De empate en empate y tiro porque me toca

El Compostela volvió a firmar otro empate, el cuarto consecutivo, esta vez tras igualar contra el Marino de Luanco en el Vero Boquete (1-1). Esta es la crónica de una película ya vista, con diferentes giros en la trama, pero la misma sensación de dejar escapar dos puntos.

Porque el cuadro que entrena Rodri Veiga mostró una cara desconocida a raíz de un error de Guille Torres que Steven convirtió en ventaja visitante a los cuatro minutos. Cambió la cara en la segunda parte, aunque ante un equipo pertrechado atrás solo Primo acertó a nivelar la contienda.

Todo salió al revés desde el principio. El plan de partido cambió a los cuatro minutos, justo en el momento en que el Marino de Luanco se encontró con un regalo que no desaprovechó Steven. Un error en la salida de balón condenó al Compostela. Jimmy jugó atrás, para Guille, y el esférico se le escapó al central catalán cuando quiso retrasar a Pato. Atento para robarle la cartera y aprovechar el despiste estaba Steven, que solo ante Pato no tuvo piedad.

El gol descentró por completo al equipo de Rodri Veiga, que se volvió impreciso, desconocido por momentos. Un conjunto que rayaba por debajo de sus posibilidades, que tenía el balón en sus pies pero que poco podía hacer con él ante un Marino que acumulaba efectivos por detrás de la pelota. Retrocedía metros Antas para sacar el balón, también venía Josiño... pero a la hora de darle velocidad no aparecía ese ritmo que siempre pide Rodri, ni tampoco la verticalidad que permitiera superar líneas. Lo había avisado el técnico, sin un ritmo alto el Marino estaría cómodo, y así fue, con sus jugadores dispuestos a perder tiempo cada vez que se les presentaba la ocasión.

Apenas tuvo oportunidades el Compos en el acto inicial. El primero en inquietar fue Primo, que recogió un balón en el segundo palo en una falta que no acertó a sacar la defensa asturiana, pero el cántabro optó por un remate escorado en lugar de ver a Casas en el punto de penalti.

Perdonó la SD, y acto seguido tuvo que sacar Pato Guillén su mejor versión para mandar a córner un remate por alto de Morán en otro saque de esquina.

A los 37 minutos el Marino perdió a su goleador, Steven, que se tuvo que retirar lesionado, y fue a partir de ese momento cuando llegaron las mejores ocasiones del Compostela. Primero un remate de Primo se fue a córner, rozando el palo, después de que dejaran pasar el balón tanto Josiño como Escudero. Después, en la mejor opción del primer acto, cuando el árbitro ya miraba su reloj, Jimmy se plantó en el área, pero en lugar de rematar optó por asistir a Parapar, cuyo disparo, débil, atajó Buru sobre la misma línea de gol.

Surtió efectivo la Rodrina en el descanso, porque el Compostela después del intermedio fue otro, todavía con un bloque con las líneas muy juntas enfrente, ante el que parecía imposible encontrar huecos, pero ahora con mayor ritmo. Rodri dio entrada a Pablo Durán, que relevó a Samu para situarse en banda izquierda, y pasar Rodrigo Escudero a acompañar a Primo para jugar con dos delanteros.

Se hicieron de rogar las ocasiones, pero por fin empezaron a ser claras. En un primer aviso, Parapar obligó a la estirada de Buru. En el siguiente, el Compos ya no perdonó. Hizo buena una recuperación en mediocampo, Escudero puso el balón para la carrera de Primo y este, tras lanzar al muñeco en un primer intento, sí acertó con el rechace.

Con 25 minutos por delante la SD creyó en la remontada, tuvo fe para buscarla pero no encontró las vías hasta la portería de Buru. Incluso a punto estuvo de encajar el segundo del Marino, cuando Adolfo se encontró un pasillo hasta Pato. Pero la balanza no se desequilibró ni para uno ni para otro, y el Compos tuvo que conformarse con un nuevo empate, y van cuatro. Las victorias quedan ya lejos.