Así era el dúplex que hubo entre las dos torres de la Catedral de Santiago y que arrasaría en Airbnb

La casa fue habitada durante más de 200 años por los campaneros de la basílica compostelana hasta su demolición

Reconstrucción aproximada en base a la foto de Baldomero Almejún

Reconstrucción aproximada en base a la foto de Baldomero Almejún / Perderelrumbo.com

En la época medieval, los campaneros ocupaban una posición vital en los templos religiosos, donde su labor era de suma importancia. Este oficio, resultaba esencial dada la relevancia de las campanas en la cotidianidad de las ciudades y en la comunicación previa a la llegada de la tecnología moderna y, frecuentemente, estos residían junto a sus familias en viviendas situadas en lo alto de los campanarios.

En el caso de la Catedral de Santiago de Compostela, dos destacadas torres, la Torre de las Campanas y la Torre de la Carraca, se encargaban de los repiques campanarios. Durante la Semana Santa, la Torre de la Carraca remplazaba los repiques por los sonidos de una gran carraca, simbolizando el luto por la muerte de Cristo. Asimismo, la Torre Berenguela o Torre del Reloj albergaba campanas destinadas a marcar las horas y los cuartos del día.

La vida del campanero exigía disciplina y puntualidad, dado que sus repiques marcaban el ritmo de la vida cotidiana en la ciudad. Hasta los años 60, Ricardo Fandiño Lage desempeñó este rol crucial en la basílica compostelana compartiendo su morada en lo alto del templo con su esposa e hijos. Su ingreso en este oficio se produjo el 16 de enero de 1942, con un modesto salario de 180 pesetas al mes, común entre todos los empleados catedralicios.

Imagen de la vivienda en 1920

Imagen de la vivienda en 1920 / Autor desconocido

La vivienda del campanero, ya desaparecida, estaba distribuida en dos plantas y disponía de comodidades como agua corriente y electricidad, algo inusual en ese momento. La jornada del campanero era larga y exigente, comenzando temprano en la mañana y continuando hasta la noche. Para facilitar sus tareas, Ricardo implementó ingenios que le permitían ejecutar los repiques desde su propia cama, gracias a un sistema de cables y poleas.

Distribución de la vivienda del campanero en la Catedral de Santiago

Distribución de la vivienda del campanero en la Catedral de Santiago / Alberto Solana

La casa fue habitada durante más de 200 años por los campaneros de la catedral hasta su demolición, y sólo nos quedan de ella unas cuantas fotos, la más interesante para reconstruir como pudo ser es la realizada en 1867 por el pintor y escenógrafo Baldomero Almenjún, que aprovechando un encargo retrató varios de los lugares emblemáticos y recónditos de Santiago de Compostela. A partir de esa fotos, junto a las marcas que quedaron en la base posterior de la peineta de la catedral, se ha podido reconstruir como pudo ser esta casa.

Fotografía realizada en 1867 por el pintor y escenógrafo Baldomero Almenjún

Fotografía realizada en 1867 por el pintor y escenógrafo Baldomero Almenjún / Baldomero Almenjún

La vida en lo alto de la catedral presentaba desafíos como el frío y la humedad, pero también ofrecía vistas impresionantes y una sensación de proximidad con el cielo. Los Fandiño consideraban su trabajo como una vocación, sintiéndose como guardianes del Apóstol y vigilantes de la ciudad.

Con el avance del tiempo, la necesidad de campaneros manuales disminuyó, siendo reemplazados por sistemas electromecánicos y computarizados para los repiques. La demolición de la vivienda del campanero en 1962 marcó el fin de una era, aunque la tradición de visitar las cubiertas de la catedral ha perdurado, permitiendo a los visitantes disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad y su entorno.