Impotencia, rabia y agotamiento físico y mental del personal ante un Registro Civil al borde del colapso

Xustiza suprime el único refuerzo en una plantilla que se ve desbordada por la excesiva carga de trabajo

Exterior de los juzgados de Fontiñas en los que está el Registro Civil

Exterior de los juzgados de Fontiñas en los que está el Registro Civil / koro martínez

En una situación absolutamente límite, con una sensación de “impotencia terrible, de rabia al ver las situaciones de alguna gente que recurre a nosotros y no poder hacer absolutamente nada porque no está en nuestras manos, con una presión psicológica muy grande”, así describen desde dentro sus trabajadores la situación que afronta el Registro Civil de Santiago, al borde del colapso por la falta de personal y la excesiva carga laboral a la que se sienten sometidos.

Y eso pese a que “hemos tenido que aplazar nuestras vacaciones y estamos haciendo horas extra por las que no cobramos, pero nos sentimos completamente desbordados”, dijeron en conversación con este periódico tras hacerse pública una denuncia de UGT asegurando que la Dirección Xeral de Xustiza suprime el único refuerzo nombrado en julio para una plantilla de cinco funcionarios encargada de un partido judicial de 158.385 habitantes.

Un refuerzo que, según fuentes del propio registro, se ha estado encargando desde julio de aliviar la carga de trabajo relacionada con la Ley de Memoria Histórica y con las juras de nuevas nacionalidades de ciudadanos que, en algunos casos “al ver que se retrasaban tanto los plazos, han recurrido a notarios pagándoselo de su bolsillo porque es gente que no puede esperar, ya que igual de ello depende que obtenga un empleo”.

Desde UGT se explica que la situación en este organismo se ha visto notablemente empeorada desde la puesta en marcha este verano de la nueva aplicación informática Dicireg, puesto que se mantiene con la anterior, Inforeg, lo que en muchos casos implica trámites más farragosos y un continuo trasiego de datos.

Subraya el sindicato que el de Santiago es el que soporta mayor carga en comparación con otros registros de similares características sociales y poblacionales y con la misma plantilla, ya que su área abarca ciudades y pueblos de las cuatro provincias, y pone como ejemplo el hecho de que el año pasado se inscribieron tres mil defunciones, algo que no sucede en ningún otro registro.

El de Ourense cuenta con un funcionario más pese a tener casi el mismo partido judicial, 158.184; el de Pontevedra tiene los mismos que Santiago pero su partido judicial es más pequeño, 113.875, y lo mismo ocurre en Lugo, con 124.672 habitantes e igual plantilla.

Incide UGT en que la saturación de trabajo ha llevado a que las citas de las juras para obtener la nacionalidad y para los matrimonios sufran retrasos de varios meses; al igual que con las certificaciones de memoria histórica y los trámites de incapacidades y tutelas, han optado por recurrir al notario, si bien desde el registro se explica que luego la inscripción hay que realizarla allí.

Situaciones desesperantes frente a las que la plantilla se declara agotada física y mentalmente porque “queremos prestar un buen servicio al público, un buen trato y que no tenga que esperar meses, pero estamos completamente desbordados y no podemos hacer nada, nosotros no gestionamos las citas”.

El sindicato reclama el mismo trato para todos los partidos judiciales y que la Dirección Xeral de Xustiza acabe con la discriminación a Santiago, no le retire el único refuerzo que tenía y que ha durado tres meses y refuerce la plantilla para evitar el colapso de un servicio público en el que sus trabajadores “no han llegado a pedir vacaciones y van a trabajar fuera de los turnos de su horario laboral para aliviar el atraso” que padecen.