El cesteiro gallego Álvaro Leiro, premiado como Mejor Artesano de Vanguardia

El cesteiro gallego Álvaro Leiro obtuvo ayer el premio al Mejor Artesano de Vanguardia como reconocimiento al prestigio de la alta artesanía y sus oficios, muchos de ellos en riesgo de desaparición por la falta de relevo generacional.

El gallego, pontevedrés de Pazos de Borbén, realiza desde comienzos del siglo XXI una labor artesanal de cestería tradicional gallega con fibras naturales para confeccionar cestos, sombreros o corozas. Iniciado en el mundo artesanal gallego por su padre, que se dedicaba a las artes decorativas de la arquitectura indiana, a principios de los años 2000 emprendió un viaje fotográfico por Galicia para retratar los viejos oficios de la agricultura tradicional, registrándolos con su cámara antes de que desapareciesen.

Fue así como poco a poco se fue encariñando con la cestería en espiral, una técnica autóctona empleada desde tiempos antiguos para fabricar canastas y otros recipientes con los que transportar grano, agua o alimentos.

Creados por el Círculo Fortuny, una asociación española del sector de la alta gama nacida en 2011 para crear un foro común de las marcas y empresas familiares del ámbito cultural, artesanal y creativo, los Premios Maestro Artesano llegan a su segunda edición. Leiro se impuso en una de las cuatro categorías superando a decenas de representantes de antiguos oficios.

Para que la profesión de cesteiro no se perdiera, estableció su propio taller en 2012. Sus trabajos llamaron da atención de importantes marcas de moda, entre ellas Loewe, con quien colabora desde 2018 con alguno de sus modelos de bolsos.

Aunque también trabaja el cuero, es especialmente reconocido por rescatar del olvido el proceso de confección de las corozas, los antiguos chubasqueros que se usaban en Galicia para protegerse de la lluvia, y cuyo diseño logró recuperar tras un afanoso proceso de documentación. De hecho, sigue investigando piezas de la artesanía gallega en vías de desaparición y gracias a ello recuperó y documentó 14 modelos de corozas propios de la montaña gallega, 10 de los cuales fueron expuestos en Milán en el Salone del Mobile 2022.

Además del de Álvaro Leiro, al Mejor Artesano de Vanguardia, se otorgaron otros tres. El premio a la Mejor Trayectoria reconoció el trabajo de Abanicos Carbonell, actualmente la quinta generación está al frente de esta marca cuya andadura se inició en 1810. El taller se asentó en su actual sede desde los años cuarenta en Valencia. Durante dos siglos, esta saga familiar elabora abanicos artesanales uno a uno pintados y hechos a mano 100% en España, un proceso en el que pueden intervenir hasta 15 personas. Sus productos han llegado hasta Japón o Filipinas, debido a su singularidad y gran calidad.

El galardón a la Joven Promesa viajó hasta Castilblanco de los Arroyos, provincia de Sevilla. Allí abrió su taller el ganador, Javier Menacho, que empezó su formación en la artesanía de la piel en 2009 cuando trabajaba para el mundo hípico; desde entonces, Menacho ha evolucionado hacia la marroquinería o el repujado de piel llegando a realizar diseños para grandes marcas como Dior. Apuesta por dar un toque artístico a sus productos con un sello propio con el que trata de representar la historia de Sevilla: estilo mudéjar, rejas de forja o cerámica del siglo XVIII. En un futuro no muy lejano proyecta crear una escuela de formación.

Además, se le concedió el premio honorífico Tesoro Viviente a la trayectoria de Ángeles Espinar, maestra bordadora sevillana por toda una vida dedicada a la elaboración artesanal de mantillas y mantones de Manila, que la han llevado a exponer en París, Milán, Londres, Las Vegas o Tokio y a colaborar también el pasado 2022 con la casa Dior para su desfile crucero en Sevilla.

El objetivo que buscan estos reconocimientos es reforzar el valor del talento y su potencial como palanca de desarrollo económico y social, trabajando por su puesta en valor y promoción y actuando proactivamente en su identificación, apoyo y viabilidad como negocio.

Las bases de los premios exigen una experiencia consolidada en un oficio artesano y representan “los valores humanos y profesionales que Círculo Fortuny defiende: calidad, excelencia, creatividad, sostenibilidad, saber hacer y Marca España”, aseguran los organizadores.

Los ganadores reciben cada uno un mentoring de seis meses por parte de una de las empresas patrocinadoras y un programa de formación a la carta en temas de comunicación y marketing, finanzas, IT, I+D o legal, además de una beca económica de 3.000 euros.