{ POLÍTICAS DE BABEL }

Los días de Europa

José Manuel Estévez-Saá

José Manuel Estévez-Saá

FUE LA PRESIDENTA DE LA COMISIÓN Europea, Ursula von der Leyen, la que quiso dejar claro en Kiev, con motivo del Día de Europa, la vocación pacifista y unionista de un Continente cuyos valores e ideales se siguen viendo amenazados desde dentro, pero sobre todo desde fuera. Como muestra, la propia invasión rusa de Ucrania, llevada a cabo por un Putin que ese mismo día conmemoraba en Moscú el Día de la Victoria, con un discurso lleno de mentiras y desinformación del que ya dimos cuenta ayer aquí. Por eso Von der Leyen habló de una Ucrania “libre y en paz” incluso ‘dentro’ de esa UE que se creó, precisamente, para evitar que se repitiesen las guerras del pasado.

Esta hipótesis de pertenencia, esta candidatura solicitada por Zelenski, parece hoy más cercana, siempre que Kiev acometa las reformas pendientes, y se atenga a los parámetros de una comunidad política de derecho que trabaja para que todos sus miembros asuman unos Tratados orientados a una integración y una gobernanza común. Será en octubre cuando un informe oficial por parte de Ucrania se someterá al criterio de los veintisiete, como paso previo a una adhesión cercana, pero no exenta de recelos por parte de algunos países. Un resquemor que se hace evidente incluso a la hora de lograr consensos relativos a las nuevas sanciones que la UE desea imponer a la Federación Rusa a través de países terceros.

Como dijo Felipe VI en la entrega del Premio Europeo Carlos V al secretario general de la ONU António Guterres, debemos lograr “una Europa que se reafirme y cohesione aún con mayor fuerza y decisión”. Y es que todavía recordamos las disputas entre el norte y el sur durante la crisis económica y financiera de 2008, así como las duras reformas impuestas por “los países austeros” a los más vulnerables. Tampoco la crisis sanitaria derivada de la pandemia empezó con buen pie, dado que las reglas variaban de un país a otro, hasta que la compra conjunta de vacunas aportó cierta homogeneidad y eficiencia a la gestión de la Covid-19.

Ahora es la situación en Ucrania la que está generando desajustes motivados por la crisis inflacionaria derivada de la guerra y su impacto en el transporte, los suministros, y los precios de la energía, los combustibles y los alimentos. Esta pérdida de calidad de vida daña a las familias. Incluso los Fondos Europeos Next Generation EU no terminan de impactar en la sociedad. De ahí el auge de los extremismos a derecha e izquierda por todo el Continente; y también las protestas que surgen en tantas capitales europeas, reclamando subidas salariales y avances laborales en sanidad, justicia, empresas (con escasez de mano de obra y altos impuestos), e industria (con menos empleos ya que en 2008). Lógicamente, pronto será el sistema educativo, profesorado incluido, el que reclame mejoras y derechos.