La Casa da Xuventude hace aguas

Hay quien cree que la Casa da Xuventude de Ribeira está gafada. Pero lo cierto es que su penoso estado es la consecuencia de un cúmulo de chapuzas que van desde su diseño hasta su mantenimiento, pasando por su construcción y su vandalización. Y es que la instalación municipal (que se inauguró en enero de 2010 y costó 860.000 euros) estaba de nuevo en obras cuando hace dos semanas sufrió una espectacular inundación que todavía perdura y que ha provocado cuantiosos daños.

Las imágenes son preocupantes, con una gran cantidad de basura flotando en el agua, que alcanzó el metro y medio de altura. Según la versión oficial (la del Concello) “son cinco las bombas que dejaron de funcionar y no están comunicadas, por lo que se inunda toda la planta sótano”.

La Casa da Xuventude ocupa una superficie de 723 metros cuadrados y dispone de cocina, comedor, lavandería, sala polivalente, sala de ordenadores y un albergue con 40 camas que se suele utilizar para intercambios culturales, alojamiento de voluntarios, etc.

La inundación afectó al mobiliario y al equipamiento, que cubrirá el seguro de dicha edificación.

La construcción de la Casa da Xuventude se adjudicó a la empresa Seixo por 765.607 euros y empezó en octubre de 2005. Las obras tenían un plazo de ejecución de ocho meses, por lo que debían estar acabadas en junio de 2006. Pero la firma dio en quiebra dejándolas al 35 %.

Tras estar un año paradas, la empresa Ageco las retomó en septiembre de 2008 y, en noviembre de 2009, entregó la obra al Concello, pero con una serie de deficiencias que tuvo que solventar previamente. Y es que el edificio sufrió filtraciones de agua que provocaron su inundación hasta una altura de ochenta centímetros.

Finalmente, se inauguró en enero de 2010 con tres años y medio de retraso respecto a los planes iniciales. Desde entonces, los problemas derivados de su ubicación y su polémico diseño, así como de su mejorable construcción y mantenimiento, generaron no pocos problemas, hasta que en mayo de 2020 el Concello adjudicó a la empresa Marqués de Marancán S.L., con un presupuesto de 251.680 €, la reforma del interior y el acondicionamiento de la envolvente térmica del complejo (de tres plantas). Y aunque el plazo de ejecución era de ocho meses, en esas está actualmente la firma adjudicataria.

Los trabajos consisten en la mejora de las terrazas a través de una nueva solución de aislamiento e impermeabilización; la sustitución de las ventanas por otras de aluminio; el cambio de las puertas, afectadas por la humedad; el saneamiento de las paredes; y la reparación de las redes de electricidad y fontanería.

La inundación de hace dos semanas ha complicado estas actuaciones, al causar destrozos añadidos a la lista de reparaciones (por ejemplo, a la insonorización de un aula).

El Concello ribeirense confía en reabrir la instalación a mediados del mes de febrero. Con todo, añade que será preciso dotar de accesos independientes a dos zonas que actualmente son comunes: el albergue y el aula de ordenadores. De momento, en el edificio permanecen estancadas el agua... y la actividad cultural.