Entrevista | Bianka Rodríguez y Marcella Hernández Activistas por los derechos LGTB en El Salvador

“La expectativa de vida para una mujer trans en El Salvador es de 33 años”

La asociación salvadoreña Comcavis Trans brinda refugio a personas LGTB que sufren violencia sexual, de género, intento de asesinato, extorsión o acoso // Muchas de estas personas se ven obligadas a huir para proteger su vida // Las fuerzas del orden de El Salvador son el segundo agente que más hostiga a este colectivo

Bianka Rodríguez y Marcella Hernández, activistas salvadoreñas por los derechos del colectivo LGTB, de gira estos días por Galicia con Asemblea de Cooperación pola Paz (ACPP)

Bianka Rodríguez y Marcella Hernández, activistas salvadoreñas por los derechos del colectivo LGTB, de gira estos días por Galicia con Asemblea de Cooperación pola Paz (ACPP) / Jesús Prieto

Valeria Pereiras

“En 2016 sufrí privación de libertad por parte de un sujeto a punta de pistola. Fue un intento de homicidio por mi condición de defensora de los derechos LGTB, así me lo expuso esta persona”. 

Quien habla es Bianka Rodríguez, hoy directora de Comcavis Trans, una asociación salvadoreña que brinda refugio a personas LGTB y que recala en Santiago dentro de la gira gallega organizada por la ONGD Asemblea de Cooperación pola Paz (ACPP). Participan en su programa de sensibilización “Abeirar: desprazamentos e refuxio con enfoque de dereitos”, una iniciativa que pone el foco en los desplazamientos humanos, especialmente los forzosos.

Bianka vive para contarlo. Aquel hombre la dejó marchar, pero a punto estuvo de engrosar las estadísticas de crímenes de odio en El Salvador. “La expectativa de vida para una mujer trans en El Salvador es de 33 años de media”, dice, “y con suerte”, añade.  

Aunque la orientación sexual no está criminalizada en El Salvador, la discriminación y la violencia contra las personas LGBT son comunes, y los delitos a menudo quedan impunes. “Los magistrados desestiman el agravante del delito de odio que habíamos conseguido aprobar en 2015 en la Asamblea para aumentar las penas. No hay reparación, ni políticas que garanticen la protección”, relata Bianka.

El actual gobierno de Nayiv Bukele ha sido criticado por su falta de acción, y por no hacer lo suficiente para proteger los derechos de las personas LGBT. Una de sus primeras medidas de Bukele al llegar al poder fue cerrar la Secretaría de inclusión social y la Dirección de diversidad sexual. En una sociedad predominantemente conservadora y católica, como la salvadoreña, donde el aborto continúa penalizado, la cultura de discriminación y exclusión hacia el colectivo LGTB siguen muy presentes. 

Preocupa especialmente la violencia hacia esta población, incluyendo casos de asesinatos, torturas y abusos policiales: “La violencia procede de estructuras delincuenciales pero también de agentes de Estado. Los cuerpos de seguridad públicos, la policía, está catalogada por organismos internacionales como el segundo agente persecutor de personas LGTB en El Salvador”, revela Bianka.

Bianka Rodríguez y Marcella Hernández, activistas salvadoreñas por los derechos LGTB, en Bonaval

Bianka Rodríguez y Marcella Hernández, activistas salvadoreñas por los derechos LGTB, en Bonaval / Jesús Prieto

“Las situaciones que más podemos identificar son discriminación, acoso en diferentes estados en las comunidades, en los espacios de trabajo, también violencia sexual y psicológica ejercida, en muchos casos, por personas cercanas”, nos cuenta Marcella Hernández, técnica de Desarrollo territorial y Liderazgo de la asociación.

Esa discriminación se extiende a distintas esferas, como la laboral, la educativa y también en el acceso a la salud. Las personas LGBT se enfrentan a numerosas barreras para acceder a empleos formales, y son víctimas de exclusión y acoso en escuelas y universidades. También se les niega el acceso a servicios de salud apropiados y, en casos, son expulsadas de sus hogares y comunidades.

Éxodo LGTB en El Salvador

Comcavis Trans cuenta con residencias comunitarias repartidas por todo el país, en las que atienden a personas desplazadas por pertenecer al colectivo LGTB. “No solo las guerras causan desplazamientos de población, estas personas están también en una situación vulnerable, y son perseguidas”, explica Marcella. 

“Ofrecemos refugio temporal en nuestra casa Karla Avelar (fundadora de Comcavis, Avelar fue la primera mujer transexual en denunciar los crímenes de odio contra la comunidad LGTB ante la Comisión Interamericana de DD.HH) a personas en tránsito desde Nicaragua, Honduras o Guatemala, personas LGTB de otras nacionalidades que se dirigen a terceros países. Muchas persiguiendo el ‘sueño americano’ pero también a otros lugares, como México, que tiene unas políticas más afirmativas y de inclusión hacia las personas LGTB”. 

Según informa Comcavis, entre los motivos de los desplazamientos trans en El Salvador, la mayoría -un 31%- se deben a amenazas realizadas "por bandas" y un 27% a un intento de homicidio. Violencia física, violación y abuso de autoridad son otras de las causas más comunes que obligan a huir a personas de este colectivo. Un 8% de las trans están sometidas a extorsión y un 2% a violencia intrafamiliar.

El año pasado en Comcavis Trans acogieron 134 casos de desplazamientos forzados, la mayoría de las 225 personas atendidas por esta asociación a través de sus diferentes áreas. “La casa-refugio Karla Velar es la última opción para las personas que llegan, personas que ya no tienen a dónde ir, que no tienen redes de apoyo. Se les da una atención integral, asesoría legal y atención psicosocial que les permita retomar sus proyectos de vida”, detalla Marcella. 

En junio de 2021, el presidente salvadoreño se disculpó públicamente por las violaciones a los derechos humanos de la comunidad LGBT en El Salvador, y prometió tomar medidas para proteger sus derechos. Hoy, la situación de la comunidad LGBT en el país sigue requiriendo de menos palabras y más acciones concretas para garantizar sus derechos y protección.