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Errores y carencias en el proyecto, falta de financiación y hasta un poste alargaron la obra más de dos años y la encarecieron en casi 500.000 euros // Se requirió más hormigón del previsto // No se contemplara el muro de contención TEXTO Suso Souto

Los remeros de Boiro se mudan al fin a su accidentada nueva sede

Después de casi dos años y medio de una accidentada construcción (precedida por un año de trámites), en el moderno Complejo de Deporte de Remo y Usos Complementarios de Cabo de Cruz (Boiro) hay, al fin, zafarrancho de mudanza.

Los 165 remeros y remeras del club local están tomando ya posesión de unas instalaciones que disponen de sistemas específicos de circulación e impulsión de agua que permiten simular condiciones reales en competición, y un diseño específico de bancadas que se ajustan a las condiciones reales de la misma.

Para poder diseñar unas instalaciones amplias y modernas, el Concello cedió a Portos en septiembre de 2018 una parcela colindante con la antigua sede. Primero fue necesario obtener los preceptivos permisos para desmantelar la cubierta del anterior edificio (de los años 70), anular la afectación del deslinde de Costas e incluir el proyecto en el Plan de Usos Portuarios.

Finalmente, las actuaciones arrancaban a principios de diciembre de 2019 con un presupuesto de un millón de euros. Mientras se llevaban a cabo los trabajos, el Concello habilitó provisionalmente una nave cedida por la empresa Jealsa en la zona de O Corviño para que los socios y socias del Club de Remo pudieran guardar allí las embarcaciones. En dicha nave se instalaron unos contenedores industriales habilitados como vestuarios, de 80 m2 y dotados incluso de calefacción.

El primer obstáculo se lo encontraron los obreros en octubre de 2020: la necesidad de retirar un poste de alta tensión provocó un fuerte retraso en la ejecución.

En mayo de 2021 la construcción se paró por falta de financiación, hasta que, en octubre, el gobierno logró los apoyos necesarios para que el pleno aprobara una modificación de crédito por importe de 335.559 euros para rematar la instalación.

En diciembre se retomaban las obras, que debían incluir la urbanización de la zona exterior, algo que no se había previsto en el proyecto.

Un proyecto que sufrió diversas modificaciones para adaptar la instalación a las necesidades de los remeros y remeras.

Esta última partida se destinó también a afrontar imprevistos que surgieron durante la ejecución de las obras. Y es que, por ejemplo, para los pilares se necesitó más hormigón del proyectado y hubo que picar más piedra de lo previsto. Pero también hubo que subsanar defectos e incluir modificaciones, porque no existían ni el proyecto para el muro de contención de la parte posterior ni el de retranqueo. Entre los cambios que se tuvieron que llevar a cabo respecto al plan inicial figura el rediseño del foso (para ajustar las bancadas a las condiciones reales de las embarcaciones) y de los espacios interiores acordados entre el Club de Remo y el Ayuntamiento.

Pero el edificio debía superar todavía otro escollo: la falta de financiación para su equipamiento. El ejecutivo local encontró la que probablemente era la única esperanza posible a estas alturas: una licitación conveniada con la Secretaría Xeral de Deporte. La inversión total para ese fin fue de 96.287 euros, de los que el Concello aportó 38.518.

Finalmente, sumando todas las partidas, el complejo tuvo un coste de más de 1,4 millones de euros.

El nuevo complejo ocupa 1.911 m2 en dos plantas y cuenta con un almacén de embarcaciones de 439 m2, un foso de entrenamiento de 215 m2 (del que carecía el anterior) y un gimnasio de 429 m2. Estos días los remeros están de mudanza. La inauguración se prevé para junio, coincidiendo con la liga gallega de traineras.

22 abr 2022 / 01:00
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