Camino

Antonio Catalán: “Al ver las torres de la Catedral, la emoción es la de hace 33 años”

El presidente de AC Hoteles llega a Santiago fiel a su cita anual desde 1990, cumpliendo la promesa que hizo cuando una hija sufrió un grave atropello, y a punto de cumplir “50+25”

Acompañado por un grupo de 41 ciclistas, entre los que se encontraban familiares y compañeros de la compañía AC Hotels by Marriott que él mismo fundó y preside, el empresario navarro Antonio Catalán culminó ayer la que ha sido su “33 peregrinación oficial, 36 si contamos las extraoficiales”, haciendo su entrada en el Obradoiro con cierto retraso sobre el horario previsto por culpa de las inclemencias del tiempo en una última etapa desde Portomarín.

Felicitado al bajarse de la bici por su mujer, Susana Balenchana, no parece que la de este miércoles vaya a ser la última ocasión en la que pedalee hacia la Tumba del Apóstol, no sólo porque se mantiene fiel a la promesa que hizo cuando una hija suya de corta edad sufrió un grave atropello, y que lleva cumpliendo invariablemente desde 1990, sino porque se le nota que vive con intensidad la experiencia de poder compartir el Camino con familiares, amigos y algunos de los directivos que forman parte de su cadena hotelera.

De hecho, y al ser preguntado sobre la motivación que le lleva a embarcarse en una aventura de más de 800 kilómetros en apenas seis etapas desde Tudela, aseguró que “cada vez que llego a Santiago, cuando encaro el Obradoiro y veo las torres de la Catedral, la sensación que tengo es la misma que la primera vez, es muy emocionante”.

Espera, por ello, “a punto de cumplir los 50+25, poder seguir repitiendo mientras el cuerpo aguante”, y eso que su hija, tal y como indicó, está perfectamente y trabaja en Iberdrola, en litigios”. De momento, su opción seguirá siendo la bicicleta por problemas de agenda y porque es un gran aficionado al ciclismo, aunque no descarta recorrerlo alguna vez a pie.

Nada parece que vaya a disuadirle de continuar con una tradición en la que también está absolutamente involucrada su mujer, para quien la de este 2023 era su novena peregrinación, y es que como indicó bromeando Antonio Catalán, “no había alternativa, o te divorcias o te subes a la bici”. Y a Susana Balenchana no le quedó más remedio que aficionarse a la pasión de su marido hasta que se dio cuenta de que “algo que empezó por amor, acabó convirtiéndose en devoción porque el Camino tiene algo especial, es una delicia compartir con un grupo de gente que se lleva tan bien y, si encima eres creyente, pues es una maravilla”.

Ambos reconocieron que a lo largo del peregrinaje hubo momentos díficiles, como la etapa entre Logroño y Burgos, en la que la lluvia y el granizo hicieron notable acto de presencia, pero destacaron que esos obstáculos también forman parte de la experiencia jacobea, al igual que este último tramo desde Portomarín en el que les acompañó el agua, y que al final resultó mejor de lo previsto porque “es preferible que si llueve lo haga desde el principio de la jornada, que así ya nos pilla preparados para ello”, subrayó Catalán, quien además hizo un balance positivo porque “creíamos que íbamos a tener peor tiempo, pero ha sido mucho mejor de lo previsto, y llegar a Galicia sin lluvia sería raro”.

Agradecido a todos los que forman parte de esta aventura, tanto a los participantes como a los que trabajan en la organización de la misma, recalcó que esta peregrinación supone ya toda una tradición en la cadena hotelera porque todo el mundo se implica mucho y espera esta cita, “incluso estadounidenses que buscan un hueco en sus agendas para recorrer en bici la Ruta”. Entre ellos, tal y como recordó, el que fue presidente y director ejecutivo de Marriott International, Arne Sorenson, “fallecido de un cáncer de páncreas fulminante en 2021, que peregrinó varias veces con nosotros porque era un apasionado”, y quien fue además el impulsor de que las tarjetas de fidelización de la compañía en Estados Unidos promocionen el Camino de Santiago en todo el país.

Otro de los ilustres habituales en esta iniciativa impulsada por Antonio Catalán suele ser el veterano ciclista Miguel Induráin, que en esta ocasión únicamente se incorporó a alguna de las etapas porque “su mujer y una hija están haciendo el Camino y le parecía excesivo”, bromeó el fundador de AC Hotels, que también hizo lo mismo con respecto a la ausencia del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, en la etapa de ayer, en la que inicialmente iba a participar y de la que se descolgó “porque estaba lloviendo”.

Tras una ducha y la comida en el AC Palacio del Carmen, los participantes pusieron el punto final a su peregrinación con una misa en la Catedral y el vuelo del Botafumeiro.