Diferenciar la información de la opinión

EN LA VIDA y en el trabajo no siempre encontramos un camino de rosas. Tenemos la necesidad de comprender y aceptar la realidad que nos toca vivir, este presente que camina con mucha incertidumbre y con un futuro de dudoso trazado, según nos informan los entendidos y lo comunican los medios, esperamos entenderlos.

En esta era de la comunicación, donde nos llegan las informaciones al minuto, tenemos que aprender a interpretarlas y a leerlas. Tiene más valor la forma y el cómo dices las cosas que el propio contenido. La naturalidad con que uno se debe expresar y la emoción con que se dicen, esas cosas, no son fáciles de transmitir ni de entender. Así, cada día, aparecen más figuras de la psicología destinadas al estudio de las formas de comunicación, del modo de transmitir, de las expresiones corporales, de los signos y del lenguaje no verbal. En los comunicados hay parte de contenido y parte de emocional, que precisa de comprenderse y enclavarlo dentro de un contexto.

La noticia debe ser un relato, una información sobre un hecho relevante y novedoso que acontece en los últimos días. Las tenemos llenando los periódicos, los portales web y los programas de radio y tv. Debería distinguirse claramente la información de la opinión, y no es así, todos queremos crear tendencias.

Las crónicas y el análisis del juego, tienen momento y oportunidad. Se comparan los grandes de España, los grandes de Galicia, entre otros. Vemos cómo se justifican eses altibajos que deja su juego y sus resultados, sus renovaciones y sus fichajes. Son informaciones partidistas, influenciadas por los colores y sin veracidad. La rivalidad está por encima de la noticia y siempre hay un deseo encubierto. Otro tanto podemos decir de los nuestros, dónde el norte y el sur se disputan la hegemonía. Unos venden títulos y otra categoría.

Los medios se meten con la esencia y el espíritu de equipo, con su juego y sus causas, hablan del hambre de los jugadores, de falta de nivel, de que están acabados y sin sitio en el campo, del cansados de ganar, de que están desangelados, con lesiones raras, relajados y desmotivados ante rivales menores; de mala elección y dirección de campo, con cambios tardíos, déficit táctico y un sinfín calificativos soltados al aire.

No es por justificar, pero leo pocas referencias a la falta de público y a las pañoladas, siendo un ingrediente fundamental en el juego y en el jugador. Dicen que el Barcelona está descabezado por una moción de censura, está sin gobierno dentro y fuera del campo, con futuro incierto. Nos están llegando los mensajes y planes de los candidatos con proyectos muy dispares, filtraciones interesadas y fichajes para la causa que afectan al rendimiento de los jugadores como hombres que son. Al Madrid le están indicando cuales deben ser los fichajes y renovaciones, se ve más opinión que información.

La persona y las afirmaciones se deben adecuar al momento, a las circunstancias y los objetivos. Es un hecho que no todo el mundo opina igual y se pueden compartir mensajes positivos con discrepantes.

Paremos a para hacer el análisis de cómo se puede interpretar lo que se dice, el momento y la oportunidad.