Decisivas actuaciones de Christopher y Catú en el empate del Estudiantil

O Barco de Valdeorras. No ofreció su mejor versión el Estudiantil en su visita al Barco de Valdeorras, donde durante muchos minutos pareció perdido y a merced de un rival que entendió mejor lo que exigía el partido y que se estrelló contra la colosal figura de Christopher, determinante y salvador con tres paradas.

No generó demasiados sobresaltos el Barco durante una primera mitad en la que fue superior, aunque sin la claridad ofensiva que mostraría después. El cuadro local apostó por un 4-4-2 con las líneas muy juntas y las ideas claras: robar y salid con rapidez. Por su parte, los pupilos de Gelucho tenían el balón, pero no la profundidad. Las únicas acciones en las que pisaron el área rival con cierto peligro fueron un control fallido de Antón Vilas y otra buena jugada del atacante que murió en la decisión final. Resultó clave la última jugada del primer acto, con premio para el Barco. Un mal despeje de un balón colgado fue recogido por Juanito Bazo. El atacante sacó un disparo inapelable, ajustado y cruzado, que abrió el marcador.

No varió el guion con el nuevo marcador y tras el paso por vestuarios. Apretó y mucho el equipo de Valdeorras, que se estrelló contra Christopher en llegadas de todo tipo: combinadas, a balón parado y tras errores defensivos. Especialmente meritoria fue una a Juanito Bazo, que había acomodado perfecto el interior a bocajarro.

Perdonó el Barco y el Estudiantil encontró el premio en el añadido: balón frontal para la peinada de Rubén Márquez y Catú, ya reinventado como delantero, resolvió con clase. ÁLVARO PORTELA (ADG)