El plató de la USC que permite grabar vídeos con realidad virtual integrada a tiempo real

La Universidad de Santiago de Compostela va a lanzar una plataforma llamada Virtus, destinada a abrir el uso de este equipamiento a proyectos con fines docentes, investigadores y para el sector audiovisual

Este plató virtual obtuvo financiación para la renovación de los fondos europeos Next Generation

Enrique Castelló, Roi Méndez y Manolo Fidalgo en el plató virtual

Enrique Castelló, Roi Méndez y Manolo Fidalgo en el plató virtual / Antía Suárez

Antía Suárez

En la Universidad de Santiago de Compostela, dentro de la Facultad de Comunicación, se encuentra uno de los pocos platós virtuales que existen en Galicia. Los responsables del proyecto, Enrique Castelló, Roi Méndez y Manolo Fidalgo, explican que el plató existe desde 2009, pero ha pasado por muchos cambios y actualizaciones, ya que este tipo de tecnologías se pueden quedar obsoletas muy rápido.

El plató virtual actual está sin inaugurar y terminó de renovarse el 29 de febrero de este año. Pero aunque el set esté montado, explican que aún quedan ajustes y actualizaciones que hacer. El plan que tienen es que forme parte de una plataforma llamada Virtus, que será “un servizo común de investigación”. Roi aclara que “este plató non é para quedarnos nós con el, non é da facultade. É un servizo común para toda a universidade e incluso para todo o sector audiovisual”. Añade que para conseguir que Virtus pueda ofrecer eses servicios “estamos en proceso de constituírnos como unha plataforma tecnolóxica, unha entidade dentro da USC”.

Todo nació de una inquietud

La idea de construir el plató virtual nace con una inquietud que traía el profesor Enrique Castelló, profesor de Comunicación Audiovisual, de sus años trabajando en televisión. Y tan pronto como llegó a la Universidade de Santiago, comenzó a buscar la manera de llevar a cabo la idea.

Como él aclara “entendí que era un buen complemento de formación para nuestro alumnado, pero sobretodo posibilidades de investigación”. Explica que a partir de ahí surgió una oportunidad que era el programa de Digitales Profesionales que ofrecían recursos suficientes para montar un centro de experimentación digital, “ahí vimos nuestra oportunidad, eso fue en el año 2007. El plató se montó en 2009”.

A partir de ahí, Roi Méndez, profesor ayudante doctor en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la USC, entró en el proyecto a través de una codirección entre el Centro de Investigación de Tecnologías de la Información (hoy Centro de Investigación de Tecnologías Inteligentes), que resultó en un proyecto entre por el profesor Julián Flores y Castelló. Castelló explica que “desde que se empezó Roi fue un salto cualitativo, porque todo ha cambiado. Él es informático, y a mi hay cosas que se me han quedado o muy atrás o muy delante”.

Un plató virtual entre aceleradores de partículas

En 2021 se abrió una convocatoria para Programa Estatal de Generación del Conocimiento y Fortalecimiento Científico y Tecnológico del Sistema de I+D+i, el programa Next Generation para infraestructuras con fondos europeos; a la que se presentaron.

Sala de control del plató virtual de la USC

Sala de control del plató virtual de la USC / Antía Suárez

Castelló confiesa que enviaron la propuesta porque “fue por una cabezonada de Roi, yo pensaba que iba a ser una pérdida de tiempo. Pero él dijo que en ningún sitio estaba que sólo se pudieran presentar gente de ciencias experimentales”. Ambos expresan que el programa está fundamentalmente orientado a temas de aceleradores de partículas, y “claro, era la primera vez que se presentaba un proyecto de ciencias sociales. Yo creo que alucinaron y nos dieron lo que pedíamos por eso”, añade el profesor.

Méndez explica que no fue un proceso fácil, porque un plató virtual tiene cientos o miles de piezas. Es por eso que su instalación llevó dos años, y aún siguen trabajando en pequeños detalles. En esta parte del proceso, fue esencial Manolo Fidalgo, técnico de la Facultad de Comunicación de la USC. Castelló indica que “Manolo es tan alma del proyecto como cualquiera de los tres. Yo creo que en cada uno de nuestros campos nos hemos complementado muy bien como equipo”.

La cámara se guía por una constelación en el techo

El plató está formado por tres paredes verdes y un vinilo verde en el suelo por el que se puede andar. Además cuenta con una parrilla de luces que ilumina de forma uniforme el set. Dispone a mayores con tres cámaras: dos robotizadas que se mueven desde la sala de control y una cámara de estudio con un trípode con ruedas que tiene sensores para indicar su posición en el estudio”.

Méndez, para explicar la necesidad de una cámara que indique su posición, explica que “ti imaxina que tes a cámara do teu móbil: se eu me movo de posición, non só cambia o punto de vista da persoa, pero tamén cambia todo o que hai detrás, o fondo, que está diante e detrás, etc.”. Como explican, el reto se encuentra en que los movimientos de las cámaras sean creíbles, como si se movieran por el espacio virtual. Y para que esto funcione, los sensores de la cámara utilizan unos marcadores instalados en el techo del plató para darle referencia de ubicación, como si se tratara de un barco guiándose a través de constelaciones.

Cámara de sensores con la realidad virtual ya integrada

Cámara de sensores con la realidad virtual ya integrada / Antía Suárez

Dos particularidades que tiene este plató son: primero, que funciona con un sistema que procesa las imágenes virtuales llamado Unreal Engine, muy puntero, utilizado en series como la The Mandalorian, y por otro lado, se trabaja tanto con cable de vídeo y como por NDI (que manda el vídeo a través de cables de red). Además, el plató está conectado a diferentes espacios de la facultad con el que se puede conectar con facilidad.

Esto todo es posible gracias a la relación estrecha que mantiene el equipo con Brainstorm, una empresa española con la que llevan trabajando desde el 2009. Lo que en principio fue una simple relación clientelar, ahora casi son socios tecnológicos con varios convenios firmados.

A tiempo real y no directo

Unas de las cosas que Méndez y Castelló querían remarcar es que los contenidos que se producirán en este plató van a ser en tiempo real y no en directo. Pero, ¿cuál es la diferencia? Castelló explica que “nosotros vamos a hacer posproducción, podemos hacerla, pero no es nuestro objetivo. El objetivo es el tema de que la persona se lleve la lata al final del la sesión: tú entras, ya traes tu pieza que está estudiada y guionizada, y entonces, tú haces tu pieza y te la llevas ya en la misma mañana”.

Un servicio común de investigación

“El plató es un espacio de investigación común, para cualquiera que en la universidad quiera hacer transferencia de conocimiento”, así explicaba Castelló la filosofía del proyecto, un proyecto corporativo de la Universidad de Santiago.

Las instalaciones estarán abiertas tanto al servicio universitario como al sector audiovisual de Galicia y contará con unas tarifas para ir a trabajar con el plató y por el asesoramiento. Porque, como explican ambos, muchas veces no se trata de un tema tan técnico como conceptual, de aprender a ver todas las posibilidades de este modo de producir contenido. Estas tarifas son algo que ellos mismo cumplen cuando emplean el plató para sus propios proyectos. Porque, como remarca Castelló “ se trata de higiene económica y un uso honesto de un servicio público”.