El CHUS trabaja en 60 ensayos clínicos pediátricos, la mayoría en vacunas y patologías infecciosas

Expertos de toda España abogan en Compostela por reivindicar la figura del investigador y se comprometen a buscar la sostenibilidad

El doctor Federico Martinón, durante la reunión/ Jesús Prieto

El doctor Federico Martinón, durante la reunión/ Jesús Prieto / koro martínez

La cuarta reunión de los miembros de la Red Española de Ensayos Clínicos Pediátricos (Reclip) se cerró ayer en Santiago con “la satisfacción de haber podido escuchar a todas las voces implicadas, desde enfermeras a investigadores, la industria farmacéutica o la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, lo que nos permitirá avanzar en el desarrollo de mejores medicinas y más rápido, con garantías para los niños”, según explicó el doctor Federico Martinón, coordinador general de dicho organismo, en declaraciones a EL CORREO.

En un encuentro en el que se hizo un repaso por los logros alcanzados y se abordaron los retos más inmediatos, el también jefe de Pediatría del CHUS indicó que uno de los grandes compromisos adquiridos este viernes fue el de “trabajar por la sostenibilidad de la red y, además, adoptamos una decisión muy importante, como es la de transmitir la importancia de la promoción de la investigación clínica pediátrica a todos los niveles, no sólo los de la red, sino que se ha de proteger el futuro de la investigación, que se contemple como un valor curricular la investigación que realizan los médicos porque es algo que debe tener una valoración adicional y que ya se contempla en otros países”.

Recalcó que “la investigación clínica es complicada, y aún más la pediátrica”, algo que a su juicio quedó patente en toda Europa con la pandemia, “donde se vieron las deficiencias en investigación, hay que proteger lo que funciona y a aquellos centros que lo hacen bien”, dijo.

Respecto a la sostenibilidad que se comprometieron a buscar los ochenta participantes de forma presencial y en torno a otros 50 por internet, indicó que “invertir en ensayos clínicos pediátricos es algo muy complejo, y es necesario profesionalizar este campo para poder dar una respuesta eficiente al paciente y al propio promotor”.

“En Santiago, saben que somos expertos y que se ofrecen las máximas garantías para pacientes y para el promotor que quiere ensayar su molécula, y eso nos permite poner a disposición de los pacientes medicamentos con muchos años de antelación”, señaló el doctor Martinón.

Una trayectoria la del Clínico en este campo sobre la que son un magnífico ejemplo los sesenta ensayos clínicos pediátricos activos en los que trabaja en estos momentos el hospital, la inmensa mayoría en el área de vacunas y enfermedades infecciosas, pero también en oncología pediátrica y patologías congénitas.

Para ello, insistió, es importante “que funcionen todas las herramientas, que haya una estructura profesionalizada porque si tienes una vacuna y no la puedes desarrollar, o si no puede llegar al mercado, al final no sirve, no se puede improvisar”.

La red española que coordina el jefe de Pediatría del CHUS desde el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago está formada por 29 nodos clínicos y 6 redes de investigación y sociedades científicas.

Juega un papel relevante en el ámbito internacional, ya que participa con otras 20 redes nacionales en el proyecto conect4children, una red pan-Europea creada para facilitar la planificación y realización de ensayos clínicos en niños y jóvenes, y que tiene un presupuesto de aproximadamente 140 millones de euros.

La Red Española de Ensayos Clínicos Pediátricos promovió el último año la activación de diez iniciativas en este campo de alta complejidad en enfermedades renales, crónicas, esclerosis múltiple, infecciones fúngicas o enfermedad de Kawasaki.