Entrevista | Carlos Chimpén Psicólogo y director del Máster Universitario en Terapia Narrativa de la Universidad de Extremadura

“En EEUU hay chicos con pistolas y no es raro que influya esa cultura de la violencia”

Los próximos días 3 y 4 de noviembre estará en la Facultade de Psicoloxía de la Universidade de Santiago para impartir un curso en el que abordará el trabajo con adolescentes que usan la violencia a través de la terapia narrativa

Carlos Chimpén

Carlos Chimpén / CEDIDA

El psicólogo Carlos Chimpén es el director del Máster Universitario en Terapia Narrativa de la Universidad de Extremadura (UEX), el único del mundo en español, y es el fundador y presidente de la Asociación Española de Terapia Narrativa (AETEN). También es profesor en la Facultad de Enfermería y Terapia Ocupacional de la UEX. Los próximos días 3 y 4 de noviembre estará en la Facultade de Psicoloxía de la Universidade de Santiago (USC) para impartir un curso en el que abordará el trabajo con adolescentes que usan la violencia a través de este método. Carlos Chimpén trata a diario con jóvenes violentos y mediante la terapia narrativa, que no contempla perfiles si no situaciones e historias que pueden generar esta cultura de la violencia, logra eliminar esa respuesta agresiva en los más jóvenes, que, dice, casi siempre son chicos por esa “masculinidad en la que todavía hay mucho por hacer”. Además de en su consulta, también trabaja en pisos de medidas judiciales con chicos que aplican la violencia con sus padres.

Antes de nada, ¿qué es la terapia narrativa?

Es una forma metafórica de denominar el tipo de terapia usada. Entendemos que las personas crean identidades a partir de los relatos, que no solamente son de la propia persona y su familia, sino también del entorno social en que se mueven. Consideramos que los relatos y las historias crean la identidad y potencian el realizar ciertas acciones o impiden hacerlas. Así, vamos trabajando con las personas a través de preguntas para que miren atrás y vean que en su historia existen otros puntos en los que el problema no existe para que se den cuenta de que hay una identidad distinta a la problemática.

La adolescencia suele ser una etapa complicada, o eso es lo que se suele decir. ¿Es cierto? ¿Por qué?

Supuestamente, hay una historia alrededor de la adolescencia que habla de esto. En nuestra sociedad es sinónimo de problemas, pero no es cierto. Es verdad que si se introduce todo ese discurso dominante en las cabezas de los chavales al final ellos acaban asumiéndolo y dicen lo típico: “son las hormonas, es la etapa que estoy pasando...”, lo usan para justificar sus actos. Por eso lo que se propone con la terapia narrativa es buscar otras historias de la adolescencia que no tienen que incluir rebeldía, violencia y agresividad. Hay chicos cariñosos, amables, estudiosos...

"En nuestra sociedad la adolescencia es sinónimo de problemas, pero no es cierto"

¿Cómo se revierte esta conducta violenta?

Por un lado, se intenta deconstruir el concepto de violencia que hay por ejemplo en películas, canciones, en revistas, internet, juegos o videojuegos. Y por otro, como muchas veces se premia el concepto del “malote” entre los jóvenes, para revertir la situación se les ofrece a los adolescentes otros modelos que son dignos de admiración y que no usan la violencia, para que se inspiren en ellos. En muchas conversaciones con chicos que usan la violencia, alguna chica hay pero menos, los modelos que surgen de no violencia son abuelas o abuelos. Me encanta cuando sale alguna abuela que es firme y que es capaz de hacerse respetar por los que le rodean sin usar la violencia ni malas palabras.

¿Y cuál es el perfil de un chico violento?

La terapia narrativa es contraria a hacer perfiles porque eso es lo que al final marca el discurso social. Se escucha mucho que en familias desestructuradas de ambiente cultural y socioeconómico bajo hay más uso de la violencia y agresividad, pero la terapia narrativa no busca eso porque esas variantes no tienen que influir. Influye lo que ha visto o oído, como ha interiorizado ciertos discursos que usan la violencia para defenderse o como se ha movido en cierto ambiente de grupo que potencia el uso de la agresividad. Hay muchos factores determinantes y por eso desde la terapia narrativa no se busca un perfil concreto, sino las historias que provocan eses perfiles violentos.

"Se escucha mucho que en familias desestructuradas de ambiente cultural y socioeconómico bajo hay más uso de la violencia y agresividad, pero la terapia narrativa no busca eso porque esas variantes no tienen que influir

En el caso de los adolescentes que ejercen bullying en el colegio, ¿puede influir el deseo de ganar reputación?

No hay una explicación concreta, pero algunos acercamientos teóricos apuntan a la reputación y al poder. Evidentemente, hay detrás un discurso social basado en la ley del más fuerte. El que tiene más poder, tiene más fuerza, y ahí puede aparecer el fenómeno del bullying. Pero ahora el acoso escolar se está complicando ante la invasión de las redes sociales. Se graba y difunde masivamente lo que estamos haciendo.

¿Y qué lleva a un adolescente a ser agresivo con sus padres?

De nuevo creo que vuelve a primar el tema del poder, querer estar por encima de los padres y no aceptar los límite que les están poniendo. Si yo además escucho desde pequeño canciones que dicen que para ser el más fuerte tengo que golpear y pegar y lo veo en las series, películas y videojuegos, esto se potencia, y la forma que tengo de frenar a mis padres es pasar el límite: les pego o rompo cosas y cuando se asienta el miedo en casa ya puedo hacer lo que quiera. Agresividad, miedo y poder van de la mano.

"Si yo además escucho desde pequeño canciones que dicen que para ser el más fuerte tengo que golpear y pegar y lo veo en las series, películas y videojuegos, esto se potencia, y la forma que tengo de frenar a mis padres es pasar el límite"

Un niño de 12 años ha apuñalado a una compañera en un instituto de Barcelona. ¿Qué está pasando?

Menos mal que de momento no es lo que predomina, pero es interesante analizar ciertas culturas como la estadounidense, donde desde hace ya años los chicos de 15 o 16 años entran en el colegio con una escopeta o pistola y matan a profesores y alumnos. No es de extrañar que toda esa cultura de la violencia, esos discursos de venganza, vayan influyendo en los chicos. Circula el discurso de la venganza:me has hecho daño, pues ahora te vas a enterar.

Estamos viendo continuamente una realidad terrible: las violaciones grupales. ¿Es este perfil de adolescente agresivo el que impera en estos sucesos?

Creo que no tiene que ver, pero en algún punto puede haber intersecciones. Creo que la cultura de la pornografía está muy en la base de este tipo de comportamientos, por el tipo de casos que se están viendo. No se justifica, no todo el mundo que ve pornografía tiene estas reacciones, pero sí hay personas que se saltan los límites. Hay múltiples estudios que demuestran que en pocos minutos de un vídeo pornográfico hay muchas conductas violentas hacia la mujer. Y esto transmite que a la mujer le gusta que haya cierto tipo de maltrato en las relaciones sexuales.

¿El adolescente agresivo siempre es hombre?

La mayoría son hombres. Remarco en esto el tema de la masculinidad y como se está transmitiendo. Es verdad que hay un esfuerzo con las nuevas masculinidades, se dan talleres, clases en institutos... pero queda mucho camino por recorrer. Se ve aún que el macho alfa típico es el más fuerte, el que más golpea, al que menos le pisan... Los cantantes de reggaeton y rap, por ejemplo, también potencian mucho este concepto de la masculinidad. Esto se filtra y los chicos lo interiorizan y lo llevan a la práctica.

"Es verdad que hay un esfuerzo con las nuevas masculinidades, se dan talleres, clases en institutos... pero queda mucho camino por recorrer"

¿Y cómo explican los adolescentes su conducta?

Suelen justificar su actitud con la impulsividad y por eso la externalizamos y trabajamos con algo que pueden analizar y controlar. Buscamos momentos en los que no fueron impulsivos y examinamos las herramientas que usaron para volver a tirar de ellas.

Para terminar, ¿qué consejos traslada a los padres de jóvenes agresivos?

Que no están solos, que busquen en su entorno asociaciones, profesionales que les echen una mano. Es mejor trabajar en comunidad que de forma individual. Tienen que saber que de ahí se sale. La mayoría terminan madurando y se van dando cuenta de que ese tipo de conductas solo lleva a problemas.