Ames declara la guerra a una polilla del boj que vuelve para arruinar los jardines de A Peregrina

Sus crías en forma de gusanos, que son conocidos como vermes papabuxos, devoran las hojas del seto

Los tratan con insecticidas autorizados, pero regresan cada primavera por espacio de un par de meses

Setos de boj afectados en los jardines del Pazo da Peregrina de Ames por la polilla del boj  Cydalima perspectalis

Marcos Manteiga Outeiro

No fue hasta 2014 cuando se detectaron en la Península Ibérica los primeros ejemplares de polilla del boj, un lepidóptero invasor llegado del este de Asia cuyas crías, los vermes papabuxos, tienen especial predilección por las hojas de boj. Y el problema es que esta especie vegetal es una de las que más presencia tiene en los jardines del Pazo da Peregrina de Bertamiráns, Ames, conformando muchos de sus setos y un laberinto que se están secando, por lo que el Concello intenta plantarle cara con insecticidas autorizados, “pero é difícil”.

Así lo reconocían los técnicos de Dixardín, asegurando que si bien la presencia de Cydalima perspectalis “está controlada”, es muy complicado erradicarla por completo, surgiendo de nuevo cada primavera para comerse el follaje de los muchos buxos que conforman esta gran área histórica ajardinada. Durante al menos dos meses al año se dan un festín con los arbustos del entorno, lo que ha provocado la alarma entre algunos vecinos ante el estado que presentan la mayoría de los setos en ese entorno. Los primeros lugares en los que se documentó su presencia fueron, precisamente, Galicia, Cantabria y Catalunya, y el problema es que en la tierra de los mil ríos no solo abunda el boj, sino que como planta ornamental engalana las zonas verdes de gran cantidad de pazos.

No hay que confundir, de cualquier forma, este insecto con el hongo que también está poniendo en jaque los carballos de Santa Minia, a apenas un par de kilómetros de distancia. En ese caso, el culpable es un hongo, Armillaria mellea, que impide que las raíces de los árboles se alimenten correctamente, reaccionando con el desprendimiento de ramas y partes del tronco para intentar sobreponerse a la infestación. En este caso, el tratamiento tampoco es sencillo, y se está optando por acometer podas y eliminar los ejemplares más dañados, renovando también la tierra donde crecen.

Formas de control

En cuanto a los vermes papabuxos, el Govern balear (entorno al que llegó hace apenas seis años) está intentando combatirlos combinando métodos que van desde la eliminación manual de orugas, sus huevos, o crisálidas, hasta la instalación de trampas para el monitoreo y la captura de insectos adultos, los tratamientos fitosanitarios con productos biológicos y de contacto o la liberación de parasitoides.

En Alemania, el primer país europeo donde se detectó la especie en 2006, ha llegado a arruinar la conocida reserva de Grenzach-Wyhlen.

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