos en pequeñas y grandes cosas que recibimos del país del sol naciente. Una de las últimas que ya circula entre nosotros es el modo de vida ichigai que practican los habitantes de la pequeña isla de Okinawa, el lugar del mundo donde poseen las mayores tasas de longevidad, con una sorprendente concentración de personas centenarias.

La idea que está detrás de este concepto es hallar un “propósito de vida” o “razón de ser” que nos ayude a disfrutar de lo que hacemos para conquistar la felicidad y hacer felices a los demás. Esta sencilla fórmula se desarrolla a través de dos ideas: que cada persona encuentre y realice aquellas actividades que dan sentido a su vida; y, en segundo lugar, hallar a través de las rutinas de nuestra vida cotidiana la paz interior y el equilibrio de nuestra mente, desterrando males endémicos en Occidente como el estrés, las prisas, las ansias de poder o riqueza material.

Las leyes que rigen esta filosofía de vida son también simples. Todo comienza invitando a que cada persona encuentre su sueño y luche día a día por realizarlo. La segunda regla es la de mantenerse siempre activo tanto a nivel mental como corporal, pues la conquista de un sueño es costosa, y debemos prepararnos llevando una vida saludable: comer sano y sin saciarse, caminar por la naturaleza, estar dispuesto a aprender siempre cosas nuevas de los demás, y, sobre todo, tomarse las cosas con calma y tener siempre una sonrisa en los labios.

Luego está el alto propósito de compartir la vida con los demás con un espíritu de servicio desinteresado, algo tan afín a la mentalidad japonesa, en la que la comunidad cuenta más que el individuo. Seguir el ikigai es, en definitiva, dar gracias a la vida que, como dice la canción, nos ha dado tanto, aumentando así nuestras reservas de felicidad y calidad de vida. ¡Habrá que probar!