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“El final de esta temporada
fue especialmente exigente”

¿Qué nos puede decir de la planificación del Monbus Obradoiro para la temporada 2022-2023?

Estamos pendientes de que se publique el calendario definitivo del Europeo de selecciones. Ese será el primer paso para marcar la planificación de la temporada que viene, que será complicada por eso precisamente. Vamos a tener muy poco tiempo de trabajo de pretemporada, menos que en otras ocasiones. Pero sí se está perfilando ya la construcción del equipo. Para incorporar jugadores trabajamos durantre todo el año. Es una labor que sí que es cierto que se intensifica y agudiza en el tiempo de verano, pero es un seguimiento que se hace durante toda la temporada.

Recién terminada la temporada, ya con algo de perspectiva, ¿cómo percibe que ha sido?

Con un final muy intenso, quizás el más intenso de los últimos años, aunque la memoria es corta y nos olvidamos que hubo otros finales de temporada complicados y duros, pero este ha sido especialmente exigente. Eso me ha llevado a cogerme un par de semanas de vacaciones, o con menos tensión. Ya me he reincorporado porque toca el período de evaluación.

¿Ha sacado conclusiones de esa evaluación?

Va más lejos de eso. Siempre hacemos un análisis muy detallado de nuestro juego ofensivo y defensivo. Así aprendemos de lo que hicimos bien y lo que hicimos mal. De esta manera entramos en la fase de construcción del equipo del año que viene. Si bien la autoevaluación depende de nosotros, el trabajo de construcción del equipo no depende de nuestra labor. Influyen el mercado, momentos del mercado, las normas de competición, qué números de extranjeros podrás tener, y más cosas.

Pero ¿qué ha encontrado en esa revisión del trabajo de la temporada pasada?

El análisis es muy detallado y abarca muchas áreas. En defensa, por ejemplo, los puntos de posesión encajados por áreas y jugadores, por sistemas defensivos, por tramos de la posesión. Es un informe de 140 páginas. La clave de la información es no confundir correlación con causalidad. Todo debe entrar en contexto. Sirve para reforzar opiniones o tirar por el suelo otras. Pero el baloncesto sigue siendo un juego y hay factores fuera de control, si no, no le podrías ganar a determinados equipos.

¿Sería capaz de resumir esas 140 páginas en un titular?

Barro para casa. Hemos sido el equipo que menos balones ha perdido, desde el punto de vista porcentual, en la liga. Creo que estamos entre los dos mejores equipos de aprovechamiento de las posesiones de rebote ofensivo. Hemos perdido partidos por las pérdidas, como Gran Canaria como visitante, pero en la trayectoria de toda la liga hemos estado fantásticos en ese aspecto del juego.

¿Tiene camino andado ya el Obradoiro 2022-2023?

Estamos preparados y preparándonos para lo que viene por delante. Todavía es demasiado pronto. La liga terminó hace unos días, ahora vendrá el período de tanteo. Ahora a todos nos interesa saber cuál va a ser el nuevo proyecto. Es demasiado pronto para decirlo.

¿Qué le gustaría mejorar en el Monbus Obradoiro de la próxima temporada?

Me gustaría mejorar defensivamente. Ha sido nuestra lacra y lo que nos ha hecho más daño.

¿Con qué le gustaría llenar el folio en blanco que, a día de hoy, es la temporada 2022-2023?

Con una plantilla competitiva. Lo más importante son los jugadores, su calidad y su compromiso. Su calidad entendida en una triple vertiente: física, técnica y personal. Eso tengo en la cabeza ahora mismo, porque todo lo demás es adaptable.

¿Cuánto se ha reinventado Moncho Fernández?

Tácticamente, quien nos ha visto jugar en la temporada 2011 y en la 2022, se preguntaría si son los mismos entrenadores, porque son equipos muy diferentes. Me gustaría tener la plantilla más competitiva posible. Tendremos una liga durísima. Muchas veces somos un poco Quijotes y nos gusta enterrar lo nuestro. La liga es un producto de muchísima calidad.

Pronto arrancarán los movimientos de fichajes. El Monbus Obradoiro tiene que adaptarse a intentar captar jugadores a los que les falta algo ¿Ha cambiado ese ‘algo’ con los años?

Varía, sí. Muchas veces ha sido la inexperiencia, otras veces es llegar a una competición de máximo nivel, otras veces fue el físico. Tener un tío que tire, que postee, que salte y que físicamente es buenísimo, se llama Tavares y juega en el Real Madrid, por ejemplo. Entendemos que, debido a nuestra realidad, debemos apostar por jugadores que tienen que demostrar, o tienen una segunda oportunidad. Entendemos que Obradoiro es un gran sitio para lanzar o ser trampolín en sus carreras.

Acaba de terminar la liga. ¿Ve al Real Madrid como un justo campeón?

Hay frases muy sabias, como: “Nunca minusvalores el corazón de un campeón”. Se repusieron a la mala racha y a los problemas. Muchas veces, cuando un colectivo se ve vapuleado por circunstancias externas, como las lesiones o la enfermedad de Pablo (Laso), que por suerte está bien, esto cierra más la piña. El Madrid ha sido un claro ejemplo en este año, cuando vence al CSKA en Euroliga con cinco o seis séniors y Chus Mateo en el banquillo porque Laso tenía COVID. Son el Madrid. Son justos vencedores porque lo han ganado en la pista.

¿Es capaz de ver partidos de la liga ACB como espectador y no como entrenador?

Sí. Por ejemplo en los playoffs. Pero el cerebro está entrenado, aunque no es como si estuviera ante el ordenador, con el papel y el bolígrafo como cuando estoy en competición. Cambio el papel por unas almendras y el bolígrafo por una cerveza, pero inevitablemente el cerebro funciona como funciona, y cuando algo llama la atención, siempre hay un papel y un boli cercano para anotar. Pero todo esto pasa en un momento relajado.

¿Cuál es el equipo que más le ha gustado de la temporada 2021-2022?

BAXI Manresa. Es el equipo que ha jugado a un mayor ritmo de posesiones, junto con UCAM Murcia, que se iban casi a 80 por partido. Nosotros hemos estado por encima de la media de la liga, que era algo que nos habíamos planteado y llegamos a 75. 16 equipos nos movíamos en esa horquilla, y Murcia y Manresa iban por encima.

¿Qué le ha gustado de Manresa?

Ha jugado muy bien como colectivo y a nivel individual. Creo que se han retroalimentado. El grupo hizo que Francisco, Thomasson, Bako y Moneke jugaran muy bien, y viceversa. Ha sido un placer verlos jugar.

A tenor de los resultados que hubo, ¿considera que la liga ACB que acaba de terminar fue extraña?

Fue extraña, pero la memoria, nuevamente, es corta. Nos olvidamos del principio de la liga, que había una cantidad de público que no era el 100 %, estábamos en medio de la pandemia, hubo brotes grandes como el de Navidad y los días siguientes. Se suspendieron varios partidos por culpa del COVID. Este año me ha pasado que algún jugador, a hora y media de empezar a jugar, se le disparó la fiebre y no pudo jugar. Ha sido rara, pero como hemos recuperado la “normalidad” al final, nos hemos olvidado. Pero no ha sido una liga normal. Fue muy complicada.

Han descendido Burgos y Andorra. Hay que añadirle a Estudiantes que se ha quedado sin ascenso. Uno de los tres, al menos, volverá a estar en LEB Oro la temporada 2023-2024.

Es bueno para el baloncesto volver a tener una LEB potente. Cuando estuve en esa categoría era una categoría muy fuerte, con muchos candidatos y equipos con buenos presupuestos. Hace unos años era un solar desde el punto de vista de los derechos y las retribuciones de entrenadores y jugadores. Volver a ver una LEB así será buenísimo para el baloncesto español. Burgos, Andorra y Estudiantes serán claros candidatos, pero hay otros proyectos con aspiraciones como Palencia o Basquet Coruña. Es una gran noticia para nuestro baloncesto.

A la ACB llegan Girona y Granada. ¿Qué ha visto de ellos?

Granada ascendió con 8.000 personas en el Palacio, lo que es una buenísima noticia, porque es una plaza de baloncesto con mucha tradición. Girona, también. Además, para el cuerpo técnico tiene un cierto valor romántico, porque debutamos en Fontajau, en nuestro primer partido oficial al margen de la Copa Galicia. Es otra ciudad con tradición que llenará el pabellón. La ilusión del recién llegado será fantástica para nuestro deporte.

Granada sube con Pablo Pin en el banquillo desde categorías autonómicas. Es como si Moncho Fernández hubiese ascendido a ACB con el EDM A Estrada.

Tengo buena relación con él y Granada es el equipo de sus amores. Ha sido jugador, lleva un montón de tiempo en este proyecto y han dado pasos a la vez. Me alegro por él. En A Estrada viví momentos fantásticos. Fue mi primera experiencia como entrenador jefe en un equipo sénior, cuando yo era un chaval, y mi ayudante se llama, todavía, Víctor Pérez.

¿Qué recuerdos tiene Moncho Fernández de ese equipo de A Estrada en autonómica?

Ese equipo en mi vida es muy importante. Es la única foto que conservo en mi casa de un equipo que entrené. Nunca lo miro desde el punto de vista táctico. Seguramente habremos hecho alguna cafrada, pero fuimos muy serios dentro del amateurismo del equipo. Teníamos mucha pasión y mucha ilusión. Ascendimos a Primera Nacional, que fue mi primer logro. Fue una escuela enorme A Estrada, aunque no hay que revisar lo que has hecho desde el punto de vista actual, sino con las circunstancias del momento.

Desde aquellos tiempos, ¿llama Moncho Fernández a los jugadores antes de que se incorporen para tratar de inclinar la balanza?

Sí.

¿Con cuantos ha hablado en este año?

He hablado únicamente con jugadores que están en la plantilla. Aún no llamé a ninguno que pudiese llegar a incorporarse.

26 jun 2022 / 01:00
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