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El técnico argentino Martín ‘Colo’ Guerreiro espera ofertas de algún club tras establecerse en Galicia en 2020 // Los dos madridistas, entre su lista de ‘discípulos’ TEXTO Óscar de la Fuente

De pulir a Laprovittola y Tavares a impartir clases baloncestísticas en Lalín

Su primer apellido, Guerreiro, delata su origen gallego; el segundo, Értola, la influencia italiana de su madre; y su apodo, Colo (de colorado, por el tono rojizo de su cabello), su nacionalidad argentina. Martín Colo Guerreiro Értola es entrenador de baloncesto, ha tenido bajo su custodia a Edy Tavares, ha ayudado a pulir el talento de Nicolás Laprovittola o Nicolás Brussino, y ahora imparte clases baloncestísticas en Lalín mientras espera que algún club le dé la oportunidad de aportar sus conocimientos y su experiencia.

Guerreiro nació en Morón (Argentina) en 1982, donde creció y se familiarizó con el baloncesto, primero como jugador y muy pronto como entrenador. Entre 2008 y 2010 abandonó su país para enrolarse en la base del CB Gran Canaria, aunque su padre enfermó y se vio obligado a regresar. Emprendió otro viaje al archipiélago en 2019, esta vez a Lanzarote para unirse al CB Grubati. La pandemia frustró sus planes y el pasado verano decidió buscar sus orígenes y establecerse en Lalín, donde ahora entrena individualmente a jugadores del Basketdeza y de otros clubes de la zona que no han podido competir durante este curso.

“Estoy en Lalín desde septiembre del año pasado. Aquí tengo a mi tío, hermano de mi padre, y dos primos. Mi padre es de Borraxeiros y se fue a Argentina cuando tenía 18 años, hizo su vida allá y así se fue creando la historia. En 2019 fui a Lanzarote por un proyecto pero me agarró la pandemia y me vine para Galicia”, relata Martín Guerreiro. ¿Por qué Galicia? “Un poco por las raíces, un poco por irse de Argentina. Quería conocer un poco más porque siempre vine de vacaciones, había estado dos o tres veces. Como dice un refrán, la tierra tira, y vine con mi esposa”, responde.

TECNIFICACIÓN. En Lalín organiza sesiones individuales. “Armé una escuela de tecnificación, porque el Basketdeza no está compitiendo y hay muchos chicos que quieren seguir entrenando y mejorando. Hacemos grupos reducidos con un trabajo más específico y personalizado”, explica Colo, cuya ambición es incorporarse a un club con un proyecto más consolidado. “Me gustaría estar en un staff de nivel profesional, pero como es mi vocación tampoco me importa entrenar un cadete o coordinar escuelas con monitores”, reconoce el técnico.

Pese a sus 38 años, Guerreiro cuenta con una experiencia dilatada en numerosos frentes. “Cuando estuve en Córdoba y en San Lorenzo (Argentina) me encargaba mucho de hacer reclutamiento de jugadores júnior y demás. Pero también en Santa Fe estuve como primer entrenador de torneo federal, en Córdoba era el primer asistente del equipo... Para poder ser profesional en Argentina tienes que cumplir varias funciones”, asume.

En 2008 llegó a Gran Canaria, donde un año más tarde dio la bienvenida a un imberbe pívot caboverdiano que apenas había tocado un balón: Edy Tavares, de quien ejerció de tutor y entrenador. “Al principio le costó mucho, porque no había hecho mucho deporte, ni siquiera había usado zapatillas, venía con unas chanclas que le dejaban fuera la mitad del pie, pero sus ganas de querer cambiar su vida hicieron que sea lo que es ahora”, apunta. Tavares llegó a participar en la NBA antes de firmar por el Real Madrid en 2017 y hoy es uno de los jugadores más determinantes de Europa, pues acaba de ser elegido mejor defensor de la Euroliga y de la Liga Endesa.

“En realidad sí te sorprende todo lo bueno que hizo, pero cuando lo conocí si me dices que iba a ser jugador profesional, te decía que sí, aunque no podía asegurar a qué nivel”, admite Guerreiro. “Su clave es la constancia y la mentalidad de querer ser mejor”, añade.

AMISTAD. Con Tavares juega otro amigo y discípulo del técnico afincado en Lalín, el argentino Nicolás Laprovittola. Martín lo conoce desde siempre y habitualmente ambos trabajan juntos durante los veranos. “El tiempo que él tiene después de la temporada y antes de empezar con la selección argentina, que es un mes y medio más o menos, ahí hacemos un trabajo técnico para ajustar algunas cositas”, explica al hablar del base, que hoy vive sus mejores momentos a las órdenes de Pablo Laso tras un año y medio complicado. “Él es un chico muy sensible y tiene un tiempo de adaptación”, advierte Guerreiro. “Necesita tener la confianza para poder llevar el ritmo del equipo, que a veces a los entrenadores les cuesta delegarlo”.

Colo también pudo trabajar con otros internacionales con la Albiceleste como Maxi Stanic, ex del Obradoiro, Nicolás Brussino, ahora en el Zaragoza, o Agustín Caffaro. Además se involucró en diversos campus y eventos junto con leyendas de la Generación Dorada como Manu Ginóbili, Fabricio Oberto o Rubén Wolkowyski. Con Rubén Magnano y Aíto García Reneses como principales referentes, Martín busca seguir ampliando su currículum, pero ahora en Galicia.

24 may 2021 / 01:00
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