El Obra afronta el regreso tras un parón diferente al de hace un año

Por fortuna, la situación no es la de hace un año, pero el Monbus Obradoiro afronta de nuevo el reto de reengancharse a la competición tras un periodo más largo del habitual sin jugar y sin poder ejercitarse con normalidad. El equipo de Moncho Fernández recibe al Surne Bilbao este sábado en Sar (18.00 horas) en su primer envite desde el pasado 23 de diciembre. Habrán transcurrido 23 días, por medio se han aplazado tres encuentros por los contagios de covid-19 y el calendario de la Liga Endesa no permite una reincorporación paulatina: esperan tres encuentros en una semana.

El del Bilbao será el correspondiente a la jornada 18, la apertura de la segunda vuelta, aunque el objetivo fijado por la ACB de concluir la primera antes de febrero comprimirá el calendario de forma similar a cómo sucedió durante la pasada campaña. El próximo miércoles 19 al Obra le espera la visita al Baxi Manresa (21.30 horas), un choque debía haberse disputado el 29 de diciembre pero que primero fue retrasado un día y después definitivamente suspendido a causa del brote de covid del club catalán, que alcanzó trece contagios.

Y no acaba ahí la vuelta a la pista para el equipo de Moncho Fernández pues sin demasiado margen para recuperarse tendrá que regresar de Manresa y afrontar cuatro días más tarde el derbi gallego de la Liga Endesa frente al Río Breogán (domingo 23, 20.00 horas en Sar), pendiente desde el 3 de enero. También los lucenses tendrán partido aplazado el miércoles 19, aunque en su caso con la ventaja de jugar en el Pazo, donde reciben al Baskonia.

Con estos dos últimos choques, al Obra le quedará uno para dar por cerrada la primera vuelta de la Liga Endesa. Será el correspondiente a la jornada 17 que debía haberse jugado el pasado sábado y que fue aplazado por los casos de covid en el adversario, un Herbalife Gran Canaria al que ahora rendirá visita el sábado 29 (20.45 horas).

OTRA REALIDAD. Casualmente, el Obradoiro regresa del parón contra el Bilbao, el mismo rival al que se enfrentó después del importante brote de covid de hace un año, aunque en un contexto muy distinto. Entonces entre jugadores (9) y miembros del cuerpo técnico (4) se sumaron trece casos, algunos de ellos con síntomas importantes, y todo el grupo se vio obligado a confinarse sin salir de casa. Allí se intentó mantener la forma física pese a que el equipo permaneció durante 25 días sin realizar ningún entrenamiento colectivo, y 34 sin disputar ningún encuentro.

Pese a ello, y con la adrenalina por las nubes, el Obra firmó una victoria épica el 30 de enero (80-72), de esas que habrían disparado los decibelios de la Caldeira de Sar si hubiese habido público en las gradas. Después, eso sí, llegó el bajón y exhibiendo un evidente déficit físico el equipo santiagués cayó en Zaragoza el 6 de febrero (83-70), en un choque se le hizo largo, y solamente tres días después fue arrollado de inicio a fin en Andorra (90-71), justo antes del parón por la Copa del Rey y la ventana FIBA.

OCHO CASOS. En esta ocasión la vacunación dibuja otro panorama y el Obradoiro ha estado 23 días sin jugar, aunque la dinámica de entrenamientos no llegó a cesar completamente pues no fue necesario confinar a todo el equipo. Son ocho casos de covid desde el 18 de diciembre, siete de jugadores, en su mayoría asintomáticos y sin secuelas físicas. Al Obra le llega el momento de demostrar que está listo para el frenesí que se le avecina.