Estilo firme, un bolso que descansa sobre sus propias patas

El diseñador emergente Gino Mills defiende la elegancia sin abandonar la funcionalidad

Su última creación responde a las demandas que escuchaba en su entorno

Este diseño surge de detectar una necesidad

Este diseño surge de detectar una necesidad / Alexia González Simes

Gilles Lipovetsky, filósofo y sociólogo francés, aseguró en su libro El imperio de lo efímero. La moda y su destino en las sociedades modernas publicado en 1990 que la moda es la búsqueda frenética de la novedad y una forma de venerar el presente. La búsqueda de lo nuevo se puede hacer de varias formas y, una de ellas, es escuchando a quienes nos rodean.

Gino Mills es un diseñador emergente de la EASD Mestre Mateo que recuerda cómo su abuela, cuando iban juntos a los sitios, le decía: “No poses mi bolso en el suelo, ponlo en tu regazo”. Con esa constante demanda que se repetía cada vez que salían a pasear, se dio cuenta de que era algo habitual en las personas que llevan bolso: “A la gente no le gusta ponerlo en el suelo porque se ensucia la parte de abajo, que muchas veces termina rozando la ropa y manchándote”, explica.

Fue con esta premisa que se le ocurrió la idea de llevar a cabo un bolso que no presentase este problema a la hora de posarlo sobre superficies: un bolso que tuviera patas. “La primera idea que tuve fue ponerle patas de mueble, pero no quedaba bien. Fue así como decidí que lo apropiado eran pomos de puerta”, cuenta.

Juntando “la elegancia y la funcionalidad” y usando cuero para hacerlo impermeable, diseñó el bolso que daba respuesta a esa demanda. Además, destaca cómo en la banda que lo sostiene aparece la frase Yas queen (traducido como “dilo reina”): “Es un mensaje de una persona a otra, una forma de apoyo a todos aquellos que no se sienten valorados por el entorno que los rodea”.

Pero esta no es la única referencia que hay hacia las reinas, sino que la historia que hay detrás del diseño del bolso tiene muy presente a esta figura: “Está inspirado en la realeza británica, concretamente en Isabel II de Inglaterra”, explica.

Bolso y lenguaje

El bolso no es solo un complemento, una parte del atuendo que lleva una persona, sino que en el caso de Isabel II de Inglaterra también era una forma de comunicarse. “Si la reina cambiaba el bolso de mano significaba que quería terminar la conversación que estaba teniendo porque no le interesaba, si lo ponía en el suelo tenían que hacer lo posible por sacarla de la conversación en ese mismo momento y si lo posaba sobre la mesa quería que el evento donde se encontraba finalizase”, explica Gino Mills.

Es así como resalta la importancia del bolso y lo que puede llegar a significar para quien lo lleva como parte de su estilo. “Es un accesorio que va más allá de los géneros y la forma más cómoda para llevar cosas y lucir bien. No me gustan nada los bolsillos, terminan haciendo una figura extraña cuando tienen cosas dentro”, explica.

El bolso 'es un accesorio que va más allá de los géneros'

El bolso 'es un accesorio que va más allá de los géneros' / Alexia González Simes

Mundo difícil

El diseño no solo supuso horas de trabajo, sino que también lo obligó a superar ciertas dificultades. “El mundo del diseño es muy difícil porque nadie está demasiado dispuesto a ayudarte”, asegura. Esto lo notó en el momento en el que llevó el diseño de su bolso para que se lo hicieran: “Por la forma en la que me hablaban ya sabía que no me iban a hacer el bolso, pero me estuvieron asegurando que sí. Al final terminaron por confirmarme que tendría que hacerlo yo mismo”.

Esto lo hace reflexionar sobre cómo de difícil puede ser sacar sus propios proyectos adelante: “Yo, estando en una escuela como la Mestre Mateo, recibo ayuda por parte de mis profesores y profesoras y aun así me es complicado. Hacerlo por tu cuenta resulta prácticamente imposible”, asegura.

Pero no todo es la ayuda, sino que la propia construcción de sus diseños puede complicarse al momento de buscar los materiales adecuados para conseguir lo que quiere. Él mismo se dirigió a tiendas especializadas dentro de la ciudad compostelana para intentar conseguir todo lo necesario para este bolso, pero no fue posible. “Al final terminas pidiendo las cosas por internet porque, al menos en este caso, el comercio no me estaba ofreciendo lo que yo necesitaba”, comenta.