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Inteligencia artificial y oposiciones memorísticas

Carlos Pajares Vales

Carlos Pajares Vales

La inteligencia artificial se revela cada vez más como una poderosa herramienta capaz de ayudarnos en muchas de las actividades y funciones que hacemos. También es capaz de suplir al hombre en alguna de sus actividades y revela a veces la inutilidad de los esfuerzos empleados.

En particular, bastantes de las oposiciones a cuerpos de la administración del Estado o de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos consisten en ejercicios donde lo prioritario es aprenderse de memoria toda una serie de temas y recitarlos delante de un tribunal durante un determinado tiempo. En la medida que el número de temas para aprenderse es mayor, la oposición es más difícil y por eso se dedican más años en su preparación.

Así, por ejemplo, para jueces la oposición consta de tres ejercicios, uno tipo test y otros dos que consisten en desarrollar algún tema entre los de alrededor de 320 posibles. El número medio de años empleado por los que superan la oposición es algo más de cinco años. Es decir, cinco años para aprenderse esos 320 temas. La inteligencia artificial los aprende y les dice muy bien sin ninguna necesidad de gastar cinco años.

La pregunta que se deberían hacer las autoridades pertinentes es ¿las oposiciones basadas en esos ejercicios memorísticos son tan formativas para ejercer como juez, como para seguir manteniéndolas cuando parece que son innecesarias como lo revela la Inteligencia artificial? ¿Es conveniente que se gasten cinco años en aprenderse unos temas que se pueden ver y consultar rápidamente?

La inteligencia artificial en este caso pone de relieve la falta de sentido de unas oposiciones donde lo prioritario es verificar si los sujetos tienen un memorión. Hay otras preguntas asociadas a esos ejercicios memorísticos.

Una de ellas tiene que ver con el obstáculo que supone para jóvenes de familias con recursos limitados el poder emplear alrededor de cinco años en aprender esos temas. De hecho, las estadísticas sobre el acceso a la carrera judicial indican que un porcentaje inferior al 10 % proceden de familias de clase media o baja. Este hecho explica el matiz conservador que tienen muchas de las sentencias dictadas por los jueces. También puede explicar por qué más del 80% de los españoles no creemos en la independencia judicial.

Otra de los cuestionamientos de las citadas pruebas tiene que ver con la motivación de los opositores. El hecho de gastar cinco años en algo que en gran medida es absurdo hace pensar que las personas que lo superan o tienen mucha vocación o lo que quieren es meramente tener la vida asegurada. No hay que olvidar que las retribuciones en el caso de jueces son las más grandes de todas las administraciones. Sería mucho mejor emplear esos cinco años en adquirir una formación adecuada a las funciones que tiene que cumplir. No es de recibo que muchos jueces españoles no vayan a congresos internacionales de actualización porque la mayoría no sabe inglés. ¿Por qué las asociaciones de jueces, tanto las conservadoras como las progresistas no piden con intensidad y firmeza el cambio en el sistema de acceso?

Los ejercicios memorísticos no solo aparecen en el acceso de la carrera judicial, aparecen en muchas otras oposiciones. Incluso las ligadas a Ciencias, también aparece algún ejercicio memorístico. Una modernización de la administración y la justicia deben llevar consigo el quitar tanto ejercicio memorístico en el acceso a ellas.