Panamá rinde homenaje a los miles de gallegos que participaron en la construcción de su canal con el levantamiento de un monumento

Una fundación creada por panameños con raíces en nuestra comunidad logra su objetivo de erigir cuatro estatuas en la capital del país centroamericano para honrar su memoria

De izquierda a derecha: El arzobispo metropolitano de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa; el embajador español en Panamá, Guzmán Palacios; el presidente de la República de Panamá, Laurentino Cortizo; la vicepresidenta segunda en funciones de la Xunta de Galicia, Ángeles Vázquez; y el presidente de la Fundación Nosa Terra, Ricardo Gago, durante la inauguración

De izquierda a derecha: El arzobispo metropolitano de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa; el embajador español en Panamá, Guzmán Palacios; el presidente de la República de Panamá, Laurentino Cortizo; la vicepresidenta segunda en funciones de la Xunta de Galicia, Ángeles Vázquez; y el presidente de la Fundación Nosa Terra, Ricardo Gago, durante la inauguración / Cedida

Más de un siglo, ese es el tiempo que ha tenido que pasar para que los miles de trabajadores gallegos que participaron en la construcción del gran canal de Panamá reciban el homenaje que merecen. Un reconocimiento que ha llegado este domingo con el alzamiento en la capital del país centroamericano de cuatro estatuas –una por provincia gallega– que recuerdan el duro trabajo de estos obreros que dejaron el alma e incluso, en algunas ocasiones, la vida para sacar adelante un megaproyecto que cambió el rumbo del comercio internacional para siempre.

Su colocación ha sido posible gracias a la entrega y esfuerzo de la Fundación Nosa Terra, un grupo de descendientes de gallegos que, en plena pandemia, iniciaron una investigación tras llegar hasta las manos de uno de sus integrantes, Juan Carlos Barreiro, un ejemplar de la obra del escritor Juan Manuel Pérez titulada Los trabajadores gallegos en la construcción del canal de Panamá. Aquel libro, unido a la confesión de uno de los familiares del propio Barreiro con la que había descubierto que su abuelo era uno de aquellos gallegos contratados para levantar el canal de Panamá acentuó su disposición y la de sus compañeros de la Fundación Nosa Terra a conocer más y más sobre la historia de aquellos trabajadores, muchos de los cuales, habían cruzado el charco desde Galicia a principios del S. XX con la promesa de una muy buena paga.

La investigación ha arrojado luz sobre la vida de aquellos hombres que los estadounidenses –los antiguos dueños del canal de Panamá– llegaron a aseverar que “valían por tres”. Un arduo trabajo con el que se han podido documentar, gracias a las listas norteamericanas oficiales, unos 12.000 trabajadores españoles, de los que más de 8.000 eran gallegos. “La gran mayoría de los españoles eran gallegos, pero sabemos que fueron muchos más de las cifras que manejamos actualmente. ¿Cuántos más? Es imposible saberlo ya que las listas se limitaban a registrar únicamente el nombre y el primer apellido del trabajador contratado, de modo que aparecían muchos obreros registrados de la misma forma. Además, cada uno de los miembros que formaban parte de la construcción contaba con una chapa de identificación, una especie de documento nacional de identidad el cual acumulaba antigüedad y, cuanto mayor era el tiempo trabajado en el canal, mayor era el salario. Aquella realidad propició la reventa y el alquiler de chapas por parte de los jornaleros que, por diversas razones, debían dejar de trabajar durante un tiempo indeterminado”, señaló hace unos meses a EL CORREO GALLEGO Manuel Pico, vocal de la Fundación Nosa Terra.

Todo ello ya se encuentra recogido en el libro Una historia compartida. España en la construcción del canal de Panamá aunque el capítulo más importante de la obra de la Fundación Nosa Terra no se produjo hasta este domingo con el alzamiento en Ciudad de Panamá de un monumento compuesto por cuatro estatuas –elaboradas por el artista boliviano afincado en Madrid Gonzalo Sánchez Mendizábal gracias a financiación privada– en una rotonda ubicada en una de las áreas más importantes de la capital de este país centroamericano, la Calzada de Amador, un paseo sobre el mar construido a base de los materiales extraídos del Corte Culebra –la zona más complicada de la construcción del canal de Panamá y el lugar en donde se encontraba el campamento de los trabajadores gallegos del canal– que une lo que originariamente eran tres islas y actúa como rompeolas para reducir el oleaje del carril de entrada de los barcos, lugar que ha sido facilitado por el Gobierno del país centroamericano.

Acto de inauguración

El acto de inauguración, organizado por la Fundación Nosa Terra, tuvo lugar en este domingo a las 08.15 hora local (15.15 horas en España). Este contó con la presencia del presidente de la República de Panamá, Laurentino Cortizo, quien aseguró que, como descendiente de gallegos, fue todo un “privilegio” participar en la inauguración del monumento. “España está en la raíz más profunda de la América hispana. Estamos unidos por lazos históricos, culturales y lingüísticos y, para algunos de nosotros, existe también una conexión con España mucho más reciente, como ocurre en mi caso. Mi padre Laurentino nació en Ricobanca, un pueblo de Ourense. Llegó a Panamá a los 17 años, siguiendo los pasos de mi abuelo Manuel, y aquí se estableció adoptando a nuestro país como suyo y en nuestra tierra construyó su hogar y su familia”, declaró Cortizo.

En el acto, también ha participado el embajador español en Panamá, Guzmán Palacios, y ha contado con la bendición del arzobispo metropolitano de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa.

Además, en representación de la Xunta de Galicia, que financió íntegramente el revestimiento de piedra de la base del monumento con granito amarillo atlántico –material en el que se encuentra presente el océano que tuvieron que atravesar los más de 8.000 obreros gallegos que trabajaron en el canal–, se encontraba la vicepresidenta segunda en funciones, Ángeles Vázquez, que destacó la “importancia de reconocer el gran legado, esfuerzo y compromiso de los trabajadores gallegos en el desarrollo de una infraestructura de singular grandeza con repercusión mundial”. Asimismo, Vázquez recordó que muchos de aquellos profesionales se asentaron en Panamá y dejaron una fuerte huella en un país centroamericano en el que, actualmente, residen más de 4.000 gallegos y con el que el Ejecutivo gallego quiere seguir estrechando lazos de cara al futuro.

Mucho por hacer

Por su parte, el presidente de la Fundación Nosa Terra, Ricardo Gago, aseguró a EL CORREO GALLEGO que se trata de “un momento muy importante para la Fundación después de tres largos años”. “En este tiempo hemos logrado dos de las cuatro metas que nos hemos propuesto. La primera, la publicación de un libro editado con la historia completa de los trabajadores gallegos del canal de Panamá. La segunda, la inauguración del monumento, que ya es una realidad. La tercera meta es un sueño que ojalá se pueda cumplir, una exposición de todo lo que hemos encontrado en Panamá, en Galicia y en Madrid. Y la cuarta meta, que la veo muy difícil, es subir toda la información que tenemos a un sistema que pide la Unesco, que es la protección de la información para futuras generaciones, que solamente lo pueden hacer países y, en este caso, espero que lo hagan España, Panamá y EEUU. Es algo muy difícil de lograr, pero lo vamos a conseguir para que las futuras generaciones no se pierdan este maravilloso evento que está ocurriendo en Panamá en estos momentos”, sentenció.