Políticas de Babel

Europa revela sus miedos

José Manuel Estévez-Saá

José Manuel Estévez-Saá

MACRON COMETIÓ UN ERROR cuando sugirió la posibilidad de enviar tropas europeas y de la Alianza Atlántica a Ucrania. Dichas declaraciones revelan inseguridad y temor. Inseguridad a raíz de una menor ayuda futura por parte de Estados Unidos y la OTAN si es Trump quien termina recuperando La Casa Blanca (aunque con Biden las ayudas al conflicto están congeladas y se ven cada vez con mayor recelo incluso entre los demócratas); y miedo a que la Federación de Rusia decida seguir extendiendo sus tentáculos sobre territorio europeo. Todo surgió en la cumbre celebrada el lunes en París, en la que los aliados se comprometieron a seguir enviando ayuda militar a Kiev. Allí estaban representados unos veinte gobiernos; pero países tan relevantes como EE.UU. o Reino Unido ni siquiera estuvieron representados por su presidente y primer ministro.

Es lógico que sean tantos los miembros de la OTAN que hayan decidido aumentar sus inversiones en Defensa. Pero, aun así, la falta de consenso entre los socios es algo que ya ha detectado Putin, quien celebra las declaraciones de Macron, pues le son útiles para reforzar su propaganda relativa a la animadversión de Occidente hacia “la madre Rusia”. Declaraciones como las del presidente de la República Francesa le permiten al autócrata ruso vender entre su población la necesidad de continuar su cruzada en favor de la “desmilitarización” de Ucrania. El secretario de Prensa del Kremlin, Dmitri Pescov llegó a preguntar si acaso esta actitud beligerante le interesa a los ciudadanos europeos y occidentales, y si consideran oportuno que sus países tomen parte activa frente a la “acción militar especial” de Rusia en Ucrania. También señaló Pescov que esto convertiría a la OTAN en un enemigo directo e inminente de Moscú. Las consecuencias serían “trágicas”, como apuntó el propio Putin en su discurso a la Nación del jueves.

Macron se ha quedado solo y con la reprimenda de Alemania, EE.UU., Reino Unido, Italia, Austria, Eslovaquia, Polonia, República Checa, Hungría, y hasta de la recién llegada Suecia. Incluso el canciller alemán Olaf Scholz, que es quien más armas y ayuda militar ha enviado desde la UE a Ucrania, ha dejado claro que “no habrá tropas terrestres ni soldados europeos en la guerra”. Esto demuestra que el eje franco-alemán tampoco funciona cuando se trata de hablar de iniciativas frente a Moscú. En todo caso, la presidenta de la Comisión Europea matizó la polémica en el Parlamento Europeo. Dijo que “la guerra no es inminente, pero no imposible”. Ursula von der Leyen retomó la idea de utilizar los fondos rusos congelados para impulsar la industria militar europea, la adquisición de munición y armas, y su suministro a Ucrania. Pero tampoco esta propuesta cuenta con el visto bueno del conjunto de la Unión. Habrá que ver qué da de sí la futura Estrategia industrial europea de Defensa.