Seguimos en la misma
Nada empezó con esto de Ábalos. Es lo mismo de siempre. Hace ya algunos años, demasiados, que la política española es un puro ensañamiento. Y un juego hipócrita de inocencias. Como si fuese una guerra en la que los combatientes no han sido avisados de que no habrá vencedores; todos saldrán de ella vencidos. Si es que alguien logra salir de este fango extendido y sucio.
De lo que sabemos del tal Koldo es que siguen produciéndose casos de corrupción que también resulta que son siempre el mismo. Recientemente, referidos todos, y ya van varios, a las malditas mascarillas, pero, mirando más atrás, sin dejar de ser lo mismo, al aprovechamiento de la ocupación de cargos públicos (diputados, ministros, alcaldes, presidentes de entidades bancarias y de gobiernos regionales, que en esto no se salva ni dios) para el lucro personal, parapetado, como se ha podido ir viendo, en mil y una triquiñuelas fiscales, patrimoniales o financieras.
Casi todos los afectados, que también tiene gracia, aunque no estén exentos de culpa sí que lo están de castigo. Incluso escribiendo libros sobre sus aventuras en los que, como es lógico, se confiesan inocentes o salen disculpados. De ellos pueden los lectores elaborar listas rigurosas; por si no tienen memoria para todos, echen mano de su periódico habitual, ahí fueron saliendo sus nombres y apellidos.
También hubo, es cierto, por lo que es exigible la prudencia tanto para señalarlos como para inculparlos, casos varios de imputados o investigados a los que se le señalaron sospechas que resultaron infundadas. Y jueces y juezas que, habiendo mantenido acciones persistentes de este tipo, destructivas de la respetabilidad política y personal del señalado, amparados en la disculpa del equívoco sin intencionalidad, no tuvieron más castigo, cuando lo tuvieron, que un simple traslado. Iba a decir que también sucio, pero me callo.
¿Cuánto tiempo más necesitamos para que se empiece a pensar que con el castigo no basta para erradicar la corrupción, sino que hace falta ir más allá para evitar que se produzca? Anticiparse. Es más cosa de un antes que de un después. Está claro que los procedimientos y controles actuales no bastan. Que se pueden eludir con cierta facilidad y que se eluden con mucha frecuencia. No basta, pues, con rasgarse las vestiduras. Menos aspavientos y más cordura. No vaya a ser que la culpa de los corruptos también sea de los que no lo son. Unos por sucios y otros por tontos.
- El Correo Gallego - Diario de la capital de Galicia
- Estos son los dos pueblos más felices de Galicia: los únicos en el top35 de España
- ¿Por qué es tradicional colocar "ramas de xesta" en las puertas de las casas durante el mes de mayo en Galicia?
- Así es el original mirador de Santiago que permite sacar la fotografía más buscada de la Catedral
- El creador de ‘El caso Asunta’ revela nuevos detalles de la ficción que narra el crimen más mediático de Santiago de Compostela
- Un alumno del Colegio Peleteiro de Santiago arrasa en la Olimpiada Española de Química: se lleva el bronce tras hacer doblete en Galicia
- Un hotel de Santiago se cuela entre los mejores de España al ganar la nueva distinción de la Guía Michelin
- Acciona se asocia con Nissan para la distribución en Europa de su nuevo nanocar Silence S04