Candidatos que no favoritos
LA SUERTE para la selección española de fútbol en el Mundial de Qatar está echada. Ya se conoce el grupo en el que se jugará el pase a la siguiente ronda y aunque, a priori, pudiera parecer que no ha tenido suerte, lo cierto es que, a priori, las dos primeras plazas que darían el pase directo deberían ser para La Roja y para Alemania. Seguramente ni a los alemanes ni a los españoles les ha hecho ni pizca de gracia tener que verse las caras a las primeras de cambio pero si todo transcurre según lo previsto, ambos no deberían tener excesivas dificultades para seguir adelante.
Ahora mismo los de Luis Enrique no son favoritos pero sí son serios candidatos al título si nos atenemos a su trayectoria más reciente, concretamente a lo visto tanto en la Eurocopa, donde cayó eliminada en la tanda de penalties por Italia que luego se proclamaría campeona, como en la UEFA Nations League, eliminando precisamente a los italianos en semifinales y perdiendo injustamente con Francia en la final, en la que se vió superada con sendos goles de Benzemá y Mbappé.
El problema con el que se encontrarán todas las selecciones es que el Mundial este año se juega en unas fechas completamente atípicas, concretamente entre los meses de noviembre y diciembre -comenzará el 21 de noviembre y la final se disputará el 18 de diciembre-, por lo que está por ver cómo afrontan los equipos una competición que obligará a parar más de un mes las ligas domésticas cuando hasta la fecha siempre se disputaba a final de temporada.
De lo que no cabe la menor duda es que a estas alturas del año el seleccionador español parece tener meridianamente clara lo que es la columna vertebral del equipo en el que figuran un portero, Unai Simón, un central Laporte, dos centrocampistas Busquets y Rodri, y un delantero Ferrán Torres. Estos cinco hombres ahora mismo son, lesiones al margen, fijos en la lista del técnico asturiano pues ha contado siempre con ellos estuvieran mejor o peor en sus respectivos equipos.
Luego figuran una serie de jugadores que tienen casi todas las papeletas para viajar al Mundial y entre ellos sobresalen los nombres de Eric García, Azpilicueta, Iñigo Martínez, Pau Torres, Jordi Alba, Gayá, Pedri, Koke, Gavi, Morata y Dani Olmo. Y para completar el resto de la expedición se barajan los nombres de Kepa, Carvajal, Sarabia, Yeremy Pîno o Gerard Moreno. Aquí va a depender del estado de forma de cada uno así como el tema lesiones.
Precisamente, en el apartado de lesiones hay dos jugadores que en condiciones normales serían de la partida pero que ahora mismo no estarían en disposición de jugar como es el caso del azulgrana Ansu Fati, que lleva prácticamente dos años sin poder jugar pues acaba de salir de una nueva lesión y todo va a depender de cómo afronte este final de temporada así como el inicio de la próxima. Y el donostiarra Mikel Oyarzábal, un delantero de la plena confianza de Luis Enrique pero que su reciente lesión de ligamentos hace casi imposible que llegue a tiempo.
Cierto es que descifrar al seleccionador no es tarea fácil porque es un hombre que ha demostrado carácter y saber aguantar todo tipo de críticas. Aún se recuerda la polémica que se montó con la lista que dió para la UEFA Nations League con la convocatoria del juvenil Gabi y la ausencia de jugadores del Real Madrid. Al final la actuación del jugador del azulgrana acabó dándole la razón y más si tenemos en cuenta que el cuadro merengue no tenía jugadores españoles disponibles a excepción de Nacho, un central en el que nunca confió.
Lo que llama la atención en la forma de actuar de Luis Enrique es que, acertada o equivocadamente, no se casa con nadie y lo mismo le da no convocar a jugador alguno del Real Madrid como llamar a jugadores casi desconocidos para el aficionado, que militan en la Premier League.
De lo que no cabe la menor duda es que hay una serie de nombres que a día de hoy y tras figurar en alguna convocatoria, lo tienen casi imposible y entre esos destacan gente de tanto nivel como el ex madridista Sergio Ramos que lleva un año para olvidar en el PSG; el portero David de Gea con el que siempre había contado y que parece haber caído en desgracia; el lateral Jesús Navas que está realizando una excelente campaña en el Sevilla; Fabián Ruiz, otro que está que se sale en el Nápoles pero que tiene por delante a gente de mucho nivel; o el propio Thiago al que le costó hacerse con un puesto en el Liverpool pero en el que no acaba de conficar el responsable de La Roja.
En todo caso, los que al final sean de la partida, de eso no hay duda, volverán a darlo todo por un hombre que ha conseguido que la selección sea un equipo comprometido y que tienen el firme propósito de hacer valer su condición de candidatos cuando el 23 de noviembre, se enfrenten al vencedor de la eliminatoria entre Costa Rica y Nueva Zelanda, en el estadio Al Thumama, para luego intentar superar a Alemania, el día 27, en el estadio Al Bayt, lo que les permitiría pasar como cabeza de grupo a la siguiente ronda.
VOLVIÓ Hay ocasiones en que el deporte ofrece satisfacciones más allá de los resultados. Es el caso del jugador Christian Eriksen que en la pasada Eurocopa sufrió un paro cardíaco en el partido Dinamarca-Finlandia que hizo que peligrara su carrera como jugador y que tras recuperarse de forma milagrosa, ha vuelto meses después a los terrenos de juego con su actual equipo el Brentford de la Premier League y ahora lleva tres partidos consecutivos viendo puerta, dos de ellos con su selección en partidos que enfrentó a Dinamarca con Países Bajos y con Serbia, lo que fue motivo de felicitación tanto de sus propios compañeros como de los rivales en una demostración de que su pasión por el fútbol le ha permitido volver a sentirse jugador.
BATACAZO En la sede de Los Angeles Lakers aún no se lo deben creer. Un equipo abanderado por uno de los mejores jugadores de la historia, LeBron James, el que rodearon de toda una pleyade de figuras, Anthony Davis, Russell Westbrook, Carmelo Anthony, Dwight Howard, no han conseguido clasificarse para los playoffs por el título con todo lo que ello implica para una de las dinastías más importantes de la NBA. Hablar de fracaso es poco y en los medios de comunición norteamericanos ya se habla de que el equipo tiene que hacer una limpieza general y olvidarse de contratar grandes nombres que ya están de vuelta de todo para volver a jugar con un conjunto en el que brille el equipo por encima de las individualidades.
UN ESCÁNDALO. Lo de Karim Benzemá en esta última parte de la temporada está siendo un auténtico escándalo. El solito se echó el equipo a la espalda cuando peor pintaban las cosas y consiguió clasificar a su equipo, el Real Madrid, para los cuartos de final de la Liga de Campeones haciéndole un hat trick a todo un PSG que había llegado al Bernabéu con la vitola de gran favorito.
Por si eso no fuese poco, el pasado fin de semana dos goles suyos que pudieron ser tres si no llega a fallar un penalty, le dieron la victoria a los blancos en Vigo y el pasado miércoles completó su trilogía fantástica con otros tres goles a todo un Chelsea, el actual campeón de Europa que está pasando por un auténtico calvario abandonado por el oligarca que lo ha mantenido estos últimos años, Román Abramóvich.
Pero sería injusto detenernos solo en estos últimos partidos en los que el delantero francés se ha llevado, con merecimiento, todos los elogios. Desde que el equipo marengue se quedó huéfano de Cristiano Ronaldo, fue Karim el que tomó la responsabilidad de hacerse con los mandos ante el mutis de otros compañeros casos de Bale o Hazard, llamados a ocupar el lugar que le había correspondido a CR7.
Lleva Benzemá tres temporadas fantásticas demostrando a todos aquellos que llegaron a dudar de su compromiso que además de una calidad incuestionable, también es capaz de asumir la responsabilidad de capitanear un grupo que no siempre confió en él. No es el galo un jugador que haya cuidado especialmente su imagen, ni siquiera es un hombre que se prodiga en las redes.
De carácter introvertido, eso le llevó a granjearse fama de cierta apatía, cuando lo que realmente escondía esa forma de ser era un hombre reservado pero competitivo y depredador. Ahora mismo lleva 37 goles en 36 partidos, once de ellos en la Champions. Unos números que le ponen en la carrera, por méritos propios, del Balón de Oro, aunque todo dependerá de lo que consiga el equipo en lo que resta de campaña. Con la Liga prácticamente asegurada, la Copa ya en el talego, si logra la Copa de Europa, el máximo galardón individual del fútbol debería ser suyo.