Sanviño de Roiseira, gran benefactor del vino, vuelve a salir este año en procesión
Hay pocas tabernas tan propias a una tertulia como la de O Pemento de Seira. Lo era cuando a los mandos de la nave se encontraba el patrón mayor Xan Calvo, y lo sigue siendo desde que éste contempla las operaciones desde la sala de espera y al frente del los controles está el gran Chus Mosquera, curtido en los mismos fogones, mezclando gaitas con bandejas, que ahí radica la sabiduría.
En este auténtico y genuino templo del mucho saber, buen comer y mejor vivir, en medio de una tertulia se tomó una decisión trascendente en una tarde noche que ya nadie recuerda ni cuándo empezó, ni cómo acabó ni cuántos eran los que allí estaban. Siempre hay alguno que asegura haber vivido aquel momentos tan especial.
Lo cierto es que de la boca de Fernando Castaño salió aquello de que “esta taberna necesita su propia romería”. “Coño pero non hai romería sen santo, que ata os de Extramundi teñen a súa Santiña”, dijo alguien cuando, cuentan los testigos, ya se habían bebido el contenido de varias botellas de vino y otros ya iban por las copas de anís Chinchón. “¿Dulce o seco?”, preguntaba el tabernero y siempre había cliente que respondía: “¿Anís?, el del mono”.
Allí se fraguó la imagen de Sanviño de Roiseira,honorable protector por las rosalianas tierras del Sar de los vinos país catalán, ribeiro, albariño, mencía, rioja o ribera... o lo que se tercie. Eso sí, nada más de anís.
Una imagen de madera de castaño a la que todos los clientes de O Pemento profesan pagana devoción, No es para menos al tratarse de un bonachón con rostro amable, una boina, las mejillas rosadas y portando un racimo de uvas en una mano y un pimiento de Padrón en la otra.
Una estatua de Sanviño que lleva anclada desde julio de 2019 por culpa de la maldita pandemia y que este año, el sábado 16 de julio, volverá a salir por las corredoiras de Seira, desde O Pemento hasta a Casa do Bispo, en solemne procesión. Allí, una vez más, los romeros pedirán la mediación de Camilo Rodríguez, padre, o Camilo Seira, hijo, por si acaso deciden interceder ante el Vaticano para que lo santifiquen.
Saldrá el santo este año y lo hace por obra y gracia del presidente, José Luis Baleirón Quiroga, y el secretario general, Luis Miguel Paz Rubí, quienes, junto al resto de miembros directivos de la irmandade de la gloriosa orden de Sanviño de Roisieira, ya tienen todo listo para una jornada de fiesta en la que se nombrarán Caballeros de Sanviño a un colectivo muy especial denominado Os repoliños da Coruña, un grupo de una docena de próceres que serán debidamente bautizados en medio del sonido de las gaitas del grupo Pedra Quenta y de algún alarido más.
Conviene recordar que en más de una ocasión Sanviño ejerció de milagreiro, aunque mejor es pasar por alto los detalles habida cuenta de que los religiosos que podían atestiguarlo ya no se encuentran entre nosotros; pero esa es otra historia que algún día habrá que contar.
Retornemos a la fiesta de Sanviño en la que el personal, capitaneado por Chus Mosquera, ofrecerá un menú que estará compuesto por xoubas, pementos, tomate, empanada, polo picantón y churrasco más viño y café. Decir a estar alturas, con la inflación situada por encima de los dos dígitos, que el precio es de 25 euros supone el peligro de que se colapsen los accesos. En previsión de ello, conviene advertir que es preciso reservar de antemano, ya que el aforo es limitado y los sanviñeiros son muchos.
Por si aún no lo han hecho, anoten en la agenda hora, fecha y lugar de una celebración muy especial en la que, como queda año, Sanviño realiza uno de sus milagros. En vivo y en directo, como gustaban de relatar los enviados especiales de las teles el siglo pasado.