Paso adelante del Obra

El club logró su segunda mejor clasificación en ACB (11º), lo que enmarcará el futuro de la entidad, que buscará mantener la línea

La plantilla del Obradoiro en Sar

La plantilla del Obradoiro en Sar / Obradoiro CAB

Una temporada más que termina para el Obradoiro y lo hace con un futuro lleno de ilusión. El club compostelano ha vivido varios altibajos que finalmente se han saldado en positivo, aunque con el sabor agridulce de no materializarlo en algo concreto. No se llegó a la Copa del Rey ni a la décima plaza que da derecho a la aventura europea, pero ni mucho menos debe tomarse esto en negativo. El club ha superado el objetivo de la temporada, la permanencia, y abre un horizonte lleno de posibilidades en el que debe dar un paso adelante.

Cuando la entidad llego al playoff en la 12/13 todo el mundo sabía que era algo inédito y que en la siguiente temporada se volvería a pelear por continuar en la Liga Endesa. Pero ahora la situación es distinta, esta campaña debe servir como precedente para la siguiente y la afición confía en que el Obra pelee por algo más que la supervivencia, que suba un peldaño, algo que ha demostrado empujando en cada partido y exigiendo resultados.

Pese a todo, también cabe pedir calma y hay que ir sin pausa pero sin prisa. Quizás se ha apretado demasiado por momentos a la plantilla y al cuerpo técnico. Cuando puedes pelear por algo lo quieres, pero se ha rendido por encima de las expectativas y no se le puede pedir nada más a unos magníficos profesionales que han traído aires de ilusión a Santiago. La temporada es de 10 porque se superó el objetivo.

Comienzo duro

El Obradoiro arrancó la temporada con dos victorias y seis derrotas que auguraban otro año con dificultades para el club, pero en el que destacaba la figura de un Dragan Bender que se presentaba como estrella en la liga. El comienzo fue prometedor con dos victorias en los tres primeros partidos.

Los santiagueses se imponían en su feudo a Casademont Zaragoza en el estreno liguero (76-73) y ante un rival directo como el Bàsquet Girona de Marc Gasol (89-63), con una derrota de por medio fuera de casa con el Real Madrid (93-79)

Pero los compostelanos entraron en barrena con cinco derrotas consecutivas: Lenovo Tenerife (86-67), Valencia Basket (98-103), Coviran Granada (93-89), Gran Canaria (58-85) y Unicaja (86-87).

Pese a todo, el séptimo encuentro supuso un click para el equipo, que recibió una paliza del Granca y en el siguiente partido caerían por la mínima frente a un grande como Unicaja en el Multiusos Fontes do Sar, demostrando que tenían las herramientas para enfrentarse a cualquiera.

El sueño de la Copa

A partir de ese punto, el equipo le dio la vuelta por completo a la situación en los siguientes ocho partidos, igualando las victorias y las derrotas a 8. En ese momento se dieron varias situaciones clave para el equipo entrenado por Moncho Fernández, que condicionarían el buen momento y el resto de la temporada.

El primer factor fue la llegada de Kassius Robertson, con lo que el club se aseguraba una estrella más en la plantilla. El otro elemento determinante fueron las lesiones. Léo Westermann pediría el cambio ante Unicaja para reaparecer en la jornada 12, viendo afectado su rendimiento en el regreso y que se alargó por la falta de confianza. Mientras, Dragan Bender y Marcus Paige decían adiós a la temporada.

Aún así, se derrotaría al UCAM Murcia (80-84) y al Barcelona en casa (76-74), dando un subidón de moral que permitió a los de Moncho jugar con alegría e ímpetu para seguir sumando.

Victoria sobre el Bilbao Basket (77-80), derrota ante el Joventut de Badalona (74-91), dos triunfos consecutivos frente al Carplus Fuenlabrada (79-82) y Baxi Manresa (104-99), el amargo derbi de Lugo con el Río Breogán (64-59) y un partido para reponerse ante el Real Betis (71-73).

Llegaba la ilusión al obradoirismo, que optaba a la octava plaza para participar por segunda vez en la Copa del Rey, la primera por clasificación. Para ello, se enfrentaba en casa a una quimera como el Cazoo Baskonia, al que sorprendió (91-86). Pero el sueño se diluyó por el resto de resultados.

El Obradoiro en datos

• Kassius Robertson, máximo anotador de la ACB con 17,4 puntos por partido. Supera a nombres como Jerrick Harding (16,2), Markus Howard (16,1) o Dzanan Musa (14,7).

• Thomas Scrubb, el que más juega de la liga. 29:32 minutos por partido ha jugado, seguido de Kass, demostrando que es el jugador para todo del Obradoiro. • La victoria más abultada: 102-72. Se produjo en la última jornada ante el Fuenlabrada, quienes jugaron principalmente con sus canteranos.

• La peor derrota: 58-85. El Gran Canaria secó a los compostelanos y los barrió en el Fontes do Sar en la jornada 7.

• Matagigantes. El Obradoiro hizo de su casa un fortín y se impuso a Barça (76-74) y Baskonia (91-86). Poco le faltó a Unicaja (86-87) y Madrid (78-84). • Segunda mejor temporada al lograr el puesto 11, solo superado por el octavo de la temporada 12/13 que los llevó al playof

Y llegaron los altibajos

El siguiente tramo de la temporada fue difícil tras el golpe de la Copa que rompió al equipo. Tres derrotas ante Gran Canaria (75-68), Girona (93-76) y Madrid (78-84) y una victoria ante el Bilbao (77-64).

El conjunto dependía mucho en ataque de Kass, lo que condicionaba al equipo, que sufría cuando el jugador no tenía el día o estaba demasiado cubierto. Marek Blazevic mostraba destellos ofensivos y los hermanos Scrubb equilibraban el juego, pero la dependencia del triple propiciaba que la falta de puntos seguros hiciese fluctuar al equipo.

Llegaría Will Magnay para reforzar la defensa en el poste, tan necesaria para el grupo. Pese a todo costaba ganar, necesitando más de jugadores como Westermann, que recuperó la confianza hacia el final.

El club logró remar para su segunda mejor temporada en ACB con el puesto 11 con 14 victorias y 20 derrotas, tras sumar los triunfos ante Zaragoza (78-79), Murcia (81-79), Granada (88-83) y Fuenlabrada (102-72) y caer frente a Lenovo Tenerife (58-78), el derbi en casa con el Breogán (67-74), Manresa (80-65), Unicaja (99-89), Baskonia (110-94), Betis (67-82), Valencia (87-78), Barça (94-77) y Joventut (96-85).

A los compostelanos les costó salir de la dependencia de Kassius en ataque y sufrieron una crisis de falta de acierto, pero el equipo terminó mejorando en su juego y viviendo de la defensa. El Obradoiro y la afición se quedaron con la miel en los labios de la Copa y el puesto 10 que da plaza europea, a la que aún opta como invitado.