Entrevista

"El consumo de vapeadores es una práctica de riesgo reducido frente al tabaco convencional"

Miguel de la Guardia, catedrático de Química Analítica en la Universidad de València, señala que aunque vapear implica el consumo de nicotina puede servir para erradicar el hábito de fumar

"El consumo de vapeadores es una práctica de riesgo reducido frente al tabaco convencional"

L-EMV

Lluís Pérez

La relación entre la nicotina y Miguel de la Guardia, catedrático de Química Analítica de la Universitat de València (UV) viene de lejos. No por ser consumidor, sino por cuestión profesional. Desde hace décadas participa en varios estudios sobre los efectos de las partículas del tabaco. El último, relacionado con los vapeadores, tan de moda en la actualidad. Primero, centrándose en el análisis del aliento de los vapeadores y vapeadores pasivos y la emisión de partículas, que se reduce en tres veces frente al tabaco convencional. Después, analizando la orina de un centenar de personas en un estudio con España Salud. 

-¿Qué consecuencias sacan de las investigaciones realizadas?

-Nos hemos centrado en analizar los metabolitos tanto en fumadores, vapeadores y personas de su entorno no consumidoras. En primer lugar, comprobamos que los niveles de sustancias nocivas disminuían en fumadores activos que se pasaban al vapeador. Y, en segundo, lugar nos han hecho poner en duda la figura del vapeador pasivo porque sus niveles de contaminantes, como el monóxido de carbono, caían hasta diez veces entre los vapeadores pasivos con respecto a los fumadores pasivos. Nos queda ver cuáles son las diferencias en cuanto al efecto de la salud;_por ejemplo, cuál es la capacidad pulmonar de las personas que abandonan el tabaco y se pasan al vapeo. Es necesario hacer ensayos clínicos, para los que pedimos financiación.

-¿Son, por tanto, los vapeadores menos perjudiciales?

-Podemos decir que es una práctica de riesgo reducido. Es verdad que no libera al individuo del consumo de nicotina, que es una sustancia adictiva, pero se eliminan los miles de compuestos que están presentes dentro del humo del tabaco. Al final, el humo es lo que causa más de 60.000 fallecidos al año en nuestro país. En España, no; tampoco la Organización Mundial de Salud; pero, en otros países como Japón o el Reino Unido, se está reconociendo que vapear es una práctica de menor riesgo que fumar cigarrillos. No se equiparan, lo cual es loable porque al final, un fumador no es solo un consumidor, ni un apestado. Es un ciudadano y un contribuyente y se merece un respeto.

-Sin embargo, el plan antitabaco que prepara el Ministerio de Sanidad quiere equiparar los vapeadores al tabaco.

-Es una intención; más ideológica que basada en los datos. Se debería apoyar la información en los datos porque se puede incurrir en un doble error. El primero de ellos sería no matizar que se trata de prácticas con distintos niveles de peligrosidad o toxicidad. Y el segundo es darle un ‘glamour’ al vapeo mediante la prohibición. Y eso puede hacer que vapear sea una puerta de entrada al consumo de tabaco para los jóvenes. Esperemos que sea una moda pasajera, pero la mejor herramienta no es prohibir, es la educación.

-Comentaba que antiguos fumadores activos, ahora vapeadores, han reducido sus niveles de toxicidad. ¿Puede ser un método de salida del tabaco?

-Evidentemente. Puede ser una solución terapéutica, una alternativa para los fumadores de larga duración con la que ir disminuyendo los niveles de nicotina. A mis amigos fumadores que se pasan al vapeador les recomiendo que la recarga la realice alguien de su entorno y hablo con esta persona para invitarles a que vayan bajando la dosis poco a poco. Si ven que vapean más, que paren y, al tiempo, la sigan bajando. Al final llegará un día en que les digan que inhalan un producto sin nicotina. Además, es una manera de controlar el mono. Al vapear se reproducen varios de los gestos y costumbres que se realizan al fumar, por lo que la sensación no es de dejarlo radicalmente.

-¿Se considera un defensor de los vapeadores?

-Para nada. No creo que la mejor alternativa a fumar sea vapear. Por ejemplo, no es recomendable para personas diabéticas por los componentes de los aromas. La mejor alternativa es respirar aire puro. Por eso hay que seguir impulsando medidas contra el tabaco, que al final los fumadores empedernidos también agradecen, como limitar los sitios en los que pueden fumar. Pero no solo hay que tomar medidas médicas, sino otras como subir el precio del tabaco, aunque sea impopular, porque los impuestos contribuyen a aportar financiación a un sistema que tratará en el futuro a los actuales fumadores. Se debería indicar en los mensajes: le subimos el precio para tener dinero para cuidarle.

-¿Hay estudios del impacto de los vapeadores al aire libre?

-No los conozco. Hay estudios del efecto sobre animales, pero la mayoría son estudios de parte y pueden generar sospechas. Por eso, insisto en que son necesarios proyectos con fondos públicos para conocer los porcentajes de personas que dejan el tabaco por vapear y cuál es el nivel de reducción de los riesgos entre un consumo y otro.