Cardio-Oncología del CHUS vigila anualmente a 1.400 pacientes para evitar suspender su tratamiento

La unidad del Clínico utiliza terapias de cardioprotección en enfermos con cáncer y con riesgo de padecer problemas de corazón

Mila Pedreira, coordinadora de la unidad de Cardio-Oncología del CHUS

Mila Pedreira, coordinadora de la unidad de Cardio-Oncología del CHUS / Cedida

Koro Martínez

Conscientes de la especial importancia de proteger el corazón de aquellas personas que desarrollan un cáncer, desde la unidad de Cardio-Oncología del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago ponen el énfasis en vigilar y controlar a todos aquellos pacientes en tratamiento oncológico que padecen algún tipo de dolencia cardíaca o que tienen factores de riesgo.

Una labor que anualmente alcanza a “una media de entre 1.400 y 1.500 pacientes”, según explica en conversación con este periódico la coordinadora de dicha unidad, Mila Pedreira, quien explica que “antes, durante y después del tratamiento oncológico hay que evaluar los factores de riesgo, vigilar si hay daño cardíaco y utilizar fármacos cardioprotectores”, con el objetivo de intentar evitar en la medida de lo posible tener que suspender las terapias oncológicas, “ya que es algo que puede tener una enorme trascendencia en la progresión de la enfermedad y hacer que ésta sea irreversible”.

Incide en que es por ello por lo que “debemos hacer un seguimiento muy estrecho al paciente para que no tenga que dejar el tratamiento y, de tener que hacerlo, incorporarle una terapia cardiológica de protección para poder reintroducir de nuevo la oncológica sin que ello merme las posibilidades de supervivencia y la favorable evolución del enfermo”.

Al frente de una unidad que califica de multidisciplinar y transversal, puesto que están implicados muchos profesionales de distintas áreas, asegura que la cardio-oncología “es una disciplina médica que nace de esa interrelación entre dos áreas que tratan las dos principales causas de muerte en el mundo occidental, como son la enfermedad cardiovascular y la oncohematológica”.

Resalta que si bien “somos los cardiólogos los que tomamos un poco las riendas para coordinar la atención a pacientes que van a recibir un tratamiento oncológico y que tienen un problema cardiovascular o riesgo de padecerlo”, además de oncólogos forman parte del proceso “hematólogos, radioterapeutas, radiólogos, médicos de medicina nuclear, e incluso médicos de atención primaria”, sobre los que asegura que realizan una labor muy importante, puesto que “una vez que el enfermo se estabiliza, vuelve a atención primaria, y será su médico el que se encargue del seguimiento y de detectar aquellas alertas que pueden aparecer de una forma más tardía, ya que en ocasiones lo hacen mucho después de haber recibido un tratamiento de quimioterapia o radioterapia”. Ydestaca también el papel fundamental del personal de enfermería en esta labor de estrecha vigilancia y protección del corazón.

Sobre el perfil de las personas que pasan por esta unidad, en funcionamiento en el CHUS desde el año 2018, afirma que son sobre todo “personas que tenían una cardiopatía previa o que presentan múltiples factores de riesgo, y en las que aparece un problema oncológico, sobre todo de cáncer de mama o de pulmón”.

Por último, y como llamada de atención, recalca que “los factores de riesgo cardiovascular son también curiosamente factores que afectan al proceso oncológico y que pueden provocar una peor respuesta al tratamiento o empeorar la evolución, por lo que es fundamental tener unos hábitos de vida saludables”.