El desgaste físico condenó al Ulla Oil a la hora de la verdad

No fue un partido bonito en cuanto a vistoso, ni por jugadas ni por calidad. La permisividad arbitral además lo volvió con el paso de los minutos cada vez más bronco, lo que derivó en un desfile de las jugadoras tanto por la línea de personal como por el parqué, cuando la dureza ya sobrepasaba la línea de lo extra permitido, pero sobre todo fue un partido en el que el Ulla Oil Rosalía dejó claro que quería, que por veces incluso creía, pero que aún le falta un paso más para poder.

Perdió el cuadro colegial en la primera de sus tres finales en este fin de curso en la Liga Femenina 2 a cada jornada más emocionante y ahora, al tiempo que mira de reojo lo que hacen sus rivales más directos, le toca intentar sumar en su próxima cita. El sábado visita a un Magec Tías colista frente al que no valdrá premio de consolación (53-61).

Desde atrás. Arrancó el duelo el conjunto colegial aferrándose a su defensa, como suele ser habitual. Con trabajo incansable de piernas, solidaridad en las ayudas y concentración y actitud a la hora de presionar las líneas de pase, el anfitrión molestó el ataque de su rival, que perseveró en el tiro exterior sin éxito y siempre se encontraba bien cerrado cuando buscaba la penetración.

Sin embargo, al Rosalía le falló la siguiente parte de la ecuación, el acierto en su aro, dejando huérfano el binomio clave para mandar en el marcador pues solo Sara Corredoira fue capaz de acertar de inicio (los primeros 11 puntos fueron suyos), hasta que Carla García se sumó a la cuenta (13-15, min. 8) y la júnior Nerea Liste firmaba una gran parte final de cuarto fajándose en el rebote y acertando con dos canastas más para sellar el 17-17 con el que se cerró el set.

En la reanudación se mantuvo el intercambio de canastas con la brasileña Leticia Soares estrenando su cuenta 7 minutos después y Karamovic y Chahrour poniendo en evidencia su liderazgo sobre un Barakaldo que poco más ofreció ayer en su visita al IES Rosalía. El 29-30 que reflejaba el electrónico no dejaba lugar a dudas, podía más el deshacer que el hacer y por delante quedaban 20 minutos con las opciones abiertas a un Ulla Oil al que le urge escapar de la zona baja.

Una pareja letal. El inicio del tercer cuarto arrancó con susto cuando Blanca Manivesa tuvo que ser sustituida tras una fea caída que le dañó el tobillo y el duelo entró en un intercambio de triples que amenizaron diez minutos especialmente espesos en la creación de juego, con hasta 31 balones perdidos entre ambos equipos (14 de las locales) y el electrónico eternizando la igualdad y la emoción hasta el pitido final (41-40, min. 30).

Aunque las sensaciones en esta recta final ya no fueron buenas. Chahrour se echó a su equipo a la espalda. Dominó, mandó y anotó para sellar un parcial de salida de 4-12 en el que solo le acompañó su compañera Karamovic y obligó a Chiqui Barros a detener con un tiempo muerto (45-52, min. 35).

A partir de ese momento ya no hubo discusión. Sara Corredoira buscó voltear el marcador echando mano de su inmensa calidad y su carácter pero se topó enfrente con una pareja letal a la que ya resultaba imposible parar. Con las fuerzas justas las colegiales, después del insigne esfuerzo que habían realizado durante todo el duelo, el encuentro agonizó entre protestas a la pareja arbitral e impotencia ante lo que pudo haber sido pero no fue.

Toca seguir peleando en las últimas cuatro jornadas, porque si algo está demostrando el Ulla Oil en su debut en la LF2, la segunda máxima categoría del baloncesto nacional, es que no sabe lo que significa rendirse.