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Diez motivos más que justificados para conocer la belleza de la ría de Muros-Noia

Viajar en el tiempo a través de la primera explotación de volframio de España o dejarse atrapar por la magia de decenas de laudas gremiales en un templo son sólo algunas de las alternativas

Los concellos de Lousame, Muros, Noia, O Son y Outes, bañados por la ría de Muros-Noia, forman un paraíso lleno de encantos y con rincones de los que enamorarse. Juntos ofrecen una interesante oferta que entrelaza lo mejor de su gastronomía, su cultura, su naturaleza y su historia. Estas son las diez principales razones para visitarlos.

En Lousame, la recreación del antiguo poblado minero de San Finx, con espacios museísticos y un gran respeto por las historias personales, conforma un espacio único en Galicia que permite viajar en el tiempo a través de la historia de la minería. Es a finales del siglo XIX cuando San Finx adquiere mayor relevancia histórica, con la creación de la sociedad de capital británico The San Finx Tin Minies Limited: la primera explotación de volframio iniciada en España y una de las primeras de Europa. La explotación disponía de las instalaciones técnicas más avanzadas y llegó a dar trabajo estable a 400 personas.

El depósito de San Finx fue declarado como Punto de Interés Geológico por el Instituto Geológico Minero de España; además, su entorno representa un espacio natural de gran belleza e interés biológico. Se trata de un espacio constituido por filones de cuarzo que se extienden a lo largo de unos dos kilómetros.

También en Lousame se encuentra el espectacular alcornocal de San Lourenzo, donde árboles y rocas se enfrentan para conseguir las formas más sorprendentes.

Los alcornoques se retuercen hasta extremos inimaginables. El afloramiento granítico de O Confurco es otro escenario mágico que forma un paisaje de gran encanto y de gran valor geológico.

Muros es uno de los mejores ejemplos de villa marinera de España. Desde su fundación en el siglo X, la pesca y el marisqueo fueron su razón de ser, y recibió un enorme impulso en el siglo XIX con la implantación de numerosas factorías de salazón. Ese municipio lo preside la gigantesca mole granítica del Monte Louro, en un entorno privilegiado desde el punto de vista paisajístico que incluye, además de la playa de Area Maior, la Lagoa das Xalfas, localizada en la parte exterior de la vertiente norte de la ría y que está declarada espacio de interés natural por su gran riqueza biológica. De unos 200 metros de diámetro, la laguna está separada del mar por una barrera dunar que impide la desembocadura al mar del río Longarelo.

Caminar por el casco histórico de Noia permite admirar pórticos, rosetones, arcos, capiteles... Una increíble riqueza de arquitectura gótica que se encuentra en construcciones como la iglesia de San Martiño, del siglo XV, la Praza do Tapal o la iglesia de Santa María A Nova, del siglo XIV.

El salto al vecino concello de Outes conviene darlo a través del emblemático viaducto de Pontenafonso, sobre el río Tambre. Se cree que fue construido durante el reinado de Alfonso IX, al que debe su nombre. Antes de su construcción era necesario pasar el estuario en barca.

Reformas medievales y la reedificación realizada entre 1842 y 1844 le proporcionaron su actual aspecto. Está sostenido por 20 arcos. Originariamente eran 27, pero 7 se perdieron por las riadas.

Con casi 270 metros, es uno de los puentes medievales más largos de Galicia.

La joya turística de O Son es el castro de Baroña. Habitado desde la segunda Edad de Hierro hasta la época romana, su apariencia actual data del cambio de era (siglo I a. C hasta el I d. C) y tiene un complejo sistema defensivo.

13 sep 2021 / 01:00
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