Día de Padrón en Santiago: ¿cuál es el origen de este evento anual?

Hoy se celebra el Día de Padrón en Santiago con una recepción oficial a la corporación del municipio en el Pazo de Raxoi

El acto nos traslada a los orígenes de la leyenda del Apóstol y la fundación de Santiago

Fachada de la Catedral de Santiago

Fachada de la Catedral de Santiago / ECG

Como cada 31 de julio, Santiago de Compostela recibe hoy a la corporación municipal del Concello de Padrón en un acto institucional, pero también tradicional y con una fuerte carga simbólica, que tiene su raíz en los orígenes más remotos de la ciudad. Acompáñanos en esta historia que se desarrolla en apenas 15 kilómetros pero que recorre siglos de tiempo.

El apóstol Santiago: dónde murió y por qué sus restos están en Galicia

Santiago Zebedeo o el Mayor es el protagonista absoluto de esta historia. Era uno de los discípulos favoritos de Jesús, con quien, de hecho, guardaba parentesco directo: su madre era Salomé, hermana de la Virgen María, y su hermano era Juan el Evangelista. Nuestro Apóstol pertenecía al círculo de confianza de Jesús y, según las narraciones, estuvo presente en algunos de los momentos más destacados de su historia, como la Transfiguración en el monte Tabor o la Oración en el Huerto de los Olivos. 

Tras la muerte y resurrección del hijo de Dios, Santiago y otros discípulos recorrieron el mundo predicando su mensaje y fundando las primeras comunidades cristianas, constantemente sometidas a persecución por parte de los poderes civiles. La predicación de Santiago por tierras de Judea aparece recogida en los Hechos de los Apóstoles, libro donde también se narra su captura, martirio y ejecución por decapitación en Haffa (Palestina), en el año 44, por órdenes de Herodes Agripa I, rey de Judea.

Hasta aquí el relato histórico. Entramos ahora en territorio de leyenda, ya que no existen pruebas historiográficas de que Santiago pisara la península ibérica. La primera referencia a su predicación por tierras de Hispania, concretamente en la zona más occidental (que correspondería a la provincia romana de Gallaecia) aparece en un libro escrito a principios del siglo VII y titulado Breviarium Apostolorum'

Entonces, ¿por qué sus restos están, supuestamente, en nuestra ciudad? Todo tiene que ver con la leyenda de la Traslatio, que repasamos a continuación.

La leyenda de la Traslatio

Según la tradición cristiana recogida por escrito en la 'Carta del Papa León' (un texto del siglo IX que se incluyó más adelante en el Códice Calixtino), siete de los seguidores de Santiago recogieron en secreto los restos del Apóstol y los llevaron a orillas del mar Mediterráneo. Allí se les apareció un barco de piedra equipado y preparado para zarpar. El grupo emprendió una travesía 'milagrosa' sin mapas ni timonel que, después de siete días, les llevó a las costas de Iria Flavia. 

Allí, amarraron el navío a una gran piedra o 'pedrón' que encontraron en la orilla. De este elemento deriva, justamente, el nombre del municipio de Padrón. También cuenta la leyenda que la piedra en que apoyaron el cuerpo al desembarcarlo se transformó milagrosamente en un sepulcro. 

Los restos del Apóstol llegan a Santiago

No acabó ahí la aventura de los seguidores de Santiago. En este momento, hace su aparición un personaje que cautiva nuestra imaginación y que también ha dejado huella en la historia compostelana: se trata de la reina Lupa, una soberana pagana que regía en aquellos tiempos la zona donde desembarcaron los restos del Apóstol. 

La soberana aparentó prestar ayuda a la comitiva, cediéndoles tanto un carro tirado por bueyes para trasladar el sepulcro como un terreno donde sepultarlo. Sin embargo, los bueyes resultaron ser toros bravos y el terreno asignado estaba custodiado por un dragón.

La jugada no le salió bien a la maliciosa reina: a base de fe, dos de los acompañantes del féretro, Teodoro y Atanasio, consiguieron domar los toros y espantar al dragón para continuar su camino y escapar de las trampas de Lupa. Sobra decir que, según la leyenda, la reina quedó tan impresionada por las hazañas que se convirtió al cristianismo. La huella de esta historia ha quedado fijada en la toponimia: la montaña donde se encontraba el dragón pasó a llamarse Pico Sacro, y el camino que atraviesa dicho monte, se conoce como Rúa da Raíña Lupa.

La llegada del cuerpo de Santiago a Compostela

Superados estos obstáculos, la comitiva siguió su camino hasta dar con una zona boscosa conocida como bosque de Libredón. Allí, los bueyes se pararon y se negaron a continuar su camino, lo que Atanasio, Teodoro y el resto de discípulos que formaban la comitiva interpretaron como un símbolo claro de que ese era el lugar donde su maestro quería descansar eternamente. 

Allí, hallaron los restos de un pequeño mausoleo llamado Arcis Marmoricis (investigaciones posteriores certifican la existencia de enterramientos romanos en la zona en aquellos tiempos), que aprovecharon para erigir un sepulcro digno del ilustre ocupante. Atanasio y Teodoro, como principales discípulos, se quedaron allí vigilando el cuerpo de su maestro hasta el fin de sus días. Su dedicación les valió un lugar de honor: están representados en la mismísima fachada del Obradoiro, símbolo máximo del patrimonio compostelano y de esta historia, cada uno a un lado del sepulcro. 

El Día de Padrón en Santiago

Celebración do día de Padrón en Santiago

Jesús Prieto / Javier Rosende Novo

Como decíamos al principio, la celebración que acoge hoy Compostela es heredera directa de esta historia, entre la realidad y la leyenda, que da origen a nuestra ciudad y a todo lo que es hoy en día. El acto del Día de Padrón en Santiago recuerda estos episodios primigenios que compartimos, así como la larga y fructífera tradición comercial y cultural que siglo tras siglo no ha hecho si no reforzar los lazos entre ambos lugares.