El uso abusivo de tecnología puede causar patologías físicas, sensoriales y cognitivas

Síndrome del túnel carpiano, codo de selfi, tensión ocular o ‘phubing’ son algunas de las enfermedades sobre las que alerta el catedrático de la UDC Alejandro Pazos

Una chica consulta su teléfono móvil en un parque / freepik

Una chica consulta su teléfono móvil en un parque / freepik / charo barba

Codo de selfi, hipoacusia prematura, nomofobia (miedo irracional a estar sin teléfono móvil) o síndrome de vibración fantasma son solo algunos de los problemas que puede acarrear el uso imprudente de las nuevas tecnologías. De las patologías que producen esta práctica a nivel físico, sensorial y cognitivo hablará este jueves Alejandro Pazos, catedrático del Área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidade da Coruña (UDC) y académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Galicia (RAMG) desde 2021.

El profesor imparte una conferencia en la sede de la Academia para “dar la voz de alarma” de lo que puede ocurrir si se abusa de ellas. “Es un tema que tiene bastante trascendencia porque algunas de las consecuencias pueden tener importancia, bastante importancia, para el estado de salud de las personas”.

El también director del Departamento de Ciencias de la Computación y Tecnologías de la Información de la UDC clasifica estos males en tres ámbitos. Uno de los campos sería el músculo-esquelético, donde, además del síndrome del túnel carpiano, puede aparecer también el conocido como codo de selfi, “como el codo del tenista, provocado por el abuso de realizarse selfis y la postura que hay que poner”, asegura el experto.

Otro de los problemas asociados al uso excesivo es el ‘tech-neck’, un síndrome que se produce por el grado de inclinación que hacemos hacia delante al mirar el móvil. “La cabeza, cuando estamos erectos, pesa aproximadamente 4 o 5 kilos. Los músculos, los tendones y las estructuras anatómicas del cuello tienen que soportar un peso mayor al andar, hasta el punto de que si la inclinación es de 65 grados, que es la postura que algunos adoptan para utilizar el teléfono cuando van caminando, pues el peso que se está soportando se multiplica por 5 o 6, y esto es lo que acaba provocando problemas ya no solo musculares y de tendones, sino que incluso puede llegar a provocar movimientos o dislocaciones de vértebras y de almohadillas, y que después por comprensión de nervios pueden ocasionar muchos problemas”, explica Alejandro Pazos.

Otro ámbito en el que puede tener efectos perniciosos el uso imprudente de tecnologías es el sensorial o sensitivo. Problemas de visión, como la tensión ocular por estar demasiado tiempo mirando pantallas, o lo que se conoce como el síndrome visual informático. En el sistema auditivo puede causar lo que se conoce como hipoacusia prematura.

En el campo de la salud mental y cognitiva, al que el catedrático da más importancia, puede aparecer la fatiga por videoconferencia, el síndrome de la pantalla dividida o el que se conoce como síndrome Fomo (acrónimo del inglés Fear Of Missing Out), que supone el miedo a quedarse fuera, a perderse algo. En este ámbito también está el Phubbing, una combinación de las palabras inglesas phone (teléfono) y snubbing (hacer un desprecio). “En este caso la señal es el uso abusivo del teléfono en presencia de otras personas, llegando a ignorarlas. Por ejemplo, cuando llegas a un bar y están cuatro amigos y cada uno está con su móvil e ignorando a los demás. Esto provoca aislamiento de la persona afectada y malestar en el resto”, detalla Pazos Sierra.

La nomofobia (miedo a quedarse sin teléfono móvil) es un trastorno que tiene mucha incidencia “y alude a la ansiedad que nos genera el móvil por olvidarlo en casa o porque se quede sin batería o que esté a punto de hacerlo. Esto causa desasosiego, angustia y una ansiedad importante”. El síndrome de la vibración fantasma se produce cuando alguien está mirando decenas o centenares de veces la pantalla del móvil por si ha sonado porque tenemos la impresión de que ha vibrado, que nos ha llegado un mensaje... Alejandro Pazos Sierra añade también, relacionado con los selfis, la selfidependencia: “Está relacionado con la autoestima, tenemos que estar buscando y subiendo a redes selfis para buscar la validación o la aprobación de las redes con likes”.

El también director del Departamento de Ciencias de la Computación y Tecnologías de la Información de la universidad coruñesa añade otras patologías, como la cibercondría, que se conoce también como doctor google, o ahora doctor chatGPT, que es “estar buscando constantemente en redes explicación a presuntos síntomas que tenemos, o que no tenemos, pero creemos que tenemos, y buscamos segundas, terceras o cuartas opiniones hasta que coincida con lo que nosotros queremos tener”. También se puede producir insomnio.

El catedrático de la UDC advierte de otro trastorno muy importante, el de la identidad disociativa, también conocido como personalidad múltiple, “porque causa muchos trastornos en la calidad de vida. Viene determinado y provocado por los sistemas de inmersión muy realista, como el metaverso y todo este tipo de cosas, con las que llegamos a no saber cuándo estamos en la realidad o cuando estamos en la ficción”.

Y añade uno que tiene que ver con el mundo laboral: “La angustia por temor al desplazamiento laboral forzado. La gente tiene miedo a perder su puesto de trabajo y que cambie su vida completamente al ser sustituido por tecnologías”.

Crece la iniciativa para retrasar el uso de los teléfonos con acceso a internet en menores

Javier Rosende Novo

Pazos Sierra insiste en que “no somos muy conscientes de todo lo que está afectando a nuestra salud el uso abusivo de las tecnologías” y considera que es necesario alertar de ello lo antes posible “para poner soluciones terapéuticas tanto a nivel poblacional, con promoción de hábitos saludables, como no utilizar el móvil más de un determinado tiempo, o adoptar las posturas adecuadas”. Se trata, asegura, de discernir cuándo las tecnologías nos pueden ser favorables y las que no debemos usar demasiado”. Aconseja, además, estudiar los casos de manera personalizada y ver las terapias que a cada uno le correspondería. El ejemplo que pone es que la cibercondría es más habitual en las personas que ya son hipocondríacas, que son las que tienen tendencia a buscar en internet los síntomas para que les confirmen la enfermedad que creen tener”.

De todo esto y de las claves de su diagnóstico y tratamiento, hablará esta tarde en la Real Academia de Medicina de Galicia, en A Coruña, Alejandro Pazos Sierra. El catedrático de la UDC es licenciado en Medicina por la USC y doctor por la Universidad Complutense de Madrid, máster en Ingeniería del Conocimiento y doctor en Ingeniería Informática por la Universidad Politécnica de Madrid. Tiene una amplia trayectoria en gestión de I+D+i y TT y ha dirigido y participado en más de 60 Proyectos y cuenta con más de 25 patentes y registros de software.