Un Obradoiro irreconocible cae en Sar

Los santiagueses pierden 58-78 frente al Lenovo Tenerife, que no dio opciones // Los visitantes llegaron a tener 29 puntos de diferencia // David Walker volvió a jugar

Zurbriggen entrando a canasta

Zurbriggen entrando a canasta / Antonio Hernández

El Multiusos Fontes do Sar tenía todo dispuesto para acoger uno de los partidos que apuntaba a ser grande en la jornada 23. El Monbus Obradoiro recibía al Lenovo Tenerife, equipo que Moncho Fernández, técnico de los compostelanos, elogió e incluso llegó a definir como “el equipo que mejor juega de la liga”.

Monbus Obradoiro 58 - 78 Leonovo Tenerife

Monbus Obradoiro: Leo Westermann (2), Kassius Robertson (16), Thomas Scrubb (6) y Marek Blazevic (2). También jugaron David Walker (3), Rubén Guerrero (5), Álex Suárez (5), Fernando Zubriggen (7), Will Magnay (2), Phil Scrubb (3) y Álvaro Muñoz.

Lenovo Tenerife: Fitipaldo (3), Salin (18), Bolmaro, Doornekamp (5) y Shermadini (11). También jugaron Marcelinho Huertas (6), Cook (17), Fran Guerra (8), Abromaitis, Jaime Fernández (10)

Árbitros: Fernando Calatrava, Jorge Martínez Fernández y Fabio Fernández Esteban.

Incidencias: Encuentro de la jornada 23 de la Liga Endesa, disputado en el Multiusos Fontes do Sar ante casi 5.000 espectadores.

La Caldeira estaba preparada para respaldar a su equipo en un partido difícil, pero sabiendo que el empuje de todo el obradoirismo ya sirvió a lo largo de la temporada para hacer frente a grandes equipos, consiguiendo importantes victorias.

Los dos conjuntos se presentaban al encuentro, correspondiente a la jornada 23, con bajas. El Obra mantenía sus bajas ya esperadas: Dragan Bender y Marcus Paige, pero sorprendía con el regreso de David Walker, que se estaba incorporando poco a poco a los entrenamientos con sus compañeros. En el Tenerife, Txus Vidorreta no pudo contar con Joan Sastre de nuevo.

El partido dio comienzo con el salto entre Marek Blazevic y Giorgi Shermadini, llevándose el segundo el balón. Comenzó fuerte el Tenerife con un Sasu Salin enchufado, triple y, a continuación, tres más uno efectivo que hacía empezar el partido con un 0-7 en contra del Obra. A los locales les costaría entrar en el partido y los dos primeros puntos vendrían desde la línea de personal por parte de Blazevic, jugador que buscaban los santiagueses en el pick&roll.

Los locales tuvieron problemas para encontrarse en el partido y costaba anotar, pero Kassius Robertson aparecería con dos bombas balsámicas para no dejar que los tinerfeños se despegasen del marcador (6-12). Aún así, los visitantes no bajarían los brazos y, pese a no encontrar a Shermadini, todo el equipo funcionaría bien en ataque.

Westermann estaría irregular en el cuarto, dando algún mal pase e impidiendo jugar fácil. Mientras, con los cambios, el Tenerife aumentaría el ritmo y entre Marcelinho Huertas y Fran Guerra cerrarían los diez minutos iniciales con un 11-22.

En el segundo cuarto, el Obradoiro entraría con otra energía, empujados por las correcciones de Moncho Fernández, aunque empezando con nerviosismo. Fernando Zubriggen anotaba de dos y Rubén Guerrero palmeaba una bandeja errada de Thomas Scrubb, acercándose al Tenerife. Pese a ello, el argentino comenzaría el cuarto con un par de errores y Jaime Fernández anotaba un triple ante él (15-25).

Aún así, la Caldeira apretó y el Obradoiro, con un parcial de 9-3, se ponía a solo cinco puntos de los tinerfeños, a los que secaron en ataque (20-25). Pasado el ecuador del cuarto, Kass entraba por Zubriggen y, desde ese punto, todo lo construido se desplomó. El Obra se abrió en defensa y el Tenerife desataría su reacción, encabezada por Elgin Cook y Huertas, con un parcial de 1-10 que llevaría al final de los primeros veinte minutos con un 21-35. Las únicas buenas noticias en ese final de cuarto fueron el regreso de Walker, que disputó más de la mitad, y el estreno de Will Magnay en casa.

Los locales se iban a los vestuarios con mal sabor de boca, pero con la idea de regresar a la cancha con la fuerza con la que habían iniciado el cuarto y olvidando el terrible final.

Arrancaba la segunda parte y el Tenerife mostraba sus intenciones iniciales: buscar a Shermadini. Con los bloqueos querían generar cambios en defensa para que el georgiano enfrentase a hombres más pequeños, pero también posteaba con Blazevic. Al Obra, en cambio, le costó anotar y no lo haría hasta los dos minutos y medio de cuarto, con una buena bandeja de Westermann en penetración.

La estrategia de buscar a Shermadini le funcionaría a Txus Vidorreta, ya que, si no podía tirar, siempre encontraba a un hombre solo, lo que puso el marcador 23-41 y forzó el tiempo de Moncho. El Obra iría más agresivo en ataque y Kass sacaba una falta, que los árbitros pitaron como personal y sobre la que los santiagueses pedían challenge por posible antideportiva. Pese a no darla, en el saque de esa falta los locales sacaban un buen triple. Lamentablemente, en la jugada siguiente, un alley-oop de Shermadini era efectivo y sacaba el dos mas uno a Blazevic (26-44), que se sentaría por el australiano Magnay.

Westermann se mostraría desconfiado tras fallar un saque de fondo en campo rival, dejando ir a continuación dos posibles tiros cómodos y buscando asistir a sus compañeros sin lograrlo. Por ello, Moncho movió ficha y volvía Zubriggen. Pese a buscar la reacción, está nunca llegó y el Tenerife atacaba cómodo y lograba cerrar el cuarto 35-54, donde lo único positivo en el Obra fue el espíritu de lucha de Maganay.

Se llegaba a los 10 minutos finales y los visitantes iniciaban con la misma idea que en el anterior, apostar por Shermadini, que sacaba un dos más uno al inicio, aunque sin anotar el adicional. El Obra siguió incómodo en Sar, sin encontrarse en ataque y con una defensa endeble de la que el Tenerife se aprovechaba para sacar faltas o canastas, como el triple de Jaime Fernández que forzaba el tiempo de Moncho (38-62).

Fitipaldo buscaba jugadas construidas, que le ganaran minutos al marcador, mientras Jaime seguía haciendo daño. Entraría Huertas por el base uruguayo para darle respiro y, con el brasileño, los visitantes se mantenían fuertes en ataque. La Caldeira seguía empujando y el Obradoiro tiraba de corazón para tratar de maquillar el resultado en ataque, pero sin poder frenar a sus rivales en defensa (46-70). Dentro del desastre, lo positivo vino con Walker volviendo a anotar con un triple (49-70).

Por instantes, parecía que los jugadores locales ya no sabían como parar a los de Vidorreta, que lograban la mayor diferencia del partido con triples de Doornekamp y Salin, además de una canasta de Guerra (49-78). En ese momento apareció Kass, que tiró del equipo hasta el final con grandes jugadas individuales, anotando 9 puntos y cerrando el partido 58-78.