“Llegar a Santiago es como ganar la Champions League para los caminantes”, asegura Joaquín Balibrea

El peregrino culmina este domingo un recorrido en el que ha empleado un año: desde Jerusalén, pasando por Roma 

hasta alcanzar la Tumba del Apóstol

El peregrino murciano Joaquín Balibrea llegará este domingo a Santiago

El peregrino murciano Joaquín Balibrea llegará este domingo a Santiago

Antía Suárez

Joaquín Balibrea lleva 20 años caminando y este domingo culmina su peregrinación a Santiago después de salir de Jerusalén hace ya un año. Este será el tercer punto de su viaje, “una meca” para él, como explica, antes de acabar en Finisterre.

El recorrido que está realizando comienza en Jerusalén, pasando por Roma y acabará en Finisterre, pasando antes por Santiago. Para él lo más importante no son los destinos, sino caminar. Joaquín Balibrea es un murciano que se define a sí mismo como caminante y habla de que en todos sus años haciendo viajes, se ha tomado descansos de cuatro meses para ver a su hija y volver a preparar sus aventuras. Cuando habla de sus destinos, comenta que “para los caminantes hay cuatro puntos fundamentales que nos gustan, que son Canterbury, Roma, Jerusalén y Santiago, por supuesto”.

La de este domingo no será la primera vez que este peregrino llega a Compostela, ya que en 2022 Balibrea hizo a sus 70 años a pie el Camino desde Roma a Finisterre en cuatro meses. En aquella ocasión, recorrió 2.700 kilómetros con una media de 22 kilómetros al día, y esta vez el itinerario en cambio ha sido mucho más ambicioso.

Un Camino que ya no existe

Este viaje en el que se encuentra ahora, y que está a punto de finalizar, comenzó a finales de abril de 2023 en Jerusalén. “El Camino que yo he hecho es un Camino que no existe, por así decirlo. Me basé en rutas de antes que hacían los caminantes, los guerreros, los templarios o los cruzados. Una que se hacía era hasta el final de la bota de Italia, hasta Sicilia o Malta, para coger un barco que te llevaba a Haifa para luego llegar a Jerusalén en un día”. Como ese camino ya no se puede hacer, porque como explica él, “ya no puedes llegar a Israel en barco”, decidió hacer el recorrido a la inversa.

Caminar por Jerusalén le llevó una semana, pasando por sitios como Belén. Después de esto, volvió a Sicilia para comenzar el Cammino di San Giacomo, una Ruta Jacobea, gestada en julio de 2021. Este itinerario va desde el sur de Sicilia hasta el norte, por el lado del volcán Etna. Balibrea recorrió Sicilia en un mes y luego se movió al sur de Italia. Desde la bota, caminó hasta Roma siguiendo la vía Francígena, que ya había utilizado en su anterior aventura hasta Compostela. Su viaje continuó cara el norte de Italia, hasta el valle de Aosta, cruzando los alpes italianos, los suizos y Francia hasta llegar a los Pirineos.

“Mi objetivo era llegar a Santiago por mi 72 cumpleaños”

En los Pirineos, al llegar al Rin, Joaquín Balibrea tuvo algunos problemas. Como indica, “mi objetivo era llegar a Santiago el día de mi cumpleaños, en el que hacía 72 años, pero tuve un altercado, en los Pirineos tomé malas decisiones y me caí dos veces. Al final acabé con una fractura en la rodilla y tuve que estar 4 meses inmovilizado”. Esta lesión le impidió continuar hasta recuperarse, cuando cruzó por Navarra, Burgos, Palencia... para llegar ahora a Santiago.

Con su aventura más larga está a punto de acabar, Balibrea no se siente aliviado o con ganas de volver a su casa. Reconoce que “no quiero llegar, estoy muy a gusto aquí, caminando. Seguramente daré la vuelta a Muxía y volverá a Santiago desde Finisterre. Estos son las mecas o los objetivos que nos planteamos”, afirma.

“Después de tantos años ya no tengo motivos para caminar”

Para él, alcanzar la Tumba del Apóstol es un hito en sus viajes, y es que para los caminantes Compostela es “como ganar la Champions League”. Sin embargo, este año no podrá realizar su estancia en la ciudad como quisiera, ya que “a mí siempre me gustaba ir al Seminario Mayor de San Martín Pinario, que es un sitio maravilloso y estupendo, pero me da que esta vez no puede ser porque está ocupado por mucha gente”.

La aventura en la que ha empleado un año terminará el 15 de julio. Entonces, volverá a su casa para descansar y prepararse para su siguiente Camino. “Yo suelo calcular que ando durante cuatro meses, más o menos por lo general, y luego me tomo dos meses de vacaciones para volver a casa y visitar a mi hija, como haré ahora”. Cuando EL CORREO GALLEGO le pregunta por qué ha hecho estos recorridos tan largos, dice es que ahora son su vida. “Al principio sí que tenía motivos: la curiosidad, que si quieres adelgazar, que si tienes problemas en la cabeza. Pero ahora, después de tanto años, forma parte de mi vida, vivo en el Camino”.