{ POLÍTICAS DE BABEL }

Más allá de Erdogan

José Manuel Estévez-Saá

José Manuel Estévez-Saá

TURQUÍA ES MUCHO MÁS que Recep Tayyip Erdogan, pese a que las recientes elecciones presidenciales nos inclinen a pensar que el país no ha dejado de girar, desde hace dos décadas, alrededor de una de las figuras más influyentes del espacio euroasiático. Su preeminencia en la guerra provocada por Rusia en Ucrania (recordemos la dependencia turca del petróleo y el gas rusos), su alto perfil dentro de la OTAN, y su situación geoestratégica incluso a la hora de controlar la llegada de inmigrantes y refugiados provenientes de Asia y Oriente Medio, hace que todos volvamos nuestra mirada hacia un país que genera en el seno de la UE tanto interés como recelo prudente. Interés, por las oportunidades de inversión y negocio que ofrece. Recelo, por la peligrosa deriva cultural y religiosa que ha tomado estos últimos años. Aun así, es un país que merece, también en España, nuestra atención.

Más allá de Erdogan

Más allá de Erdogan / José Manuel Estévez-Saá

Turquía es nuestro quinto proveedor de fuera de la UE, destacando en sectores como el textil-moda, el turístico, el metalúrgico, y el relacionado con la maquinaria industrial y los componentes automovilísticos. Además, unas 850 empresas españolas disfrutan de capital y base operativa en una Turquía moderna ya centenaria, cuyo crecimiento nos ofrece un sinfín de oportunidades inversoras incluso en el ámbito de la construcción y las infraestructuras (sobre todo ferroviarias), el transporte, el campo sanitario, la gestión financiera, o la energía (desde renovables a hidroeléctricas). De hecho, nuestras exportaciones compiten ya con las de Alemania, Francia y Reino Unido. A todo ello debemos añadir el papel mediador de Turquía para que nuestras empresas accedan al mercado asiático y hasta al africano.

Por eso es lógico que Europa en general, y España en particular, asistan expectantes al futuro político de un contexto tan estratégico; y que incluso comprendan esos temores que el pasado domingo frustraron el cambio presidencial y consolidaron el oficialismo del AKP en el Parlamento turco, pese al impacto de la crisis económica sobre la sociedad, y a las angustias derivadas de la gestión del reciente terremoto. Las encuestas apostaban por el socialdemócrata Kemal Kilicdaroglu; pero el miedo al cambio, especialmente en tiempos tan convulsos como el actual, lo frenaron todo; al menos, de momento, y a falta de a quién decida apoyar el ultraderechista Sinan Ogan (5,3% de votos). La altísima participación (denuncias de irregularidades aparte) de en torno al 90%, con el 49,5% de votos a favor de Erdogan, y el 44,9% obtenido por su rival, motivan una inédita e interesante segunda vuelta el 28 de mayo. Habrá que ver si, ante tanta incertidumbre financiera y bélica, los turcos apuestan por el cambio, o prefieren la seguridad, la continuidad, y la experiencia e influencia exterior que proyecta Erdogan.