Turbulencias en el sector

Microsoft emerge como ganadora de la crisis en OpenAI

"Estratégicamente, ha sido una jugada maestra", valora 'The New York Times'

Microsoft anuncia nuevas herramientas de IA para facilitar en el trabajo de atención de la salud

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Carles Planas Bou

Toda crisis puede ser también una oportunidad. El pasado viernes, OpenAI anunció el despido de Sam Altman, su cofundador y director ejecutivo. La decisión pilló por sorpresa a todo el sector tecnológico, pero también a Microsoft, su principal socio comercial, a quién aparentemente se informó con tan solo un minuto de antelación. Tras invertir unos 13.000 millones de dólares en la 'startup' responsable de ChatGPT y poner la inteligencia artificial en el centro de su estrategia de negocio, perder a su líder era una derrota que el gigante informático no podía permitirse.

Preocupado por las turbulencias, Satya Nadella, director ejecutivo de Microsoft, dedicó el fin de semana a presionar a la junta directiva de OpenAI para que revirtiese el despido de su cara visible. Sin embargo, el consejo de administración no cedió. Tras ese fracaso, Nadella optó por un nuevo e imprevisible giro de guión: contratar a Altman y sus compañeros más leales, entre ellos Greg Brockman, que el viernes dimitió como presidente de OpenAI en una muestra de solidaridad.

Todo eso ha hecho que, en apenas tres días, Microsoft emerja como gran ganadora del culebrón del año en Silicon Valley, meca de la industria tecnológica en Estados Unidos. "Estratégicamente, ha sido una jugada maestra", valora 'The New York Times'. Con ese golpe de efecto, Nadella logra no solo evitar que su aliado más poderoso fiche por la competencia (GoogleMetaAnthropic Amazon), sino que lo retiene a su lado.

OpenAI, dividida

OpenAI fue fundada en 2015 como una organización sin ánimo de lucro. Esa voluntad de poner la ética antes que los beneficios se torció en 2019, cuando se creó una subsidiaria con fines de lucro para recaudar capital. Esta rama también está gobernada por la junta del bando no lucrativo, una compleja estructura establecida con la intención de que pudiese frenar la comercialización de la tecnología si esta podía perjudicar a la sociedad.

Así, OpenAI quedó dividida en dos corrientes de pensamiento, a las que Altman se refirió como "tribus". Aunque los motivos de su despido aún no son claros, la junta anunció que había perdido la confianza en su director ejecutivo. Según han apuntado varios medios, el interés de Altman en acelerar la comercialización de la IA preocupaba al consejo de administración, que temía que, bajo su liderazgo, la compañía estuviese traicionando su misión fundacional. Las tensiones internas entre ambos bandos se han ido acelerando, especialmente tras el lanzamiento de ChatGPT, y cristalizaron en la explosión del pasado viernes.

Vía libre para Microsoft

Con su decisión, Microsoft se garantiza la posibilidad de seguir trabajando con Altman y con algunos de los mayores expertos mundiales en IA sin las limitaciones impuestas por esa junta sin ánimo de lucro. ¿Mermará eso la confianza en que Microsoft desarrolle esta tecnología de forma segura? Podría ser. Lo que ya es un hecho es que hasta un 95% de la plantilla de OpenAI ha amenazado con abandonar la compañía y fichar por el nuevo equipo liderado por su antiguo jefe si esa junta no dimite.

También existe la posibilidad que la crisis termine hundiendo OpenAI. Si eso sucede y Microsoft termina absorbiendo gran parte de su talento humano habrá logrado controlar una emergente compañía rumbo a una valoración de 86.000 millones de dólares sin tener que pagar nada. Ese giro en los acontecimientos ha generado un alud de memes en las redes sociales ridiculizando la decisión de la junta.

"Lo tenemos todo"

Nadella es consciente de su éxito. "Si mañana OpenAI desapareciera no quiero que ninguno de nuestros clientes se preocupe por ello porque tenemos todos los derechos para seguir con la innovación, no sólo para vender los productos sino para hacer solos lo que hacíamos con la alianza. Tenemos la gente, la capacidad de computación, los datos... lo tenemos todo", ha explicado en el pódcast 'On with Kara Swisher'.

La alianza entre Microsoft y OpenAI ha sido crucial para ambas partes. Microsoft ha utilizado la tecnología desarrollada por la 'startup' para crear sus propias herramientas de IA, entre ellas el chat que ha integrado a su buscador Bing. Por otro lado, OpenAI se ha servido de la inversión y el poder de computación del gigante fundado por Bill Gates para acelerar sus innovaciones. Esa relación simbiótica ha catapultado a ambas compañías al liderazgo del sector.

Microsoft también está capitalizando financieramente las turbulencias en OpenAI. Las acciones de la compañía han crecido en torno a un 1,5%, alcanzando la mayor cotización bursátil de su historia. Según Reuters, la empresa "podría aumentar su valor de mercado en casi 30.000 millones de dólares", la valoración que alcanzó OpenAI en su última recaudación de fondos.