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Enfermo de COVID-19 persistente: mujer de 43 años

Lo sufre en torno al 10 % de los infectados // Se han documentado más de 200 síntomas // En Galicia todavía no está constituida una plataforma que coordine a los afectados

La media de edad de los enfermos de COVID-19 persistente, aquellos que pasaron la enfermedad y que tras la fase aguda siguen con síntomas de forma intermitente desde la primera ola de la pandemia, es de 43 años y el 80 % del colectivo son mujeres.

Así lo explica la coordinadora estatal de acción política y autonómica del Colectivo Covid Persistente, Carolina Latorre, que confiesa que sufrir esta enfermedad prolongada en el tiempo es "doloroso" y que lo peor es la incertidumbre de no saber "cómo se va a estar mañana".

Bajo el paraguas "Longcovid Acts" se empezaron a crear con la primera ola de la pandemia –a partir de mayo y junio de 2020– estos colectivos en diferentes comunidades autónomas; las primeras fueron Madrid, Cataluña, Andalucía y País Vasco. Les siguieron otras como la Comunidad Valenciana y, de momento, sigue sin haberse constituido la plataforma en las ciudades de Ceuta y Melilla y en las autonomías de Cantabria, Navarra, Galicia y Baleares.

Latorre justifica la unión de los afectados y la creación de estos grupos en la "necesidad de buscar un porqué", el motivo por el cual los síntomas se mantienen en el tiempo, en muchos casos de "forma incapacitante", y revela que el 10 % de los enfermos son persistentes.

LO PEOR, LA MEZCLA DE SÍNTOMAS

"Mucha gente vio que una vez le daban el alta y le hacían una PCR que daba negativo, seguía con muchos síntomas, que a veces se agravaban e impedían llevar una vida normal", indica, recordando que dependía de "la buena fe" de cada médico de atención primaria que se creyera o no que el paciente seguía con mal estado de salud.

La Sociedad Española de Médicos de Familia y Generales ha elaborado una guía con más de 200 síntomas de la enfermedad del coronavirus, recordando que hay algunos, como la pérdida del olfato, con los que se puede trabajar, pero otros son incapacitantes.

Los peores síntomas son "una mezcla", algunos son neurológicos como la pérdida de memoria a corto plazo, falta de concentración, cefaleas o parestesias micraneales, como la que sufre Latorre.

También hay síntomas como cansancio extremo, dolores musculares y articulares o problemas dermatológicos, así como enfermos con trombos, con pérdida de visión o visión borrosa, tinitus, problemas estomacales o niebla mental, "que es como estar de resaca continua cada día".

Latorre explica que la edad media de los enfermos de coronavirus persistente es de 43 años, "una edad muy productiva de maternidad, de trabajo y de todo", pero destaca que hay enfermos en el colectivo "desde adolescentes hasta gente de 60 años".

MÁS INVESTIGACIÓN Y DIFUSIÓN

Latorre reivindica como uno de sus principales objetivos una mayor investigación. "Necesitamos que se investigue el porqué el 80 % de enfermos de los que llegan a UCI son hombres y el 80 % de los pacientes con COVID persistente son mujeres”.

Asimismo, reclama una regulación de las bajas laborales para este grupo de enfermos porque "unas se prorrogan y otras no, dependiendo de la Inspección".

También aluden a la necesidad de que las administraciones autonómicas y municipales apoyen la difusión de la situación de estos enfermos y del colectivo –que en toda España reúne a unas 3.500 personas– y que realicen actividades para ayudarles. Explica que en las diferentes comunidades autónomas se está contactando con las Direcciones Generales de Sanidad –en la Comunidad Valenciana no les han recibido–, así como con ayuntamientos, algunos de los cuales han programado actividades de yoga, rehabilitación o grupos psicológicos de ayuda.

También están en contacto con hospitales para la creación de unidades específicas, con centros de investigación, universidades y colegios profesionales de médicos, fisioterapeutas y enfermería, y ha agregado que en septiembre retomarán la actividad.

En la Comunidad Valenciana, la primera enferma persistente del colectivo es de febrero de 2020 y fue un contacto del hombre que murió tras viajar al Himalaya y que tras la necropsia que se le hizo, se descubrió que fue el primer fallecido por COVID-19 en España.

Algunos de los síntomas "se mantienen en el tiempo y otros van y vienen como brotes; se habla de un posible reservorio como un herpes que se queda ahí y de vez en cuando sale".

"Lo peor es no saber cómo vas a funcionar al día siguiente, si vas a poder asearte o limpiar algo de la casa. No puedes planificar. Es doloroso", remata. EFE

06 ago 2021 / 10:52
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