“Con la pandemia, un grupo de gente se descolgó pero la estamos recuperando. Existe relevo generacional”

Para Luis Ángel Seoane Botana {Santiago de Compostela, 1976} la Semana Santa compostelana es una parte muy importante en su vida. Desde muy pequeño, siendo un niño, participó con sus padres en las procesiones, pero sin llegar a ser cofrade. Sin embargo, a sus veinte años, atraído por un grupo de amigos que en un momento determinado decidieron implicarse un poco más de lo que ya estaban en la Semana Santa entró en un nuevo mundo. Ahora preside la Junta de Cofradías de Santiago de Compostela.

¿Qué significa ser cofrade?

Significa un mundo de sensaciones distintas por lo que supone la vivencia dentro de las procesiones, ese momento de reflexión que tienes contigo mismo, y significa poder transmitir la tradición, la fe y el legado que nos han dejado nuestros antepasados a toda la gente en general y las generaciones que viene detrás de nosotros.

Usted preside la Cofradía de Nuestra Señora de la Quinta Angustia desde el año 2020. ¿Cómo se vive desde dentro una procesión?

Principalmente se vive en reflexión. Pensando en uno mismo, en quienes le rodean, en oración también. Hay momentos en donde das gracias, momentos en donde pides... un poco en función del estado de ánimo y las necesidades de cada uno.

¿Cada año se vive de una forma diferente?

Sí. Cien por cien diferente porque cada cofrade lo vive cada año con una situación personal distinta. En función de eso viene a la procesión con su petición personal, sus necesidades y sus reflexiones.

Y este año, ¿cómo lo está viviendo? Mañana sale de la Capilla de la Angustia la cofradía que preside.

Con el nerviosismo de los momentos previos a la procesión, con los preparativos y todo lo que rodea. Además, como presidente de la Junta de Cofradías, como se puede imaginar, con mil cosas que hacer con el resto de la organización.

Como máximo responsable de la Junta de Cofradías de Santiago de Compostela, ¿cree que las cofradías han ganado importancia en la ciudad con el paso de los años?

Sí, lo creo. Antes los cofrades se limitaban a salir en sus respectivas procesiones y ya, ahora estamos colaborando con entidades de la ciudad y llevamos a cabo actividades culturales, vamos más allá de la Semana Santa. Venía de camino reflexionando sobre los últimos 30 años, que son muchos, pero realmente para una ciudad en la que existen cofradías que datan del S. XV 30 años no son nada. Si hace 30 años teníamos nueve cofradías y 11 procesiones, ahora estamos en 11 cofradías y 16 procesiones, con lo cual, hemos ganado en número de cofradías, han nacido cofradías jóvenes, y hemos ganado en participación y en número de cofrades.

Entonces, ¿existe relevo generacional en las cofradías de Santiago?

Aquí, sí lo hay. Notamos que con la pandemia parece que hay un pequeñito salto de gente que pudo descolgarse un poco pero que se está recuperando.

Una buena prueba de la importancia cada vez mayor de las cofradías de la ciudad puede ser el reconocimiento recibido en 2017, la declaración de la Semana Santa compostelana como bien de interés turístico autonómico. ¿Qué ha supuesto para ustedes?

Visibilidad. Realmente la declaración supuso que la Semana Santa de Santiago ganase fundamentalmente en visibilidad. Era una Semana Santa bastante desconocida fuera del entorno local y gracias al apoyo de Turismo de Galicia y de otras entidades, tanto autonómicas como locales, lo que ganamos fue esa visibilidad que era necesaria para algo que yo considero de un gran valor tanto a nivel artístico como de cofrades.

Ahora intentan conseguir que se convierta en fiesta de interés turístico nacional. ¿Lo conseguirán?

Yo creo que lo conseguiremos. Estamos trabajando en ello. Ahora mismo llevamos tres meses incorporados a la directiva. Obviamente la prioridad era la Semana Santa y nada más acabar la Semana Santa continuaremos con los pasos precisos para lograrlo.